Capítulo 50: Iniciación

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—Aqui vamos. —Alejandro cierra los ojos y espera a que la conexión sea efectiva.

Hay un silencio bastante abrumador por unos segundos y nadie pierde de vista al portal.

—Am... ¿Hola?.

Todos voltean rápidamente y ahí se encontraba.

El viejo amigo de la secundaria de algunos de los chicos.

Un poco más alto que Dyllan pero más robusto con un pigmento moreno más marcado.

—¿Dyllan?, ¿Luis Angel?, ¿Ajelandro?.

Los chicos voltean a ver a Teyaka que mantiene sus manos dentro del portal.

Alejandro observa a Fany y ella solo alza sus hombros.

—¡Alfredo!. —Alejandro se acerca a él. —Que gusto, ¿Cuánto tiempo sin verte?.

—¡Si!. —Dyllan también se acerca. —¡Demasiado tiempo a decir verdad!.

—Hola chicos. —Alfredo está un poco confundido. —¿Que hacemos todos aquí? Y ¿Quienes son los demás?.

Jessica ríe. —Somos todos los de la secundaria.

El chico observa a todos. —A pues si cierto.

Teyaka cierra el portal y con su imponente semblante y esos ojos de borde azul se dirige Alfredo.

—Bienvenido. —Se acerca Teyaka al chico. —Debes saber que yo voy a ser tu guía para ascender al nivel Pentium. Estoy feliz de que hayas tomado la decisión de unirte y también de que heredes los poderes que por ser hijo del universo, te pertenecen por derecho.

—Yo... —Alfredo apenas puede creer lo que está escuchando. —Yo no...

Teyaka voltea a ver a Luis Angel.

Alejandro observa su acción y no sabe cómo, pero siente que le hablo con la mirada.

—¡Bien Alfredo!. —Aplaude el chico. —Serás un gran guerrero.

Luis Angel con el codo golpea el brazo de Dyllan que frunce el celo por un momento. —¡Si!, Wuu, lo hiciste bien Alfredo. —Dyllan aplaude sin tener una idea clara sobre lo que acababa de decir.

A partir de esto todos los chicos empiezan a aplaudirle y a elogiarlo.

—¡Tomaste una gran decisión!. —Menciona Jesus

—La mejor de tu vida. —Alardea Angela riendo ante su comentario.

Alfredo al ver la respuesta de sus antiguos amigos, sonríe. —¡Está bien!... Lo haré. —Observa a Teyaka.

—Para poder activar tus poderes, debes realizar el proceso de conexión. —Teyaka alza su brazo y pone su mano sobre la cabeza del chico. —Tienes que hablarle a tu alma y dejar que el universo entre a cada punta de mente para terminar con ese ruido que hasta ahora no te a permitido sincronizarte con tus habilidades.

—¿Y... Cómo hago todo eso?. —Alfredo pregunta extrañado.

Algunos de los chicos tratan de aguantar su risa.

Teyaka por un momento se queda sin palabras. —Cierra los ojos y respira...

Alfredo, inseguro, confundido y algo temeroso obedece ante las palabras de Teyaka.

—Respira profundo y exhala.

Así mantiene al chico por al menos 20 segundos mientras que todos los demás guardan extremo silencio.

—Siente y Respira... —Teyaka cierra sus ojos, entra a su mente y desde ahí, lo instruye. —Siente y Respira.

Teyaka puede ver los miedos, puede ver las bestias que en ocasiones logra dominarlo como a todos los humanos que por su programación, se dejan consumir.

De echo, las bestias buscan acabar con Teyaka, pero el les hace frente y demostrándoles que no les tiene miedo, las bestias retroceden.

Teyaka alza su mano y aparece una antorcha.

La antorcha comienza a llenar de luz toda la oscuridad que residía en la mente de Alfredo y entonces, la mente se apacigua.

De repente lo que antes eran bestias y falta de luz, ahora simplemente es luz.

Para este punto, los chicos observan como
Alfredo es atravesado por el rayo de luz que  también los había rodeado a ellos.

Alfredo lo había logrado.

Se había conectado con el universo y sus poderes.

Teyaka abre los ojos.

Había salido de la mente de Alfredo por lo que el también los abre aunque no vio con exactitud todo lo que Teyaka observó, más bien todo era como una visión un poco borrosa.

—Ahora. —Teyaka pone su mano enfrente. —Te enseñaré lo más importante de un defensor, sigue mis pasos por favor. —Ordena.

Alfredo asiente.

Le muestra la intia del arma.

El chico sigue los pasos.

Y Alejandro se siente nervioso.

Por qué el a pesar de llevar tiempo entrenando, no a podido invocar su arma y ver qué un chico que inmediatamente después de su iniciación lo logra, definitivamente lo decepcionaría nuevamente.

Alfredo forma la línea para invocar su arma y baja su brazo.

La línea comienza a convertirse poco a poco en la forma de un gran y poderoso mazo.

El brillo comienza a disminuir y se forja el arma del chico.

Alfredo maravillado toma su arma con fuerza pues hasta para el, es un poco pesada.

Alejandro no lo puede creer mientras que los demás chicos comienzan a acercarse hacia el.

—Ese es... Un gran mazo. —Luis Angel lo observa. —Sin albur por supuesto.

Dyllan ríe ante el comentario.

—Creo que con eso, está vez si atravesaremos la puerta. —Jesus habla con Fany y ella solo asiente.

Alejandro ríe con un nudo en la garganta.

Siente tanta impotencia que no puede notarlo, ni sus amigos que están distraídos con Alfredo ni Teyaka que parece que está perdido en sus pensamientos como usualmente lo hace.

Pero un aura oscura, un brillo negro comienza a rodear a Alejandro y lo está levantando.

Alza su brazo por qué quiere invocar a la espada de sirio, pero entonces recuerda lo que un día le dijo el musdux.

"Cuando alguien mantiene el entrenamiento a Defensor Pentium y no puede ni siquiera realizar alguna intia que no sea la de su arma, es cuando lo mejor seria retirarse, pero tu, puedes dominar dos intias a la perfección."

Una lágrima recorre el rostro de Alejandro.

"A veces, los Predefensores como tu que no pueden invocar sus armas, son por que... van mas allá de un arma que puedes mover o tocar con tus manos."

Poco a poco, desciende al suelo y el aura oscura desaparece.

—No soy un inútil. —Alejandro observa a Teyaka y apenas puede creer que él le dijo esas palabras, pero así lo hizo. Suspira. —No soy un inútil y tengo que alegrarme por los logros de... Los demás.

—Alejandro. —Dyllan le habla. —¿Que haces ahí solo?, Acércate.

El chico se limpia un poco sus ojos. —Voy.

Cuando llega con Alfredo, le sonríe. —Felicidades amigo.

—Gracias. —El sonríe emocionado.

—¿Entonces?. —Voltea Jesus para dirigirse a Teyaka. —¿Ya vamos?.

—No. —Teyaka responde de inmediato. —Ya está amaneciendo.

—¡Tan rápido!. —Algunos responden.

—Si, pero la noche de este día será. Iremos por la cuarta.

Defensores: El Secreto Del LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora