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Steve evadió la mirada de Tony una vez más jugueteando con la tacita de té aún caliente entre sus manos.

-¿Te vas a quedar toda la tarde callado?-

-dijiste que si me sentaba contigo me darías mi pastel, solo estoy esperando-

Y la verdad es que esperar le estaba costando mucho esfuerzo al rubio. Sus ojos azules se desviaban en cada oportunidad a la cajita que permanecía cerrada sobre la mesa del pequeño café a donde lo había hecho ir Tony.

-No, dije que si te sentabas aquí conmigo a hablar del muy obvio asunto entre nosotros entonces te daría el pastel... no has hablado en todo este tiempo...-

Con una mueca de obviedad Tony jaló el pastel hacia él para destaparlo y terminó sonriendo al ver que era un simple pastel de vainilla y fresas.

-¿De verdad has seguido a un desconocido solo por este pastel?-

Steve se sonrojó alcanzando casi el mismo color de las bonitas fresas que decoraban el blanco pastel.

-¡No lo entenderías!-

Sin poder contenerse estiró la mano armada con su pequeña cuchara de té para tomar una porción y por fin llevársela a la boca.

-Espera!! Pediré que lo cor....-

Pero Tony se quedó callado porque ahí estaba de nuevo ese olorcito tan peculiar que le había llevado hasta el rubio la primera vez en el supermercado.

Steve por su parte prácticamente se estaba derritiendo con los ojos cerrados del gusto que suponía por fin cumplir su antojo.

Tony en cambio se quedó callado observando lo guapo que era en realidad el rubio. Su cabello rubio como el sol y sus facciones delicadas como las de cualquier omega de su complexión pero sin dejar de ser masculinas...

"De cualquier omega..."

Se repitió en su mente y fue como si un foco se encendiera sobre su cabeza.

-¡Eres un omega!-

Su tono fue lleno de júbilo y su propio aroma delató su propia emoción.

Fue Steve quien se quedó congelado al escuchar aquello y cualquier rastro de la nube de placer sensorial en el que lo había sumergido ese pequeño bocado se esfumó por completo dejándole solo la incomodidad de la frase que acababa de pronunciar el moreno frente a él.

-¿por que sería eso tan relevante? -

Esta vez el ceño fruncido que delataba su enfado hicieron que Tony difuminara poco a poco la sonrisa que se había formado en sus labios.

-¿por que yo soy un alfa?... -

-¿y?-

Tony casi quiso reír de frustración ante lo denso que estaba siendo el rubio.

-somos destinados Steve y afortunadamente no eres un beta...-

-¿afortunadamente? ¿Estás diciendo que el lazo está "bien" porque soy un omega pero que de haber sido un beta entonces no estaría "bien"? -

Tony casi se golpeó la frente al caer en cuenta de lo que acababa de decir pero rápidamente recordó las palabras de Pepper.

-Estoy diciendo que me alegra que seas un omega porque eres muy lindo y de haber sido un beta jamás habría existido ningún lazo entre ambos... -

-¿por qué no?-

-¿porque no existen ese tipo de uniones... los Betas no pueden desarrollar marcas... por eso mismo lamento mucho lo que sucedió el otro día en el supermercado, mi reacción fue gatillada por la ignorancia.-

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