Evitar

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Empecé a evitar los espejos, cualquier cosa que devolviera mi horrible reflejo y el del miedo, cualquier cosa que me mostrara cuán débil había sido y seguía siendo.
Estaba huyendo de mi propio cuerpo sin darme cuenta que era algo imposible, haciéndole daño de formas que no quiero expresar.
Eso es lo único que sabia hacer, huir.
Había problemas y huía. Las cosas salían mal, me sentía triste, enojada, angustiada, sentía demás o sentía de menos, sentía cosas que no quería, lloraba, gritaba y en vez de afrontarlo huía.
Evitaba salir para no tener que elegir ropa que ponerme y que sabía que no me iba a gustar, para no tener que sonreír cuándo no quería hacerlo, para no sentirme incómoda entre un mar de gente que tampoco se sentían cómodos en su propia piel.
Pero ¿qué somos?.
Carne, piel, huesos, es eso lo que nos hace sentirnos incómodos o es nuestra mente, nuestra alma y corazón.
Evitaba hablar porque incluso mi voz me producía melancolía. Ya no era igual, yo tampoco lo era.
Evitaba demostrar mis sentimientos y evitaba que demostrarán cualquiera hacía mí, no lo valía.
Cometí los peores errores de mi vida por esa razón y al día de hoy, no me alcanza la palabra perdón para expresarlo.
Evitaba sentir. No me dejaba respirar, reír.
Evitaba sentirme viva por si, en cualquier segundo, el reflejo me quitaba ese sentimiento.
Para no pasar de la vida a la muerte, me quedaba en la muerte.
Y evitaba, evitaba y huía.
Corrí, corrí y corrí lo que nunca en mi vida, trate de huir de mi misma y me fue imposible.

EspejosWhere stories live. Discover now