estabas parada ansiosa frente a la puerta del interior del elevador, san te mataría. llevaban más de una semana intentando verse para poder cenar, después de ser contratada para nuevos proyectos en la empresa se te hacía imposible salir con san.
al momento de escuchar el timbre que te avisaba que las puertas se iban a abrir tú ya estabas más afuera que a dentro.
caminabas a prisas por aquellos largos pasillos, y subiste tan rápido como tus cortas piernas te dejaron, aquellas escaleras de emergencia. san y tú se veían a escondidas, pues la empresa aún no sabía de su relación.
a lo lejos divisaste a tu novio, quien veía la ciudad desde la orilla de aquella azotea. corriste hasta donde él y paraste a menos de un metro para tomar aire—. lo siento san, él trabajo otra vez, se me fue el tiempo... —. no decía nada, pasaste tu mano por tu cabello para peinarlo—. yo... no me puedo dar el lujo de negarme, lo sabes.
—llegas una hora tarde—. volteó a verte indiferente, miro la luna y después regresó su mirada a la vista que tenía frente a él
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—lo habría entendido si tan sólo hubieras contestado mis mensajes y mis llamadas.
—tenía el teléfono en silencio—. caminaste hasta pararte frente a él—. pero ya estoy aquí, disfrutemos el tiempo que tenemos juntos—. tomaste su rostro entre tus manos y depositaste un beso corto en sus labios.
san nunca podía enojarse contigo.
⚜
estaban sentados en el piso de la azotea, comiendo emparedados fríos mientras reían.
—en serio yunho cada día supera mis expectativas.
—nunca hay un límite para él—. soltaste una carcajada más. ambos enrollaron el papel que cubría su emparedado y lo guardaron en la bolsa donde san traía todo. te acercaste hasta sentarte entre sus piernas y recargaste tu cuerpo sobre su pecho, te abrazó por completo entrelazando su mano con la tuya.
miraron por minutos las estrellas y la luna, sentada en el piso de la azotea, sintiendo el frío aire y el pecho inflandose tan calmadamente te puso sensible, odiabas no poder pasar todo el tiempo del mundo a tu relación.
—lamento sólo poder ofrecerte emparedados fríos por la noche en la azotea de un hotel—. levantaste tu rostro para poder ver la cara de tu novio iluminada con la tenue luz de la luna.
—amo comer tus emparedados fríos, y no me importa estar en una azotea mientras sea contigo—. san besó tu frente, tu regresaste tu vista al cielo—. lamento sólo poder ofrecerte tres horas a la semana y una noche cada dos meses.
choi apretó el abrazo que te daba y arrullaba sus cuerpos—. no me importaría verte sólo dos segundos cada mes, con saber que me amas y estás para mi yo tengo ganado el mundo entero.
sin duda amabas a tu novio.
otro pedido, recuerden que pueden hacer sus pedidos en cualquier capítulo o por mensajes
