-7- «Amigos»

8.5K 773 238
                                    

Naruto

Ya han pasado tres días de mi celo, en los cuales solo he añorado el aroma de Sasuke. Es que es tan embriagador. Es como mi droga personal. Si tan solo la sociedad aceptará que dos alfas machos pueden ser parejas, no me hubiese despegado de Sasuke.

Karin a estado muy pesada con el tema de que debo de conseguir una novia para pasar mi celo. Según ella sería más fácil pasar los torturadores días que dura.

Hasta a llegado a traer a sus amigas a casa para presentarme las, pero ni en mi celo podría tomar a una Omega, su solo olor me repugna.

Ese repugnante y nauseabundo olor hace que mi alfa llore pidiendo que el olor a chocolate amargo de Sasuke se haga presente, han sido los peores tres días de mi vida sin verlo.

Además de que está el hecho de que en mi casa se está quedando también mi tío Hashirama, el cual no deja de quejarse de su dolor de espalda.  Desconozco el hecho de porque se está hospedando aquí, y no en su casa.

Pero mi padre no podría decirle que no a su tío más cercano, lo aprecia mucho, ya que lo ha ayudado desde el comienzo con su pequeña tienda.

—Naru-chan, podrías traerle una cerveza a tu adolorido tío— dice recostado en mi cama.

—Esta bien, pero que no se te haga costumbre, viejo.— me levanto de mi asiento, tirándole una almohada al rostro.

—Por eso te amo tanto, Naru—

Estúpido viejo, cree que uno es su sirviente personal, cómo hubiese querido que el director lo encerrada en el pequeño armario y no lo dejara salir más.

Nos haría un favor a todos, yo no puedo soportar estar compartiendo cama con él. Y estoy seguro que el tío Tobirama está celebrando no tener a su hermano en casa.

Bajo las escaleras a pasos apresurados, en la casa no había nadie más que Hashirama y yo. Todos los demás estaban trabajado o en el instituto en el caso de Karin.

Se supone que ya debió haber llegado. Ehh, cómo sea.

Al llegar a la pequeña cocina abro el refrigerador para sacar la bendita cerveza de mi tío. ¿Sabrá tan bien?, Nunca he probado una, siento curiosidad, pero si mi madre se llega a enterar de que si quiera pensé en probarla me daría la paliza de mi vida.

—Naruto, ya llegué— entra Karin a la casa acompañada de sus amigos.

Pero estos no son los mismo del ayer, son Juugo, Suigetsu y... Sasuke. Mi lindo Sasuke esta en mi casa, en mi humilde hogar.

De tan solo ver su rostro siento mi mundo dar mil vueltas. Se ve tan hermoso, esa cara de niño rico que nunca a pisado una casa donde la cocina y el comedor están juntos.

—Hey Naruto, ¿Cierto?— pregunta el albino de nombre Suigetsu— Tienes una casa muy acogedora, amigo.

Sonreí en respuesta, en simples palabras me dijo pobre. Nunca me ha importado, pero quisiera que Sasuke siguiera teniendo todos sus lujos una vez nos casemos, por eso me voy a esforzar y le voy a dar un hogar el cual se sienta orgulloso.

Claro si es que se casa conmigo.

—Si, gracias. Karin que bueno que llegas, hoy te toca lavar la ropa— le digo acercarme a ellos, Sasuke miraba por toda la casa, y Juugo solo sonreía.

—Lo se, por eso los traje, me van ayudar— dice con una sonrisa malvada mirando a sus amigos— Estos niños ricos deben aprender lo que lavar su ropa.

—Tu misma lo dijiste, Karin, nuestra ropa, no la tuya— dice suspirando Juugo, mientras que les quita la mochila/bolso a cada uno de sus amigos, dejándolas en un sillón.

—Es lo mismo— reclama Karin haciendo un puchero.

—No es lo mismo— por fin habla Sasuke, su voz es música para mis oídos— No venimos a lavar tus calzones sucios, venimos a hacer tarea, ¿Oíste?

—Si, Sasuke-kun— sonríe... ¿dulcemente?— Ya escucharon a Sasuke, a hacer la tarea.

Los demás suben dejando a Sasuke solo conmigo, por fin, aún mi olfato está muy sensible, por lo que podía oler el aroma de los demás mezclados con el delicioso aroma de Sasuke.

—¿Cómo estás?, Ese día Itachi no me dejó preguntarte— dice acercándose a mi.

—Estoy mejor, dattebayo. Gracias por preocuparte— digo tratando que no se note la emoción que siento que se haya preocupado por mi.

—No hay de que, después de todo somos amigos ¿No, dobe?— me dice mostrando una pequeña sonrisa.

—Por supuesto, amigos— sonreí tristemente, pero con perseverancia, muy pronto ese "amigos" iba a cambiar.

Nos quedamos mirando por un rato, es raro, nunca había estado tan dócil, ¿Le ocurrirá algo?, ¿O yo tengo un problema al querer que me insulte como siempre?.

—Naru-chan, ¿Por qué te demoras tanto?— pregunta Hashirama bajando las escaleras— Ohh pero si es el chico Uchiha.


¿Por qué a Hashi le dolerá la espalda?

     Hasta la próxima

Lujuria De Alfas «NaruSasuNaru»Where stories live. Discover now