Día 40

18.4K 1.3K 42
                                    

Venus:

—¿Una colecta?. —Ian pronuncia las palabras con cierta burla, lo que causa inquietud en mí.

—No es una broma, Ian.. mis padres necesitan el dinero para la panadería.

—Lo sé y me parece ridículo que no me lo pidieras.

Alzo mis cejas.

—¿Por qué no me dijiste que necesitaban dinero? Pudimos ayudarlos.

—Ian...

—Además con solo ver este lugar se nota que necesitan mucha ayuda.

Frunzo el ceño. —Este lugar no esta tan mal.

—Claro que no, pero no es la ciudad.

Aunque me cueste decirlo, es verdad.

—¿Cuánto necesitan, Venus? Arreglemos esto para irnos y casarnos de una vez.

—¿Eso es lo único que quieres? Además, mis padres se negarán a aceptar esa suma, a ellos no le importan eso, sino el trabajar por todo esto.

—¿Una colecta vendiendo cerdo asado y con música en vivo?

—Voy a ser una de las que va a cantar.

Ian se ríe.

—¿Cantas?

Habla como si no me conociera, aunque nunca he cantado frente a él ni he hablado de mis gustos en la música, supongo que construí mi relación de acuerdo a lo que era ahora, no mi pasado.

No estoy segura si me arrepiento de eso ahora.

—Tal vez debas hablar con ellos y decirles que no sean orgullosos.

—No lo son, solo se sentirán inútiles si no trabajamos para conseguir la suma.

—¿Y qué va a pasar con la boda?

No le respondo.

—¿Quieres retrasarlo?

No.

—Creo que debemos hablar de eso...

—Venus...

—Mis padres vendrán en la noche, me gustaría que los conocieras.

El luce sorprendido.

—¿Qué?

—Nunca antes habías querido presentármelos. —Responde asombrado. —¿Por qué de pronto?

Ni yo lo sé.

















(*)













Me sorprendió que Ian ayudara a preparar la cena, incluso preparo su ensalada tradicional y receta de sus padres, sirvió la mesa correctamente como si se tratara de una reunión con sus socios, algo exagerado y le dije que no era necesario, aunque se notaba que no quería quedar mal con mis padres.

—Esta ensalada esta deliciosa, Ian.

—Muchas gracias.

—Nos alegra que vinieras, deseábamos conocerte. —Continua mamá. —No queríamos hacernos a la idea de que Venus se casaba con un desconocido para nosotros.

Ian sonríe y me toma la mano, dirige la sonrisa hacia mí y trato de compartirla, papá luce tranquilo, mamá emocionada igual que Raquel.

¿Por qué ya no me siento con ese entusiasmo?

—No tenía por qué ser así. —Finalmente responde Ian. —Con gusto los esperamos en la boda...¿No es así, cielo?

Hago una mueca y asiento con la cabeza.

—Nos gustaría, aunque con la fecha que está programada, es imposible.

—Mamá... —La tranquilizo. —No me ir de aquí hasta que arreglemos eso.

Ian me aprieta la mano y nuestras miradas se encuentran, aun así, no me detengo.

—Haremos la colecta y la boda será después ¿No es así?

Ian asiente. —Si... o ¿por qué..?

Alzo las cejas.

—¿No casamos aquí?

¡¿Qué?!

Suelto su mano por impulso, él no lo nota porque está pendiente de las expresiones de mis padres y mi hermana, Raquel es la primera en mirarme preocupada.

—Ian...

—Sería perfecto, ustedes estarían presenten y no tendrían que viajar.

—No queremos incomodar. —Responde mamá y pone los ojos en mi. —Venus, estoy segura que ella quiere una boda grande.

El corazón se me aprieta.

—Lo único que me importa es que estén ustedes. —Le respondo y me arrepiento enseguida por las palabras que Ian dice a continuación.

—Entonces esta dicho. —Me observa con una sonrisa. —Nos casaremos aquí.

60 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora