𝟔. || 🥀

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Llegamos a una tienda de juguetes. Tora empieza a recorrer los pasillos y yo me recuesto contra la pared con los brazos cruzados.

Luego de diez minutos, Tora regresa a mí con cara triste.

─¿Qué sucede, hijo?

─No hay nada lindo.

─¿En serio?

─Sí...

─Yo te buscaré algo lindo─ acaricio su cabeza y empiezo a recorrer todo el lugar hasta que me detengo en el pasillo de artículos de fútbol. Me fijo al lado de las camisetas y lo veo: un balón de fútbol─¡Tora, encontré algo lindo para ti!─ lo llamo y él se acerca a mí. Ve el balón y una sonrisa se forma en su rostro.

─¡Me encanta!─ lo toma y lo abraza─Muchas gracias─ sonríe y se va afuera.

─¡Espera, Tora, hay que pagar!

Tora se detiene y espera en la puerta. Yo aún sigo pensando: ¿cuándo llegará el día en que me dirá papá?


Pagué el balón y llevé a Tora al campo de girasoles, donde corría y jugaba con su nuevo balón. Muy feliz. Yo le alcanzaba el balón cuando se le iba y luego me tiré entre los girasoles a mirar el cielo, pero no me percaté de que me había quedado dormido.

Despierto luego de tres horas de siesta. Tora no está. Ay no, es muy pequeño para andar solo por un lugar tan grande como este, ¿dónde puede estar...?

Ah, no. Falsa alarma. Está sentado bajo el árbol. Está triste de nueva cuenta. Me acerco a él y me agacho a su altura.

─Tora, ¿qué pasó ahora?

─Lo perdí.

─¿Qué perdiste?

─El balón.

─Tranquilo, puedo conseguirte otro. No son caros...

─No.

─¿Eh?

─Ese era el único.

─No es cierto. Había más.

─Es que ese era el único que me conseguiste...— baja la mirada—El primer regalo de papá...

Esas palabras atravesaron mi corazón como dagas. Es verdad lo que dice. Es el primer juguete que le compré desde que nació. Y el haberlo perdido debe ser terrible para él.

Bajo la mirada, tratando de contener las lágrimas.

─Tora... ¿estuviste muy solo?

─Sí...

─¿Te divertiste el día de hoy en esta salida?

─Sí...

─Ya veo. Entonces... ¿está bien si vives conmigo?

Se hace un silencio un poco incómodo, entonces me dice:

─Sí. Quiero que estés conmigo.

─¿En serio?─ sonrío.

─Sí─ me devuelve la sonrisa, pero esa sonrisa se desvanece─. Papá, ¿está bien si ya no aguanto más?

─¿De qué hablas?

─La abuela me dijo, que cuando estás triste, el mejor lugar para llorar es en los brazos de papá...

Vuelvo a levantar la mirada, pero esta vez tengo las mejillas bañadas de lágrimas. Tora corre hacia mí y me abraza con fuerza. Esconde su rostro en mi pecho y escucho sus llantos. Mi impulso es cubrirlo con mis brazos y llorar junto a él.

─Tora, lo siento. Nunca quise abandonarte, pero no podía hacerme cargo de ti porque estaba bajo una depresión espantosa. No creas que nunca te amé, al contrario. Yo quería criarte junto a tu madre, pero no pude...─ a esta altura nuestro llanto es aun más agudo.

─Papi... te amo...

Mi corazón se detiene. Esas palabras solucionaron la tristeza que he sentido durante los últimos siete años. Mi hijo sí me percibe como a su padre.

Lo sabía.

Lo cargo en mis brazos y lo miro a sus hermosos ojos celestes.

─Te amo, Tora. Hay algo que he querido decirte... Es relativo a tu madre, ella siempre te amó hasta el final─ las lágrimas caen en su carita mientras yo le sonrío─. Los dos siempre te amamos.

Tora sonríe y se acurruca en mi pecho.

─Papá.

─Te llevaré a mi casa para que vivamos juntos, pero primero hay que encontrar el balón─ empiezo a caminar con él en brazos por todo el campo.

𝗘𝗟 𝗛𝗜𝗝𝗢 𝗗𝗘 𝗞𝗢𝗝𝗜𝗥𝗢 𝗛𝗬𝗨𝗚𝗔 ❱ 𝗖𝗧 ✔Where stories live. Discover now