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Cuando observo a la gente caminar, me invade la curiosidad. ¿Qué pensamientos rondarán sus mentes? ¿Cuáles serán sus anhelos, sus angustias, las cargas invisibles que llevan sobre los hombros? Muchos ríen y juegan, y eso me hace recordar aquellos tiempos en los que mi única preocupación eran los raspones en las rodillas y la única medicina que necesitaba eran los abrazos de mamá y papá. Pero esos días quedaron atrás. Ahora, en esta nueva etapa, me toca “vivir”, descubrir quién soy, qué quiero ser y con quién quiero compartir mi vida.

—¡SUNNY, BAJA YA! ¡EL AUTOBÚS SE PASÓ LA PARADA!

Un suspiro escapó de mis labios antes de girarme y encontrarme con la mirada burlona de mi mejor amiga.

—¿Estabas en tu viaje astral, Jisunnie? —preguntó Holy, cruzándose de brazos con diversión.

—No realmente, solo imaginaba mi boda con Jung Yoon Hwa y cuántos invitados tendríamos —respondí entre risas.

—¡Ja! Yoon Hwa es mío, y lo sabes muy bien. La única que se casará con él soy yo.

Holy y yo siempre discutíamos por nuestros famosos favoritos, aunque ambas sabíamos que era un juego sin ganador.

—Claro, claro, and I’m the England queen —dije con sarcasmo.

—No entendí nada, pero mientes —sentenció con seguridad.

Reí internamente. A pesar de tener un padre coreano-estadounidense, Holy no era precisamente experta en inglés, así que de vez en cuando me divertía lanzándole frases que la dejaban desconcertada.

Las clases comenzaron como cada lunes. Apenas iniciaba la primavera y ya se veían parejas paseando por los pasillos, tomados de la mano. Eunwoo y yo solíamos hacer apuestas sobre qué relación terminaría primero. Era un pasatiempo bastante entretenido y, además, nos dejaba buena ganancia.

—¿Hiciste la tarea de Física, Sunny? —preguntó de repente Eunwoo, acomodándose en su asiento.

—Hice lo que pude, pero me faltaron algunos ejercicios. ¿Tú hiciste toda la tarea? —pregunté, aunque ya sabía la respuesta.

—Por supuesto. Estaba realmente fácil —respondió con orgullo.

—Oh, sí, claro. Y dime, ¿hiciste la tarea de inglés? —inquirí con picardía.

Su expresión cambió de inmediato.

—¿Había tarea? —musitó, con la boca entreabierta.

—Yes, we have it, dear Eunwoo —dije con una sonrisa triunfante.

—Yo… por favor, ayúdame, Jisunnie, y te prometo que te ayudaré con Física —suplicó, dejando de lado su habitual arrogancia.

—Trato hecho. Pero en el recreo quiero ver esos ejercicios terminados —advertí, levantando una ceja.

—Está bien, está bien —aceptó con resignación.

Eunwoo tenía una sonrisa encantadora, de esas que derretían a todas las chicas del colegio. Era popular y carismático, y estaba segura de que cuando debutara como idol, me agradecería por haber sido su maestra de inglés y su soporte incondicional durante todos estos años.

El primer bloque de clases transcurrió con normalidad. Cuando sonó la campana del almuerzo, me dirigí al comedor para reunirme con Holy y Nayeong. No estábamos en el mismo salón, pero sí en el mismo grado, y estar separadas durante las clases era una verdadera tortura.

—¡Sunny, por aquí! —gritó Nayeong, agitándome la mano.

Me acerqué con mi bandeja de comida y me senté frente a ella.

—Hola, Nayeon-gi. ¿Cómo estás?

—Estresada —respondió con un puchero. —Quiero un novio.

Fruncí el ceño, fingiendo disgusto.

—¿En serio? ¿Por eso estás así? Ugh, eres patética, Nayeong-gi.

—Lo sé —admitió con una sonrisa culpable. —Por cierto, Holy dijo que nos alcanzaría más tarde.

—Está bien, ya vendrá —dije con una risita. —Pero yo no podré quedarme mucho tiempo, tengo que ir al salón para que Eunwoo me ayude con la tarea de Física.

—Te preocupas demasiado por las tareas —se quejó, exagerando su expresión. —Deberías relajarte un poco.

—Tengo que mantenerme entre los primeros lugares —repliqué con convicción.

—Lo sé, y tienes razón. Es importante destacar, pero no olvides divertirte y vivir tu vida, Jisunnie.

Sus palabras quedaron resonando en mi mente mientras comía en silencio. Las analicé una y otra vez, dándoles vueltas sin llegar a ninguna conclusión clara.

De repente, miré el reloj y entré en pánico.

¡Solo quedaban diez minutos para que terminara el receso!

Tomé apresuradamente mi bandeja y caminé lo más rápido que pude hacia el lavadero. Pero en mi prisa, no me di cuenta del pie de un estudiante que se interpuso en mi camino.

¡Crash!

Los platos cayeron al suelo con un estruendoso ruido, y yo caí con ellos.

El comedor entero se quedó en silencio por un segundo, hasta que las risas y murmullos comenzaron a llenar el ambiente.

—Genial… —murmuré para mí misma, cerrando los ojos con frustración

S E R E N D I P I A  [Choi Soobin/ editando]Where stories live. Discover now