➸44

180 22 2
                                    

El frío golpea mi cara incluso con el casco puesto pero resulta hasta agradable. Bárbara resulta ser una excelente conductora y no es como que me haya subido a bastantes motos con diferentes conductores para saberlo con certeza, pero ella me transmite confianza siendo que es bastante cuidadosa y cada cierto tiempo me pregunta si todo está bien.

No quiero arruinar su sorpresa, pero, sé exactamente hacia donde estamos yendo. Es decir prácticamente es mi obligación saberlo. De todas maneras, me sorprende que esté llevándome a uno de mis sitios favoritos.

Cuando se estaciona, baja primero y me ayuda a bajar después.

Caminamos por la orilla del mar hacia la zona donde no hay absolutamente nada de urbanización. De por sí todo está absolutamente vacío siendo que es bastante temprano.

Pone sus cosas en el piso, excepto por su guitarra.

—Me encanta la naturaleza —me dice con una bonita sonrisa—. Nunca tengo suficiente de ella —da un profundo suspiro.

—Es... linda —añado casi a fuerza. Realmente nunca me he puesto a pensar en ello, es decir, aprecio los lindos paisajes y eso, pero ella parece realmente emocionada y complacida.

Sé que ella es bastante espiritual y eso. Le gusta mucho éste tipo de cosas y se toma su tiempo para admirar su alrededor mientras yo me siento en la arena para admirar el sol, que todavía no termina de salir. No soy como ella, realmente no estoy apreciando como debería la preciosa vista que me ofrece, pero me otorga suficiente tranquilidad para meditar.
Honestamente el único motivo por el que estar aquí me resulta fascinante es porque nunca hay nadie y la soledad solía ser mi compañera favorita.
Unos momentos después, siento cómo se deja caer a mi lado.

—Feliz cumpleaños, te quiero —susurra, recargando su cabeza en mi hombro.

Siento un repentino miedo porque es mi cumpleaños, que usualmente  era uno de los peores días de mi vida. Siempre que puedo me quito la atención de encima éste día y entre menos personas recuerden o sepan que es mi cumpleaños, mejor.  Y me acostumbré a sentir miedo y culpa cuando alguien hace algo como ésto por mí, y peor aún cuando expresan sentimientos positivos por mí... porque sabía que si ella se enteraba, sobre todo de eso último, me iría bastante mal. Y en un cumpleaños, las personas tienden a darte cariño y atención especial.

Sin embargo, es tiempo de relacionar que ella está fuera de mi vida. No puede hacerme daño, no puede seguirme limitando de esta manera. Se ha ido y tengo a una persona completamente diferente a mi lado. Y aunque eso a conllevado a darme cuenta de que ciertas cosas que creí lo más normales no lo eran, todos esos cambios están resultando para bien.

—Yo también te quiero —respondo, tras haberme tomado mi tiempo. Su cabeza sigue en mi hombro, así que la rodeo a modo de abrazo, reposando mi mano en su cintura.

Y, realmente lo hago. La quiero. Mi lista de amigos, verdaderos amigos, se reduce a una sola persona y hasta hace poco, ni siquiera sentía que lo fuera todavía. Y creí que estaba bien con ello, hasta que me dí cuenta de lo sola que estaba.

Y ahora súbitamente tengo una nueva amiga que en teoría conocí gracias a Ally. Es decir, Bárbara es (o era, no lo sé) fan de su trabajo. La primera vez que la ví, fingía desmayarse de la emoción en los brazos de Pablo cuando las chicas entraban a ensayar.

—¿Qué es tan divertido? —pregunta.

—Lo fan que eras de Fifth Harmony cuando te conocí —respondo riendo.

—Todavía lo soy, sólo me acostumbré a su presencia. Además, actuar fangirl sólo las haría sentir incómodas y no quiero eso —sonríe—. Y pesar de todo, sigo creyendo que Ally es de las más talentosas de la industria, pero no se lo digas, se enaltece —bromea.

Paraíso. ➸Ally Brooke y tú.Where stories live. Discover now