Vean el lado positivo: me tardé dos días y no un mes(?)
No se crean jajaja perdón:(
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A L L Y
No alcanzo a comprender todavía si lo ha dicho literal o figuradamente y tampoco alcanzo a descubrirlo porque tras haberlo dicho, prácticamente sale huyendo de la habitación. Entiendo que seguramente ahora necesita espacio, y que no quiere verme, pero tampoco quiero dejarla ir estando así de alterada sin siquiera saber a dónde va, corriendo el riesgo de que vuelva a perderse o de que algo le pase.
Antes si quiera de poder terminar de procesar lo que acaba de decir, salgo corriendo detrás suyo, con el único objetivo de no dejar que se vaya y la tomo del brazo a penas toca la perilla.
—¡No! ¡Regresa! —la llamo y la abrazo por detrás.
—Ally... —solloza, de una manera tan lastimera, que resquebraja toda mi fortaleza.
—Yo entiendo que no quieres hablar de eso... pero claro que me gustaría que me lo explicaras, cuando estés lista —susurro, acariciando sus manos—. Puedes tomarte todo el tiempo que necesites, tampoco quería que salieras corriendo así... —continúo—. No voy a insistir con eso —prometo, aunque realmente necesito que me aclare qué es lo que ha dicho.
Ella se da la vuelta, quedando frente a frente conmigo y me mata la manera en la que sus ojos expresan la carga emocional que le conlleva el tema... y la abrazo, tratando de infundarle de consuelo. Le acaricio el cabello y la cabeza con cariño, tratando de hacerla sentir segura.
Al separarnos, me dirijo hasta la cama, sobre la que me siento con las piernas cruzadas y ella hace lo mismo frente a mí.
La veo debatirse entre hablar o no; sé que aunque le resulta más que complicado, está casi decidida, así que decido tratar de sacar el tema, si no quiere responder, la dejaré tranquila.
—¿Tienes un hijo? —pregunto con cautela, poniendo mi mano sobre la suya y haciendo suaves caricias con mis dedos.
—Tuve una hija... —declara, sin levantar la cara, manteniendo su vista clavada en nuestras manos entrelazadas—. Ni siquiera estaba planeada, simplemente yo no sabía qué hacer cuando la prueba dió positivo... Estaba horrorizada y sorprendida —escuchar eso desata una gigante duda en mí...: ¿cómo? quiero decir Karoline es una chica también, y si la tomó por sorpresa, ¿cómo...?—. Estaba muerta de miedo, tenía sólo diecisiete años... Quiero decir, ¿Qué puede saber una huérfana sobre crianza o maternidad? Ya me sentía suficientemente incapaz por haber perdido a mi hermana... Sin embargo, Karol realmente parecía estar comprometida; ella estaba absolutamente emocionada. Prometió ayudarme, prometió enseñarme, apoyarme y ser una buena madre. Yo estaba llorando de miedo con la noticia y ella en cambio lloraba de alegría; y aunque no estaba segura de querer dar a luz, proseguí con el embarazo aunque era de alto riesgo y ella a cambio me dejó tranquila los primeros seis meses... Sé que fuí ilusa al creer que Damara nos haría más unidas, que cambiaría las cosas... Sin embargo, debí tener presente que ella tarde o temprano encontraba la manera de quitarme cualquier cosa que me diese esperanza, que me hiciera feliz y nuestra hija no era la excepción —escuchar eso último me desconcierta aún más, pues al decir «nuestra hija» indica ser hija biológica de ambas, sin embargo, en caso de inseminación no la habría tomado por sorpresa, creo yo—. Creo que ya te lo había dicho, pero ella siempre quería tener control absoluto sobre mí, incluso sobre lo que me hacía feliz y si podía obtenerlo o no... En fin; llendo al grano, me provocó un parto prematuro a base de violencia psicológica, me hizo tener ataques de ansiedad y siempre estuve en un constante estado anímico deplorable. Su intención era que yo no tuviera a la bebé...
