E x t r a

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Carta
a
Santa
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El cumpleaños número diez del cenizo fue algo pequeño y familiar. El único invitado (además de los padres del rubio) fue Kirishima.

- Tienes muchos juguetes -comentó con asombro el pelinegro

Katsuki asintió con orgullo, sentándose en su alfombra de autopista y sacando su caja llena de autos para enseñárselos al de dientes peculiares.

Kirishima se sentó a su lado entonces, tomando un auto que llamó su total atención.

Era de modelo deportivo, color rojo brillante.

- ¿Te gusta? -preguntó el cenizo, sonriendo al ver el rostro emocionado de su amigo

Eijirōro asintió- Es muy bonito -agregó

Katsuki lo miró con entusiasmo, tomando la mano de Kirishima que agarraba el auto y susurrándole de manera cómplice:

- Quedatelo -

Cosa a la cual el azabache jadeó con sorpresa. Girando su cuerpo para ver de frente a su amigo.

- Es tu cumpleaños, se supone que eres tú el que debe recibir regalos -murmuró con pena Eijirō, apartando la mirada cuando Bakugō se inclinó para abrazarlo con confianza

A pesar de que ya llevaban dos años siendo amigos, Kirishima aún no estaba del todo acostumbrado a esos arrebatos de cariño que le daban al rubio muy de vez en cuando, sin embargo, lo consideraba algo muy tierno y agradable.

Así que, cuando los brazos del cenizo rodearon por completo al azabache, este también lo abrazó.

Lo abrazó con fuerza, pero a la vez con suavidad, teniendo cuidado con que los tiesos cabellos de su amigo no le picaran los ojos (como solía pasar).

- Gracias -soltó Kirishima, sonriendo una vez se separaron del abrazo, volviendo ambos a sus posiciones cómodas sobre la alfombra de autopista del rubio para poder jugar

Y, entre ambos, no tardaron mucho en desordenar la habitación del Bakugō menor. Jugando a una mezcla extraña de autos, persecuciones y muñecos de acción.

Cualquier cosa era divertida con la interminable imaginación que poseía Kirishima.

Ya que Bakugō, en cambio, era más clásico.

- Hay que ir a esas carreras clandestinas de las que te hablé -mencionó Katsuki, sonriendo con aniñada emoción al imaginarse con Kirishima conduciendo por sobre los 180 kilómetros por hora

Aquello lo traía loco, cada año las veía ser transmitidas por internet. Siempre diez minutos antes de año nuevo, con los fuegos artificiales de fondo coronando al ganador con el respeto y admiración de todos los del lugar.

Katsuki quería ser el mejor conductor, ganar en tiempo récord y que todos supieran su nombre.

Y ahora, además, quería impresionar a su amigo.

- Pero no dejan que niños estén allá -recordó Kirishima, quien había sido arrastrado por su amigo a ver videos de carreras de años anteriores

Katsuki sonrió aún más al oír aquello.

- ¡Pero cuando seamos grandes! Entonces conseguiremos un auto genial y seré el número uno -declaró con escándalo

Mientras que Eijirō, a quien, en realidad, no le llamaba tanto la atención participar en una de esas carreras, le sonrió a su amigo con amplitud.

- Y yo estaré esperándote en la meta para darte el primer abrazo de año nuevo -contestó con ánimo, logrando sacra una nueva y más amplia sonrisa al cumpleañero

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Masaru, Kirishima y Katsuki estaban ya sentados en la mesa de la sala, esperando a que Mitsuki llegara con el pastel de cumpleaños de su hijo.

- ¿El cumpleañero está listo? -preguntó la rubia, apareciendo por la puerta de la cocina, caminando con el pastel que estaban esperando los tres hombres de la sala

Katsuki sintió sus mejillas arder por lo especial del momento, sonriendo pequeño al recibir el pastel frente suyo.

Y, luego de que le cantaran cumpleaños, al momento de pedir su deseo, Katsuki miró de reojo a su amigo. Mismo quien le sonreía aún con el auto rojo entre sus manos, animandolo a pedir su deseo antes de soplar.

Pero ya no hacía falta, él ya tenía todo.

O bueno... Eso era por ahora, al menos.

Katsuki pensó un momento, mirando a los presentes que esperaban ansiosos a que soplara sus diez velitas de cumpleaños.

Así que cerró los ojos y sopló, pensando con cuidado en su deseo al hacerlo.

Porque era algo importante, saber que, a pesar de tener todo lo que pudiese querer, aún así había algo para desear.

Deseo poder continuar siendo amigo de Eijiro para siempre.

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Como dice el título, esto es un extra, el final es el siguiente♡

Carta a Santa    [Katsuki; KrBk]Where stories live. Discover now