♠️ Capítulo XXX ♠️

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- Realmente eres malo. - dijo Ayla conteniendo su risa y el dolor que comenzaba a formarse en su estómago a causa de ésta - Ven, te voy a mostrar... - continuó mientras arrastraba al vampiro junto a ella - ... Primero, debes levantar las manos y ponerlas así, luego debes cerrar un ojo, después...

Algo caliente en su cuerpo le quitó el habla, las manos del vampiro acariciaban su cintura mientras él se apoyaba tras su ahora tembloroso cuerpo.

¿Por qué hace esto? Pensaba la menor ¿Estas demostraciones en público no perjudican su imagen? ¿Por qué mi corazón late más rápido?

- A-Alexander... ¡Suéltame!
- ¡Oh Dios mío! ¡¿Ese es su alteza?! - Se escuchó la voz de un civil.
- ¡Si! - otro respondió.
- ¿Qué está haciendo aquí? - Comenzaban a murmurar las personas.
- ¿Por qué gritaste tan fuerte? - Reprendió el dueño a su mascota - ¡Vámosnos! 

- Haa... Haa.. Haa... 
-Eres una buena para nada... Corres un poco y ya estás cansada.
- ¡Tu eres un vampiro, tienes mucha más energía! - Se defendía la menor ya sin aliento - Además... es porque me hiciste correr de repente...
- ... Porque gritaste tan fuerte y todos se dieron cuenta.
- Pero, tu me abrazaste...
- No necesito pedir permiso para haecerle algo a mi mascota, todo lo perteneciente a ti es mío de todas formas.
- ¿Puedes decirlo más amablemente?
- No necesito que una mascota me diga lo que tengo que decir.
- Soy una  persona... - decía Ayla calmadamente con su cabeza hacia el suelo- Pero, me limitas en todo... ¡Me consideras solo una mascota! ¡¿Te importan mis sentimientos?! -Gritó ya perdiendo el control.
- Entonces dime - respondió su alteza sin más - ¿Qué tengo que hacer contigo? - mientras la tomaba firmemente de la cintura y la pegaba a su cuerpo - He sido demasiado amable contigo. Tú en cambio seduces a otros hombres... 
- ¡¿Seduzco a otros hombres?! ¡Quién eres tú para insultarme así! - Gritaba Ayla con un terrible dolor en el pecho y con sus lágrimas ahogando sus pupilas - Cada vez... te odio más... - dijo esto último con un hilo de voz mientras las lágrimas caían contra el suelo.

Un pequeño silencio se formó entre ellos. 

- Una mascota es sólo una mascota - dijo el vampiro mientras tomaba la barbilla de la joven haciendo un poco de presión y acercaba sus colmillos a sus labios.
- ¡No! - una cachetada terminó en el rostro del príncipe dejando una marca rosada en su blanca piel - ¡No Alexander, has ido demasiado lejos! ¡Aunque me consideres una mascota o una sirvienta, ¡Soy una persona y tengo dignidad! - continuó con pequeños espasmos debido a su llanto - Por favor... no me humilles...
- ¿Dignidad? ¿Seduciendo a otro hombre frente a mí? ¿O no me tomas en serio? -Dijo el vampiro oscureciendo su mirada y perdiendo la paciencia. 
- Sólo quiero ser tratada en igualdad - dijo la mujer apretando sus puños con su falda - ¡Para de esclavizarme, de controlarme y vigilarme todo el tiempo! Dame un poco de libertad y dignidad como persona.
- ¿Qué no te esclavice, controle o vigile? - dijo el hombre pegándola contra la pared - Si te prometo eso... - continuó clavando su mirada en la de ella - ¿...Te quedarías conmigo? ¿No te escaparás de nuevo?
- No, yo...
- Me prometes que si te doy libertad - dijo susurrando en su oído - ¿No me dejarás?

Una corriente de electricidad recorrió el cuerpo de Ayla erizando hasta el último de sus cabellos. No respondió...

- Regresemos. - Ordenó el príncipe dándose la vuelta y comenzando su camino sin mirarla.

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Más allá de mi vida Tu mundoWhere stories live. Discover now