Capítulo 21: Aceptación

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—Ora. —Dice el hermano de Alejandro extrañado.

—¿A dónde vas?. —Pregunta la mamá del chico después de ver cómo se levantó de la mesa casi corriendo.

—¡Ya terminé de cenar mamá!. —Menciona emocionado. —Gracias.

La mujer voltea a ver el plato de su hijo.

—Pero si ni te has acabado la sopa. —Le grita.

Y después de estar esperando una respuesta, no la recibe.

—Ve a tu hijo. —Le habla la mamá de Alejandro a su padre.

—¿Pues que hacemos?. —Su padre responde con un tono de molestia. —Si el dice que "ya termino", pues ya termino.

—Ese niño está loco. —Dice su madre para después poner nuevamente atención al programa que estaba viendo.

Su padre ya ni siquiera agrego nada.

Alejandro que ya está en el cuarto se encierra con seguro y se avienta a su cama que está inmediatamente ahí.

—¿¡Que pedo!?. —Alejandro susurra pero lo hace tratando de evitar su grito. —¿Acaso?...

—Listo. —El musdux aparece a un lado de el provocándole un susto que lo tira de la cama.

—¡Maldita sea!. —Alejandro se levanta poco a poco después del golpe que se propinó en la espalda.

Prende la luz pues estaba a oscuras.

—¿Por que?. —El chico soba su espalda.

—Me dijiste que le dijera a Fany...

—No. —Interrumpe Alejandro. —¿Por qué apareces así de la nada?.

—Debes comenzar a practicar tus reflejos Alejandro. —El musdux explica. —No puedes espantarte cada que alguien te pueda sorprender de esa manera o jamás serás un defensor digno.

El chico se sienta en su cama. —Tienes razón... —Piensa por un momento. —¡Oye!. —Recuerda lo que tenía en la mente antes de que el objeto lo asustara. —¿Cómo lo hiciste?.

—Lo único que puedo confesarte, es que no puedo decírtelo. —La luz del musdux parpadea cada vez que habla.

—¿Por qué?. —Alejandro pregunta curioso.

—A veces haces muchas preguntas Alejandro. —Confiesa el objeto.

—Es que... Me gustaría saber que fue lo que hice mal al tratar de convencerla. —Cruza sus brazos.

—Tambien debes aprender que no todas las preguntas que fórmulas serán contestadas y tienes que lidiar con ello. —El musdux aconseja. —Aunque jamás dejes de preguntarte.

—¿Entonces me dirás?. —Alejandro se acerca ilusionado.

—Afortunadamente puedo configurarme para ignorarte cuando hagas preguntas que no debes saber.

—Ah... ¡Musdux!. —Alejandro comenzaba a comportarse como un niño berrinchudo.

—Tu dijiste que tratará de convencer a Fany y es lo que eh hecho, ahora concéntrate en atenderla antes de que se desconecte.

Alejandro agarra su celular y abre la burbuja de chat. —Tienes razón. —Le dice al objeto.


Por supuesto, ¿A qué horas y a dónde?.

Fany no tarda más de 20 segundos en contestar.

Algo bastante extraño en ella.

Creo que lo mejor sería vernos en la secundaria.

¿Segura?, Creo que podríamos establecer un punto medio entre mi casa y la tuya para que no viajes tan lejos

No, no te preocupes. Yo voy para allá.
¿Te parece a las 2?.

Salgo a las 2 de mi escuela pero en lo que llegó a la secundaria si me voy a tardar un poquito más.

¿2:30?.

Sobres.

Allá te veo.


—Listo, ya quedamos. —Alejandro le habla al objeto.

—Eso es bueno.

—¡Ah!, Y musdux. —Alejandro deja su celular en la cama. —Gracias.

—De nada.

_____________

El día de la reunión entre Fany y Alejandro llega.

Justo a las 2:30, el chico llega al estacionamiento de su vieja secundaria.

Hay niños saliendo, aunque Fany es pequeña de estatura y está de espaldas, Alejandro la reconoce en seguida.

Eso provoca en el chico el pensamiento de que la chica había llegado antes.

Camina hacia ella y le toca el hombro.

—Holis.

Fany se voltea y lo empuja, luego lo mira. —Ay wey, eres tú. —Se acerca. —Perdon. —Ahora ríe.

Alejandro también muestra una sonrisa. —Pues ya me diste el putazo, que más puedo hacer que perdonarte.

—Tan nena como siempre. —Fany rie. —Y bueno, aprovechando que mi hermana aún no sale...

—Espera... —Alejandro interrumpe. —¿Tu hermana viene a esta secundaria?.

—Pues si. —Fany confiesa. —Por eso te decía que hoy a las 2 y por eso también te digo que aprovechando que mi hermana aún no sale por que si no ya me hubiera ido.

—Pero tu me dijiste que a las 2:30.

—Si, pero eso solo era en caso de que... —Fany sacude su cabeza. —A ver, al grano por que si no pierdo tiempo. —La chica suspira. —Acepto estar contigo para lo del musdux.

El chico comenzó a sentir la emoción fluyendo por sus venas.

—Bueno... —Alejandro celebra en sus adentros. —Eso si es algo que me gusta escuchar.

—Sabia que dirías eso. —Fany cruza sus brazos. —¿Y bien?, ¿Cuando nos reunimos para eso de los niveles?. —Se nota un poco incómoda al hablar.

—Pues no lo sé. —Alejandro piensa por un momento. —Los chicos dijeron que le entraban pero las chicas aun no me confirmaron nada.

—Entonces tenemos que hacer algo para que nos confirmen. —Dice Fany mientras comienza a pensar.

Ese último comentario saca un poco de quicio al chico.

Por qué a pesar de estar rogando, el no quería obligar a nadie y lo que Fany había dicho, se escuchaba como eso.

—¿Que tal si simplemente hacemos lo que tú hiciste con nosotros la primera vez?. —Fany sugiere.

—¿Que?. —Pregunta Alejandro pues no no entendió muy bien lo que dijo.

Fany suspira y roda los ojos. —Las invitamos a una casa y cuando menos se lo esperen activas el musdux y completamos niveles. —Explica la chica como si fuera cualquier cosa.

Alejandro lo reflexióna.

Incluso hace que la chica se extrañe pues estaba segura que no lo pensaría en ningún momento.

—Bueno, creo que es la única forma de hacerlo. —Concluye Alejandro.

—Bien. —Fany asiente. —Si quieres, puede ser en mi casa. El musdux proyecta todo por lo que no afecta a la realidad y tampoco a nosotros.

—¿A si?. —Alejandro frunce el ceño.

—Si, me lo explico ayer el musdux.

—Entonces creo que está más que decidido.

Defensores: El Secreto Del LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora