Miedo

51 7 0
                                    

En lo más profundo de mi habitaba.
Me paraba frente al espejo y él estaba detrás, ese mounstruo llamado miedo.
Me abrazaba por la cintura, y me susurraba que tuviera cuidado con las sombras.
Lo que no sabía era que yo ya me encontraba entre las sombras y que nadie me iba a sacar de ahí.
Durante el día me hablaba dentro de mi cabeza diciendome que tuviera cuidado con las palabras.
Me gritaba que no podía escapar de un laberinto que no tiene salida.
Sin entender como, aparecía cada vez que miraba mi reflejo. En mis ojos se podía ver, si escuchabas con atención su risa malévola se oía en mi ser.
Sus garras se aferraban a mi como nunca nadie lo había hecho.
Miedo, miedo era su nombre. Representaba todos mis temores.
Miedo a perder, miedo a ganar, a no ser buena en lo que me apasionaba, a perder el rumbo, a sentir, miedo a la vida y a la muerte, miedo a mis fobias, a no ser suficiente, a caer al abismo, a surgir de las cenizas. Miedo a ser yo y a permitirme sentir.
Miedo, temor, y cualquier otro sinónimo que se encuentre en un diccionario, así se llamaba el monstruo.
Y con la intensidad de la palabra, me hacía ver mi fracaso, cada día, cada hora, cada minuto.
Y yo se lo permitía.
En mi espejo el me carcome, desde el fondo, desde esa esquina en la que nadie se fija por ver su propio rostro, desde allí el sonreía.

EspejosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora