Día 24

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Venus:

No sé si es porque he engorado desde que llegue aquí o porque me siento incomoda, que ahora el vestido de novia ya no me queda.

—¿Lo sientes ajustado?

Pongo las manos sobre mi abdomen.

Mamá vuelve a preguntar.—¿Venus?

—¡Vee!.

Reacciono al escuchar a Raquel.

Parpadeo y bajo por mis hombros las tiras.

—Espera.. Todavía no hemos probado con el cierre.—Me recuerda.

—No creo que lo valga, le diré a Cady que me cambie la talla.

—No creo que sea necesario.—Dice mamá y sonríe.—Creo que puedo solucionarlo.. Si me dejas.

Alzo mis cejas.

—O tal vez..

—No, hazlo.—Le interrumpo.

—Sigo creyendo que debes probártelo con el cierre.—Dice mi hermana.

Mamá sonríe y se da cuenta de mi expresión caída, se vuelve hacia mi hermana.

—Raquel.. ¿Podrías traerme mi costurero?

Raquel asiente y sube las escaleras hacia el segundo piso, me doy la vuelta y me quito el vestido quedando solo en ropa interior, cojo mi camiseta y me la pongo, al igual que los short que llevaba antes de probarme el vestido.

—Ya, dime que sucede...

—¿Qué?

Mamá se me acerca.

—No sucede nada.

Pone mi mano sobre mi mentón y me levanta la cabeza con un movimiento suave en él.

—No te ves como una mujer emocionada al probarse su vestido de novia.

—Tal vez no todas las novias compartimos la misma emoción, la mía es más relajada.—Digo tratando de tranquilizarla.—Además estoy más ocupada en otras cosas y no quiero pensar en la boda.

Mamá luce más preocupada.

—¿Es por la panadería?

—No, no... Cosas del trabajo..

—Lamento que estés metida en esto.

—Mamá, no es eso, créeme.

—Tal vez la colecta deba es...

—Mamá, te dije que estoy bien.—Levanto mi voz.—En serio...

Mamá me observa en silencio.

—No sucede nada, mamá... Lo prometo.

Raquel se une a nosotras en la sala, lleva el costurero en su mano, se lo entrega a mamá y mi emoción es igual a la de empezar.















(*)














—¿La resaca sigue...?.—Pronuncia Wade al verme entrar al establo, está cambiando el agua de los caballos.—Te veías muy mal la otra noche.

—Ahora estoy mejor.

El solo me observa y se vuelve a hacer lo suyo.

Cuando se acerca a mi yegua, dice.—Arizona esta lista para salir si quieres, quizás eso ayude a sentirte más que "Mejor".

Carraspeo mientras el espera mi respuesta, me pongo delante suyo.

—Gracias por lo que hiciste.

Me observa con los ojos abiertos, eso me confirma que no lo he soñado, por muy estúpido que quería sentirlo así.

Siento mis mejillas calentarse.

Estoy sonrojada.

—Llevarme a la...—La cama..mierda.—Y cuidar de mí.

Me observa con una ceja alzada.

—¿Todo bien?

"Sera mejor que no recuerdes esto mañana"

El que no quiere recordar es otro, no yo.

—Sí, estoy bien...

Un silencio incomodo nos rodea, espero a que Wade acabe, pero tras mi sospechoso silencio, él se detiene, limpia sus manos con el pañuelo y me observa mientras lo hace.

—¿Quieres decirme algo, Melocotón?

Por donde empiezo, Wade...

Trago saliva.

—¿Venus...—Pronuncia mi nombre con cierta preocupación.

Mis labios se separan y hasta yo estoy sorprendida de lo que le pido.—¿Quieres llevarme al lago?

60 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora