♠ Capítulo V♠

193 22 10
                                    

- Su majestad, por favor déjeme ésto a mí - dijo Lilith mientras se acercaba a ellos - yo cuidaré de la señorita mascota.

Pudo ver en sus ojos el rechazo. Había notado el desprecio de Alexander así persona, pero no le importó ya que él terminó cediendo.

- Está bien, cuida de ella - dijo mientras se ponía de pie - No quiero quemo mascota se enferme todo el tiempo - dijo mientras caminaba por su lado en dirección a la puerta y la rebajaba con la mirada como a un simple bicho.
- Si su majestad - se limitó a responder la sirvienta.

Al príncipe le importa mucho éste ser humano, pensó Lilith, luce como que no puedo mantenerla más...

Dolor, mucho dolor...

Ayla se levantó de la mesa muy adolorida tratando de no perder el equilibrio.
Ese vampiro asqueroso, ¿qué me hizo comer?
Sintió su cuerpo tambalearse obligándola a sujetarse de algo. Trato de aferrarse a la mesa pero no pudo y calló al suelo llevando consigo al blanco mantel y al juego de porcelana en el cual se le había servido.
- ¡Humana inútil! - oyó decir - ¡Has roto la vajilla favorita de su alteza!

La sirvienta la tomó por el cuello de su remera y la levantó como si de una pluma se tratase.

- Una mascota es una mascota, eres una mujer tan descuidada, ¡No puedes pagarlo con toda tu sangre! - gritó para después abofetearla.

- ¡Lilith! La reina quiere ver a la mascota de sangre de su excelencia. - dijo un guardia que se asomaba por la gran puerta.

- Ya veo, se la llevaré a la reina - dijo mientras soltaba el cuerpo de la mujer - suerte para ti. Espera hasta que vuelvas - advirtió la mujer a la mascota mientras la arrastraba hacia la presencia de la reina.

- Recientemente escuché que estabas intranquila humana,¿Qué has estado haciendo últimamente? - preguntó la reina desde su gran trono - Sé honesta conmigo.

La joven mascota por temor a otra represión aún mayor, prefirió guardar silencio.

- Ya que ella no habla - interfirió Lilith - déjeme explicárselo a usted, su excelencia. - continuó - Estos días el príncipe ha sido muy amable con ella,e incluso la alimentó, pero ésta humana... No tiene consciencia de ser una mascota y repetidas veces ha desafiado al amo. - intentando demostrar pena - Ella no sabe lo que es la gratitud. Estoy tratando de disciplinarla.
- Bien hecho mí encantadora Lilith. Te esfuerzas tanto en tu trabajo... - Respondió la reina conmovida por las palabras de aquella.
- Es mí más grande honor ayudar a su excelencia y a su alteza.

Alexander es muy cercano a ésta mujer, nunca lo había visto así antes, está mujer... No puedo dejar que se quede con mí hijo. Pensó la reina mientras miraba a la mujer arrodillada en el piso mientras se tambaleaba hasta caer finalmente.

- ¡Su excelencia, ella se desmayó! - Avisó uno de los guardias que se acercó a corroborar su estado.
- En ese caso... - Dijo la reina pensativa con malicia.

Más allá de mi vida Tu mundoWhere stories live. Discover now