Lujuria De Alfas «NaruSasuNaru»

-4- «Naru-chan»

•Naruto•

Me quedé boquiabierto, no sabía que responderle, seguir negando lo con él, era una pérdida de tiempo y de dignidad.

—Deberias irte a casa, podría avisarle a mi tío para que contacte con tus padres— Itachi saca su móvil, esperando mi respuesta.—¿Y qué dices?

Me quedó pensando, en mi casa no hay nadie, y mis padres están trabajando, no quisiera molestarlos, la otra opción sería mi tío Hashirama, no hace literalmente nada, así que debe estar libre.

—Dile que llame a Hashirama Senju, es obvio que ya lo conoce, dattebayo— sonrió con malicia al imaginarme la cara de mi tío al recibir una llamada de Madara Uchiha.

Él actual director de nuestro instituto, y tutor legal de mi futuro cuñado y futuro esposo. Había escuchado de mala gana de mi tío Tobirama, que él viejo Hashirama estaba flechado con aquel amargado Uchiha desde que iban al jardín de niños.

—A veces me pongo a pensar que hubiese pasado si Madara aceptaba a tu tío.— está vez fue su turno de reír— Además de ser ambos alfas hubiesen sido también familia.

Agaché mi cabeza, sabia perfectamente a lo que se refería. Yo también me había planteado esa posibilidad, pero gracias a Kami que mi suerte no es tan mala.

—Ven, vamos a su oficina. Si dejo que vayas solo, lo más posible sería que tú celo regresé— toma mi brazo pasándose los por los hombros, para ayudarme a caminar.

Caminamos lo más rápido posible, no había nadie a esa horas por los pasillos. Pero no faltaba el flojo que se quedará en los pasillos y esparciera el rumor de que Uchiha Itachi salió de los baños con un pequeño alfa casi sin resistencia. Era mejor ir con precaución.

Al llegar a la oficina de Madara tocamos esperando una respuesta de su parte. La gran puerta se abrió dejando ver a aquel imponente omega de larga cabellera y puntiaguda.

—¿Itachi, ocurre algo?, ¿Le pasó algo a Sasuke?— pregunto con preocupación en su voz. Tenía un leve sonrojo en su rostro.

Si algún día le pido permiso para estar con Sasuke, sería un honor ser pateado por él, esas facciones delicadas y rudas a la vez me recuerdan mucho a Sasuke. Perfecto.

—No, él está bien.— explico Itachi, ayudándome a sentarme en una de las sillas de la oficina.— me encontré a este alfa en el baño. Al parecer entro el celo.

—Mmm, ¿Cuál es tu nombre, mocoso?— al fin puso su mirada en mi, aquellos ojos que me miraban con superioridad.

¿Todos los Uchiha serán iguales?, ¿Y por qué mi familia seguía callendo como tontos por ellos?

—Uzumaki Naruto.— respondí con respeto.
Si quería llegar a Sasuke, tenía que ganarme al suegro primero.

—Vale, dame el número de tu apoderado a cargó— él director se sentó en su silla del escritorio, esperando que le dé el número para poder marcarle.

—Es Hashirama Senju, ahora mismo le doy el número— busque mi móvil entre mis cosas.

—No es necesario. ¡Hashirama!— el Uchiha mando un grito que para mí fue aterrador.

De un pequeño armario apareció mi tío Hashirama con una sonrisa que no se podía descifrar si era de miedo o de alegría.

—Naru-chan.—