veinte

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Su comentario me hizo mal, no me gustaba escucharlo aunque quizás sea cierto. Mis viejos me daban de comer y me mandaban a una facultad solo por compromiso, hasta algunas veces los oí quejándose por tener que ayudarme a comprar libros para la facultad, si bien trabajo, no siempre es suficiente.

Se dió cuenta que me dolió, no dijo nada más, comimos algo rápido en silencio, me llevó a casa y no me habló al otro día. Le mandé que no me había enojado por ese comentario, que me dolió un poquito pero son cosas que pasan y si puede disculparme por haberlo puesto incómodo.

Pero al otro día cayó a casa con una bolsa de Roque. Le había pedido a su joyero que haga dos anillos iguales, con ambas iniciales en los dos. Vino a mi casa, me hizo cerrar los ojos y me puso el anillo en el anular de la mano izquierda, en la derecha ya tenía uno que me regaló su madre antes de que me mudara a Capital.

Al abrir los ojos me río de los nervios, era realmente muy lindo y sé que le habrá costado un riñón. Me sorprende mostrándome su mano, donde antes tenía otro anillo pero ahora tiene el mismo que yo. — No estamos casados, pero te aseguro que vamos a estar siempre juntos — arrugo mi nariz porque la ternura que me causaba era tremenda — Y discúlpame por ser tan pelotudo, tus viejos si te quieren, solo que la gente no demuestra cariño igual a todos

Me abracé a su torso en agradecimiento — Gracias, te quiero mucho... y está bien, no pasa nada — gruñí contra su cuerpo sintiendo como me abrazaba él también. Se alejó lo suficiente para clavarme un beso en la boca que parecía desesperado de su parte, traté de seguir su ritmo, me costaba aún pero cuando le agarraba el patrón lo disfrutaba mucho.

De la nada escuchamos un golpe en la puerta agresivo justo cuando estoy por agarrarle el mambo a la boca de Tomás, ese golpe no puede ser de nadie más que de Helina. Me pasé el brazo por la boca al igual que él, intenté calmar mi respiración y le abrí

—¿Qué pasa Hel? — preguntó amablemente conteniendo la respiración. Mira detrás de mi hombro y nota a Tomás, frunce el ceño al notar algo raro. Me acaba de cortar tremendo chape pero bueno, la quiero porque es mi hermana

— Prestame tu llave — ordena cortante

— Tengo que salir seguramente, ¿la tuya?

— La perdí — suspiré para no retarla, no puede perder la llave la casa, es peligroso — Damela, Benin — la tomo de mi mesa de luz fichando la cara de culo de Tomás. La agarra y se va sin decirme nada

— No podemos salir — le digo cerrando la puerta de mi cuarto — Perdón — termino de frustrarme y me siento en la cama cubriendo mi cara, él a mi lado

— No pasa nada, tranqui' — acaricia mi espalda — Sos re gobernada — lo miro — Yo ni empedo le daba la llave, le cerraba la puerta en la cara, ni siquiera le abría— carcajeo mirándolo

— Somos distintos Tomi — le doy un beso en el cachete y me apoyo en su hombro

— Me das bronca pero te quiero igual — me hace un mimito en la cabeza. — Encima no te pude comer la boca como quería — muerdo mi labio aguantando una risa

— Tenemos toda la tarde hasta que vuelva alguien y podamos salir — levanta las cejas varías veces — Haceme lo que quieras— lo guío a que siga malpensado. Me toma de las piernas, me tira sobre la cama y se me pone encima sosteniéndose con sus brazos a los costados

Hubiese sido más inocente que sólo me de besos sin más, es lo que esperaba, pero cuando jugueteó con el borde de mi remera me dió un escalofrío en todo el cuerpo, que hizo que le de miedo seguír sin preguntarme si me molesta. Le dije que no, que me parecía raro solamente, desde mi último novio que no siento que sobrepasen el límite de tocar partes básicas de mi cuerpo.

Fuera de cualquier cosa que puedo ser, tengo mil complejos y me da miedo que Tomás me vea desnuda o sin remera, es mi preocupación desde que me dió el primer beso después del taller.

Me sacó la remera y me cubrí los pechos enseguida, no traía corpiño como casi siempre. Además de que tenía un nudo en el pecho junto con el corazón latiendo muchísimo — ¿Qué pasa, Ben? — murmura— Sos hermosa como para que te tapes — mis ojos se cristalizan pero lucho para que no salgan lágrimas, lo logro cuando empieza a darme besitos en el cuello, con su pecho hacía presión para cubrirme, consiente de que me daba vergüenza. Pero con esa presión rozaba y me gustaba, me salió un gemido pequeño que lo incentivo a continuar de esa forma

———

Estoy perdiendo a mi mejor amigo q hago mi mato?

eternally | c.r.o [COMPLETA☑️]Where stories live. Discover now