Capítulo 63. Sangre por sangre.

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Había desenfundado su propia espada para bloquear el ataque de su enemigo, pero fue otra espada la que se interpuso...

------Buscas al último heredero Taisho?------Preguntó Yûdai quien ahora estaba entre su padre y el demonio que lo había atacado, utilizando su espada contra la de su enemigo...-------Entonces es a mí a quien realmente estás buscando.

El hombre forastero miró al joven frente a él con inmenso desconcierto.
Pareció no comprender en un inicio lo que ocurría, pero su condición meramente de demonio pareció darle toda claridad: el parecido físico del joven con aquel que identificaba como Taisho Sesshomaru no sólo era sumamente inegable, sino que el aroma mismo de su sangre lo evidenciaba por completo como pariente directo suyo...

------Vaya...-----Sonrió el forastero.------Esto no me lo esperaba...

------Yûdai, muévete!-----Ordenó Sesshomaru a su hijo y justo cuando estaba por usar su brazo para hacerlo a un lado, el forastero lo retuvo...

-------Lo siento...-----Hablaba el hombre con una voz fría y sumamente profunda...------Pero ahora tengo cuentas pendientes con él...

Sesshomaru gruñó e intentó apartar a Yûdai para ponerlo a salvo, pero el joven fue inmediatamente arrebatado por su enemigo, quien lo tomó de las ropas y con un gran salto sobrehumano lo apartó de su padre llevándolo consigo a la cima del inmenso fuerte de hielo que había alzado...

------YÛDAI!!------Llamó el Taisho mayor a su hijo apresurándose a dar un salto para seguir el paso a su enemigo pero a penas pudo ver por última vez sus ojos antes de que una inmensa barrera de hielo se alzara encerrando a Yûdai con su adversario y dejándolo a él por fuera...-------YÛDAI!!!!!!




------Oh!------Se quejó la pelinegra frente al espejo soltando el peine con el que cepillaba su cabello y dejándolo caer al suelo para llevar sus dos manos a su bajo abdomen.
La joven pareció adolorida por un momento, después respiró profundo y frotó su abdomen suavemente...

------Dioses...-----Suspiró. Bajó sus manos y alzó la vista hacia el espejo. Se miró observándose detenidamente; ciertamente algunas cosas habían cambiado en ella...
Su mirada y su rostro entero parecían resplandecer, su piel relucía como la porcelana y el tono rosaseo de sus mejillas resaltaba más que nunca.
Sus piernas y sus caderas se habían ensanchado y su pecho había comenzado a crecer también...
No podía creer que había pasado ya casi un mes desde que su amado y el resto se habían marchado a las costas... Desde entonces las noticias que habían recibido de ellos habían sido casi nulas y desde hacía una semana no había notificación alguna...
Oraba cada día por su regreso. Porque todos volvieran sanos y salvos y mientras tanto, hacia todo lo posible ser de ayuda en las responsabilidades del palacio a la vez que se concentraba en tener cuidado de sí misma...
Según sus cuentas había llegado ya a su primer mes de gestación y aunque na un no mostraba mayores síntomas, el constante miedo, la preocupación y la insertidumbre la agotaban.
Estaba exhausta y la verdad era que se sentía muy sola. No poder hablar con alguien y por el contrario tener que ver por el bien de algunos otros hacia todo aún más difícil...
Tenía que reconocer que tenía miedo...mucho, mucho miedo, pero sabía que tenía que permanecer fuerte...

-------Hey...-----Habló bajo mientras volvía a llevar sus manos a su vientre bajo. ------Tasoro... Sé que también debes estar preocupado...tranquilo. Papá volverá pronto junto con tu tío y tu abuelo... No va a pasar nada, bien? -----Alzó de nuevo su vista hacia su reflejo en el espejo y pesadas lagrimas callejón por su rostro entonces...------Lamento todo esto bebé... Lo lamento.





------Así que...tú eres su hijo...------Siseó el hombre forastero mientras sostenía a Yûdai por el cuello contra la pared de hielo que había alzado. ------Quien iba a decirlo? Qué vergüenza! Puedo oler la sangre humana corriendo por tus venas... No eres más que un tonto híbrido. ------El hombre apretó más su agarre al cuello del joven quien se wuejó bajo. Ciertamente estaba bastante débil. No había dormido en semanas, la siguiente Luna nueva estaba en puerta y la herida que tenía en su costado no le ayudaba...------Mírate... Eres tan debil... El legado Taisho se fue al infierno por sí solo, he?

Yûdai sonrió...

-------Tal vez...-----Respondía el muchacho. ------Pero... Los Taisho siempre hemos sido los dueños del infierno.

De un solo y sorpresivo movimiento, Yûdai hundió su espada en el cuerpo de su enemigo, obligándolo a soltarlo.
El hombre expresó dolor y sorpresa, pero para el desconcierto de Yûdai, sacó de su cuerpo la espada del joven Taisho y su cuerpo pareció regenerarse con cristales helados...

-------Eres igual de idiota que tu abuelo...------Le decía el enemigo. ------Inu no Taisho... El maldito bastardo que mató a mi hermano e intentó apoderarse de nuestra tierra!!------El hombre ondeó su propia espada cristalina-------Ahora...tú y tu padre lo van a pagar con su propia sangre!

-------La culpa de nuestros ancestros no es la nuestra. Nosotros nunca hemos atentado contra tu familia ni tu tierra...-------Yûdai ondeó también su espada...-------Así que esta es tu oportunidad para irte de aquí con todos los hombres que trajiste y evitar que haya más muertes. Vete y ni tu ni yo nos sabremos enemigos...

El forastero rió bajo, apuntó su espada al joven Taisho y concluyó:

--------Adiós último Taisho.

Ambas espadas se encontraron, resonando en el aire como el estruendo de un rayo cayendo sobre la tierra, destruyendo todo lo que encuentra...


-------AAAAAAAAHHHHHH!!!-------Gritó la peliblanca ante la sensación de estar siendo aplastada...
El día asomaba a duras penas por su ventana gracias a la terrible neblina y su aliento era visible con cada una de sus respiraciones...
Estaba sudando, estaba pálida como la nieve y parecía no poder respirar bien...
Respiraba como si le doliera hacerlo; quiso gritar de nuevo y llamar a aguijen pero algo parecía cercenar su garganta...
Intentó salir de la cama pero su cuerpo parecía haberla abandonado; calló al suelo sin poder sostenerse en sus piernas, utilizó sus débiles brazos para intentar arrastrarse, pero cada movimiento le robaba aún más el aliento y hacía llegar un terrible dolor a su pecho...

------GGGAAAAHH!!!------Gritó víctima de su desesperación y dolor.

En ese instante y para su suerte, la mujer que era madre de su padre entró apresuradamente...

-------Aiko!-----Llamó Irasue corriendo a arrodillarse junto a la joven...-----Mírame! Que te ocurre?? Que está pasando?!

Aiko no podía hablar... Su abuela la recostó en el suelo pero ella no era capaz de emitir más sonido que el de su pesada y dolorida respiración...

-----Estas ardiendo...-----Observó la demonesa al sentir la piel empapada de la frente de su nieta....

-------AIKO!!----Llamó una nueva voz cuya portadora entro también corriendo y se arrodilló al lado de la joven Taisho...------Bebé, que tienes??!-----Preguntó Rin desesperadamente.

Aiko parecía luchar por decir algo, lágrimas de desesperación y dolor salían por sus ojos y llegaban hasta el suelo.
Con su brazo extendido alcanzó el brazo de su madre y lo apretó con tal fuerza que Rin hizo un gesto de dolor profundo y cuando sus garras se hundieron en su carne, su yukata comenzó a teñirse de rojo...

-----Caeiño...-----Hablaba la mujer castaña acariciando el rostro desesperado de su única hija con su otra mano...-----Que pasa? Por favor, dime...------Lloró suplicante...

Pareció tomarle un gran esfuerzo hacerlo, y el dolor en su rostro se reflejó como el cristal, pero al fin fue capaz de decir una sola palabra:

------Yûdai...

HEREDEROS.Where stories live. Discover now