-¡Bienvenida a Happy Hotel! Soy Charlie- se vio interrumpida su presentación por un demonio rojo.
- ¡Cariño! Bienvenida que bueno que llegas Niffty necesitara ayuda por aquí y hemos pensado darles unos toques mas elegantes por aqui- comenzó a hablar...
La de alas ocultas limpiaba la herida del demonio de la radio que se hallaba en su mano. Esta se había dado cuenta de la herida cuando la ayudaba a bañarse.
-debes de dejar de herirte Alastor- comento al de grande sonrisa que solo la observaba curarle.
-sabes que puedo curarme en un momento, ¿No?- respondió sonriendo. La de alas ocultas soltó un bufido enfadada desapareciendo el fuego de color morado que salia de sus manos -con el cual curaba al de rojo- para levantarse del sofá y tirarse a la cama sin importarle que el de rojo viera mas piel debajo de su pijama.
"Despues de todo es asexual" pensó la chica haciendo aparecer sus alas para que el de rojo no se acercara mas a ella en la noche. "Estupido demonio, solo queria hacer algo lindo por ti" penso para cerrar los ojos y dormir.
El de rojo -el cual no duerme para colmo- observo a la chica con una sonrisa un poco mas decaida "no te encariñes" pensó de la nada, miro la herida de su mano la cual estaba un mas pequeña que antes y enterró su uña abriéndola un poco mas. Se levanto para cubrir con una manta a la bella demonio que se encontraba ya durmiendo.
En otro lado del hotel se encontraban la princesa del infierno y una muy enfadada/ consternada Vaggie.
-Vaggie tranquila- trataba de calmarla Charlie sin resultados.
- ¿Es que acaso no te das cuenta?- pregunto Vaggie- ¡Se parece a tu padre!- grito- ¡Aparte vino de la nada! ¡Y tal vez tiene algún trato con ese...- se corto mientras hacia un extraño movimiento con las manos.
-B. Bueno tal vez su parecido con mi padre tenga explicacion- respondió esta un poco nerviosa- Solo se parece un poco.
-¿Un poco? ¡Casi es parecida a ti y a tu madre!- le contra dijo y la arrastro a un cuadro- mira.
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-Vaggie se bien lo que tratas de decirme- le sonrei- hablare con mi padre sobre esto.
La conversación continuo un poco mas hasta que por fin no se escuchaba nada. La chica de alas dormía plácidamente sin preocuparse, después de todo sabia que cierto demonio -que no dormia- la cuidaba, ya que -obligatoriamente- termino por ser su responsabilidad y por ello tenia que cuidar de ella.
El demonio de rojo jugaba con su cabello y acariciaba su mejilla, para bajarla a la curva de su cuello, observando esa dolorosa mordida que le había hecho. Paso sus dedos por ella, el sabia que la de alas podía curarse si quería pero, sin embargo, nunca lo haría por el simple hecho de que era de parte del de rojo del que -apesar que no quisiera- llego a tomar mucho cariño por todo lo que hace por ella, y el lo sabia.
