♠️ Capítulo XXXIV ♠️

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- No te preocupes ellos siempre se comportan así - dijo el menor a la humana.
- Será mejor que salga y eche un vistazo... - dijo la mujer poniéndose de pie.
- ¿Qué anillo? - Preguntó Alexander a Chris sin notar la presencia de Ayla tras ellos.
- ¿Oh? Ella no te lo dijo... - continuó mientras notaba como Alexander comenzaba a apretar sus puños - ¿Cómo podría recurrir a un hombre que restringe su libertad?... Bien, bien, como nuestra alteza real no sabe, no tengo más que contar... - dijo para luego alejarse dejándo atrás a un príncipe molesto.

Cuando Chris tomó distancia de ellos Alexander volteó su mirada encontrándose directamente con Ayla.

- ¿Qué anillo?
- ... Me lo dejó mi abuela... Lo aprecio mucho... - mintió- Pero lo perdí cuando vine a este mundo... No se si todavía está aquí, pero... realmente quiero encontrarlo.
- Bien... - suspiró - Puedes decirme cualquier cosa en el futuro.
- Sí, lo haré...
- No te preocupes. Encontraré el anillo para ti. - aseguró Alexander mientras acariciaba la cabeza de la joven entre sus orejas de gato.
- Gracias...

Alexander... lo siento. Dijo la mascota para sus adentros.

- Vamos...
- ¡Guau! ¡Qué hermoso! - Dijo Ayla mientra observaba unas mariposas volar juntas.

 - ¿Sabes?, la gente y el mundo le pertenecen a Alexander al igual que esa mascota de sangre

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 - ¿Sabes?, la gente y el mundo le pertenecen a Alexander al igual que esa mascota de sangre. Él siempre verá a través de tus trucos así que deberías renunciar... No podrás ganarle. - Dijo Fran mientras se acercaba a Chris para luego marcharse.
- ¿Oh? ¿Estás seguro? - dijo Chris con mirada oscura - Bueno, pues ya veremos quién ganará.

...

La noche había llegado en el reino que se iluminaba gracias a la gran luna. 

toc, toc, toc...

- Adelante.
- Alexander, ten un poco de té. 
- Te dije que podías dejar de ser una criada. Parece que prefieres servirme a ser libre.
- ¡No! - dijo Ayla tratando de aclarar las cosas - Solo quiero agradecerte por el anillo.
- Entonces tu forma de agradecerme... es bastante simple.
- No soy un vampiro ¿Cómo podría saber cómo agradecer a los vampiros?

Una lujuriosa sonrisa se dibujó en el rostro del vampiro que prosiguió a tomar la muñeca de la mujer para obligarla a sentarse en su regazo quedando frente a frente.

- Te han tratado así muchas veces. - dijo el hombre mientras tomaba la barbilla de la mascota - ¿Todavía no lo sabes? - dijo tomando el bretel de su blusa y deslizándolo suavemente por el hombro de la chica dejando éste al descubierto - En ese caso... deja que tu cuerpo me sienta. 

Los colmillos del hombre penetraron lentamente su piel quitándole el aliento a Ayla en un pesado suspiro mientras su temperatura corporal comenzaba a elevarse cada vez másy las manos del hombre recorrían su cuerpo.

- Alexander... detente...
- ¿Que me detenga? - dijo retirando su boca de su cuello no sin antes pasar su lengua - Obviamente estás disfrutando... ¿Te sientes bien, verdad?
- Alexander...
- Cállate. Sólo tienes que sentirme... - dijo para luego clavar sus dientes ahora entre los pechos de la joven hasta que esta se desmayó.

El príncipe la tomó en sus brazos y la acunó como si de un bebé se tratase. Él sabía que Ayla le había mentido respecto al anillo, podía sentirlo por su aroma el cual se volvía levemente más fresco dejando atrás su dulzura.

Quiero respetarte, dijo para sus adentros, pero me temo que me dejarás cuando estés libre. No quiero verte triste o lastimarte pero ni siquiera puedo protegerte Ayla... ¿Qué demonios debería hacer contigo? ... Ojalá pudieramos estar juntos para siempre. 

Más allá de mi vida Tu mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora