Sumisión

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Dicen que en la vida siempre hay personas más dominantes que otras, en mi caso me dejaba dominar por todos.
Creía que siendo así, me querrían más, como odiaba eso.
Yo no sabía quién era, los demás se encargarían de que nunca lo supiera.
Y fui necia, estúpida y cobarde.
No dije nada cuando las cosas no me parecían correctas, no dije nada cuándo algo me gustaba.
Mi opinión, no existía. Pero está bien, de que valía. ¿Qué vale una opinión de alguien que no es aceptable para los demás?
No hacía lo que me gustaba, tampoco tenía una idea de qué era lo que me gustaba, solo para no interferir con los planes de los demás.
Me lleve tantos problemas que no podía solucionar, que no eran míos, que no me correspondían, que me terminaron hundiendo; y los que yo tenía, que eran míos, que sí me correspondía solucionar, los guardé.
Yo callé.
Yo permití cosas que no debería.
Yo caí.
Yo lastimé.
Por qué, por qué, por qué.
Por que una niña, no entiende que las personas se aprovechan de las demás, en mil formas diferentes, indirecta o directamente.
Yo me aproveché de la situación y me perdí.
Y nunca regresé.
Jamás regresé.

EspejosWhere stories live. Discover now