REBECCA
Rebecca se mantuvo inmóvil, observando hacia el desierto sin vida que era el Yermo. Alrededor de ella podían verse como los reclutas de Ashton intercambiaban pedazos de chatarra por comida, transistores, por lo que necesitaran. Era un nuevo mundo era cierto, y la chica había pasado 7 años de su vida en esta nueva realidad. Pero a sus 19 años Rebecca no podía olvidar todavía el mundo del pasado. Había una psicosis presente en la mayoría de las personas, donde se daban por vencidas, Donde ahora solo les importaba sobrevivir y no regresar al mundo de antes. Aunque Rebecca, también sabía lo doloroso que podía ser recordar al mundo de antes.
--Gracias señorita Austin. —dijo el Alcalde George. –El hombre se acercó a Rebecca. La chica dio una ligera reverencia. Sin entender bien él porqué. Aunque ella sabía que el hombre era el Alcalde de Ciudad Remache, la barba, el porte y la aparente armadura que llevaba le recordaban más a un rey que aún alcalde. –Si no hubiese sido por ustedes jamás nos hubiésemos percatado de la presencia de Células Reyes en nuestra ciudad. No es a nosotros a quienes tienen que agradecer, sino a la Teniente Érica Gallen y a Judas. —respondió Rebecca.
--Sus amigos, se han ido a un lugar muy peligroso. —respondió El Alcalde. –Casa Solariega, es él único lugar que los moradores de la arena ni los irradiados se atreven a tocar.
--Es por esa razón que debemos permanecer juntos.—respondió Rebecca Austin. –En el yermo no hay muchos lugares pacíficos.
--No, no los hay...
--Le propongo una Alianza. —dijo Rebecca Austin. —Entre Ciudad Remache y Ashton.
--¿una alianza? ¿Bajo qué términos?
--Un pacto de mutua ayuda. —respondió Rebecca. Si los Reyes alguna vez atacan Ciudad Remache, Ashton irá en su ayuda y viceversa.
--Ciudad Remache es una ciudad pacífica. —respondió el Alcalde. –No estamos hechos para la guerra. Yo no estoy hecho más para la guerra.
--Sí los Reyes cumplen con su amenaza y viajan al este...No vale la pena morir. He estado solo un par de días en Tierra de Nadie, y en estos días no he visto más que gente matándose unas a otras.
--Yo he visto gente matándose toda mi vida. —respondió El Alcalde. --Sin embargo, si hemos de llegar a la guerra. es mejor pelearla juntos que solos. —dijo El Alcalde y le tendió la mano a Rebecca. La chica le dio un leve apretón en la mano del hombre. Al final de la jornada el auto de pacificación emprendió el regreso a Ashton sin embargo antes de irse, le dio al alcalde de Ciudad Remache una radio de alto alcance ajustado a la frecuencia Privada de la estación de Policía de Ashton. La noche cayó rápidamente y el resto de los reclutas pronto se vieron durmiendo en los asientos traseros del vehículo de pacificación. Rebecca estaba en el asiento del pasajero delantero con su metralleta en las manos. La chica recorrió la superficie del arma con un pañuelo limpiador.
--Ellos estarán bien.—respondió Brad, el muchacho no quitó la vista del camino.—La Teniente Gallen está en buenas manos. Judas es tal vez el hombre más astuto que haya visto jamás.
--O, tal vez sea Judas quien esté en buenas manos. No temo por la teniente Gallen, se que la jefa peleará con todo para cumplir con su misión.
--¿entonces que te preocupa?
--Eso mismo, Que La teniente Gallen peleará con todo hasta su último aliento para terminar con su misión. —respondió Rebecca. –Desde que era niña lo único que quería era visitar el yermo, pelear en Tierra de Nadie, pero ahora...no esperaba que mi primera incursión fuese un fracaso.
--No creo que haya sido un fracaso Rebecca. Lograste establecer un pacto comercial con Ciudad Remache. Cumpliste con tu deber.
--No, nuestra misión era capturar a El Brayan y El Brayan escapó, ahora la teniente Gallen va Casa Solariega, se va a meter en la boca del lobo para cumplir con su misión. Deberíamos estar allá, deberíamos estar allá luchando a su lado.
Entonces Brad puso su mano en la rodilla de Rebecca.
--Ten confianza...en que la teniente Gallen regresará. Ambos lo harán. —respondió el muchacho.
Esa noche Rebecca tuvo un sueño...recordaba cuando era una niña y miraba por la ventanilla del auto, cuando las bombas cayeron y grandes champiñones radioactivos redujeron las ciudades a ceniza. Sus padres condujeron todo lo que pudieron y fue una suerte que llegaran a Ashton...pero no tuvieron la suerte de vivir en Ashton. La radiación los estaba convirtiendo en irradiados. El teniente Richard Pierce y Érica Gallen se encargaron de ellos antes de que terminaran de convertirse en irradiados y desde ese momento Rebecca quedó al cuidado de la Teniente Gallen.
Cuando llegaron Ashton esperaban una bienvenida o algo, pero nadie les había recibido más que los guardias de la puerta. Rebecca entonces fue hacia la alcaldía donde vio la gigantesca torre de comunicaciones que estaba siendo instalada en medio del parque frente a la alcaldía. La Alcaldesa Schwartz estaba supervisando personalmente el desarrollo de la torre de comunicaciones. Y el Teniente Richard Pierce se encargaba de coordinar a los trabajadores de la construcción. Los ciudadanos de Ashton estaban sorprendidos con aquella construcción.
--Teniente Pierce.—dijo Rebecca.
--Rebecca. —respondió al saludo el Teniente Pierce.--¿Qué pasó?...¿Dónde está Érica y Judas?—le preguntó el teniente.
--Ellos...la misión se complicó, los dos continuaron en la persecución con Judas. Nosotros nos tuvimos que regresar. —Dijo Rebecca. --¿Qué rayos es esa cosa?
--La Alcaldesa Schwartz, desde que recibimos esa transmisión...ella ha buscado la forma de contactar a más soldados y sobrevivientes en el yermo para visitar Ashton.
--No creo que sea buena idea. —dijo Rebecca.—Las cosas allá afuera son peor de lo que imaginé. Deberíamos tener cuidado con quien invitamos a nuestro hogar.

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Días de Anarquía: Año 7
Science FictionHan pasado 7 años desde que las bombas cayeron, Y el mundo como lo conocemos no ha desaparecido por completo, pero tampoco es el mismo. Mientras que el Yermo radioactivo alberga a saqueadores, mutantes y zombies irradiados, Ashton; ultimo bastión d...