11; "Sentimientos"

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La tarde estába nublada y Jimin permaneció todo el día en su casa, más especificamente, en su habitación tumbado envuelto en sábanas. Lo único que invadía las cuatro paredes era el silencio, el sonido ritmico del reloj de pared que había abajo en el salón y la leve música que se escuchaba desde los audifonos que portaba en sus orejas.

Miró el techo dejándose acariciar por la música hasta que levantó su torso de un rápido brinco, dejando caer sus sabanas al cruzar sus piernas sobre el colchón como si fuese un indio.




—¡Vale! ¡Lo haré, no hay vuelta atrás! —Exclamó con el entusiasmo que no había tenido en todo el día. —¿Por qué me estoy escondiendo? No tiene sentido.



No iba a dudar más, ya estába decidido; mañana volveré a clases y le daré la dichosa carta de Jenna a Jungkook, sin más rodeos. ¡Si acepta o no es decisión de él! Le confesaré lo que siento y, decidirá. Eso era lo que pensaba, aunque seguía con aquella incómoda sensación de un nudo en el estómago.


Calmate, no seas más cobarde. Es suficiente. No te vas a quedar encerrado en tu habitación como un imbecil todos los días, hay que afrontar las cosas. ¡Con esta mala actitud lo único que vas a ganar es que se aleje de tí completamente!



De repente, pensó en las palabras alentadoras de su hermano Seokjin y asintió con un semblante decidido; sus palabras eran tan certeras que incluso dolía como si metiera su mano en un rosal.

Colocó sus sábanas blancas a un lado de su cama y puso sus pies cubiertos en llamativos calcetines azules sobre el frío suelo y caminó hacía su escritorio.

Ya sentado, cogió un folio en blanco de su carpeta y trató de comenzar a escribir su confesión, pero luego de unos minutos su hoja seguía en blanco.



—¿¡Por qué es tan difícil!? —Gritó exasperado soltando la pluma con desgana sobre la mesa. —Jenna pudo hacerlo y lo conoce menos que yo, tan difícil no puede ser... —Suspiró y reflexionó por unos leves segundos.



Volvió a colocarse sus auriculares mientras la canción de Elina llamada Mirage sonaba y sus pequeñas manos empezaron a moverse con fluidez donda la pluma empezó a escribir en letras negras.







...Me confundes. Sí, me confundes continuamente. Cuando me tocas, cuando me hablas, cuando me miras.

Cuando me respondes al momento o cuando tardas días, cuando siempre te espero pero tu a veces te vas.

Cuando me hablas dulce o cuando me ignoras, cuando a veces me llamas por mil apodos o cuando solo dices mi nombre.

Sigues confundiendome. Necesito que me digas; ¿cómo me ves? ¿Siempre me has visto como tu mejor amigo y nada más? ¿O puede que, por algún casual me empezaste a ver como algo más? ¿Sientes algo por mi que no sea lástima?


Seguro debes de estar pensando que no le debería dar tantas vueltas a este tema porque han pasado muchos años, que no es para tanto, que soy un exagerado y, quizás tengas razón pero, tal vez entenderías el por qué de pensar tanto si vieras todo el cumulo de sentimientos que reside en mi corazón tan solo cuando me saludas.

Perdona, solo tengo miedo. Nunca supe si dar un paso o no, no sé lo que debería hacer y lo que no. Si te asustarías y te alejarías, si me odiarias.


De hecho, lo que más me molesta es que la mayoría notaron mis sentimientos hacia tí, menos tú. Sabía que eras un idiota pero no pensé que llegarías a tanto...aunque yo también lo soy y quizás si te diste cuenta pero no querías hacerme daño al tener que rechazarme. Pero ahora, solo deseo que me lo digas a la cara de una vez por todas.


Creo que estoy listo. No quiero seguir torturando a mi mente con películas ficticias.


Te quiero, no, mentira. Te amo, te amo demasiado Jungkook desde hace mucho tiempo. Perdona por decirtelo ahora, pero quiero seguir a tu lado porque a pesar de todo, me importas y valoro nuestra amistad más que nada en este mundo.





Al terminar, releyó todo lo que había escrito con su corazón latiendo acelerado y un leve tono rosado en sus mejillas por sentir cierta vergüenza de sus palabras pero lo dejó así, dobló la hoja y la metió en un sobre en blanco que había en su primer cajón.


—Bueno, ya está, es algo...cursi, ¿verdad? Y si me rechaza quedaré como un tonto. —Pensamientos negativos cruzaron su mente pero sacudió la cabeza con insistencia y se puso de pie. —Lo hice bien, me expresé como quise, debería de estar bien así.





Ding Dong





Dió un pequeño brinco por el repentino estruendo del timbre que resonaba por toda la casa. Al instante, la imagen de Jungkook esperando en la puerta le contentaba. Por fin se resignaba a venir a verle. ¿Acasó estará preocupado? Fue lo primero que pensó aunque por una parte no quería verlo hoy para evitar preguntas obvias, pero a la vez, sabía que mañana tendría que afrontar aquella inquieta pregunta.





¿A partir de mañana habría una posibilidad, un porcentaje, donde dejase de hablarme tras leer la carta? Yo...¡No y no! ¡Jimin por favor, no pienses así y abre la puerta!



Se dijo para el mismo tratando de animarse mientras dejaba caer los audifonos de sus orejas. A pesar de todo aquello, la sonrisa en su rostro era evidente y se apresuró para bajar las escaleras con ganas de abrir la puerta.


Su sonrisa disminuyó al instante al ver que no se trataba de Jungkook, si no de Hyunjin.


Era evidente que no podía ser él. ¿Por qué vendría? Debe siguir enojado por mi actitud, tendré que disculparme.









—

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los siguientes capitulos trataré de que tengan más trama, sobretodo para abordar el por qué de Hyunjin y Seokjin además de los sentimientos de Jungkook. ¡ hasta la próxima !

fresh; kookminWhere stories live. Discover now