Día 34.2

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Soy imbécil

Volvíamos a la residencia ya de noche, había comprado el horrible vestido que me dijeron y todas ellas también el suyo.

Me despedí y me fui a mi cuarto con la intención de dormir.

Gire el pomo de mi puerta y un Bakugo recostado en mi silla me miraba con la misma sonrisa que pone al explotar a alguien.

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-¿Qué haces aquí imbécil? -le dije con una sonrisa pícara mientras cerraba la puerta.

-Que pasa, ¿no puedo pasar a la habitación de mi novia cuando me plazca o qué?-me dijo levantándose y poniéndose delante de mi.

-¿Tu novia? -le respondí acercándome a él y mirándole a los ojos- ¿desde cuando soy tu novia?

Era verdad, nunca habíamos dicho de ser novios porque obviamente lo nuestro no era una relación.

Sinceramente no sé podría decir ni que fuéramos amigos, aunque yo estuviera deseando decírselo al mundo.

No lo de ser amigos, si no lo de ser novios...

-¿No te estarás enamorando? -le dije sarcásticamente.

-Como no, siempre tienes que estropear los momentos -me respondió apartando e el pelo de la cara.

-Acostúmbrate -le dije mientras le guiñaba un ojo y tiraba la bolsa con el vestido a un pico de mi habitación.

Nos quedamos mirándonos unos segundos y de repente el me cogió de la cintura y me sentó en mi escritorio.

Se sentó en mi silla y apoyo la cabeza sobre mis rodillas mientras me tocaba suavemente la espalda sin dejar de mirarme.

Este no es mi Bakugo, ¿y el chico que me cogía y sin preguntar a nadie ni nada me quitaba la ropa? ¿Y el chico que me insultaba y me amenazaba solo por ganarle o decirle algo?

¿Y el chico del que me enamore?

Muy pocas veces había visto a Bakugo así, solo cuando me contaba sus problemas y eran escasos y cortos momentos porque no quería preocuparme.

En cierto modo si lo pensaba si que habíamos tenido una relación pero todavía no se a que viene esto.

Este Bakugo me ponía aún más nerviosa que el otro porque en cierto modo este Bakugo era al que yo no podía controlar.

-¿Me puedes explicar qué pasa? -le dije mientras le paraba la mano y le obligaba a mirarme a los ojos.

-Recuerdo oírte decir que podía hacer lo que yo quisiera, ¿no te acuerdas? Aquella noche,en mi habitación... -me miraba pícaro, ¿me estaba haciendo recordar nuestra primera vez?

-¿Enserio tío? No me jodas si quieres follar dilo no me vengas así Jajaja, al fin de al cabo nuestra relación va de eso ¿no?

Su expresión tranquila cambio a una común cara de enfado, se apartó de mi y apoyo las piernas en la mesa.

-Eres imbécil, siempre me lo dices a mi y lo acepto porque soy un tonto en... Un tonto, pero la única imbécil aquí eres tu -empujó mi silla con ruedas para la puerta con el impulso que le dio su pierna- creía que al ser una chica lo entenderías, entenderías que al cabo de un tiempo esté imbécil por mucha normas que pusiera no se conformaría con un derecho a roce, pero bueno supongo que tu eres diferente, tu eres especial, tu... -me miró a los ojos antes de cerrar la puerta e irse- tu eres imbécil.

Cerró la puerta y al cabo de unos minutos hoy un portazo al otro lado de la residencia.

Sentí la necesidad necesidad de ir corriendo hacia el y gritarle todo lo que sentía pero supongo que solo habría hecho esto para que nuestra "relación" si se le pudiera llamar así se acabará.

Se me saltaron las lágrimas al empezar a imaginar como sería mi vida sin el.

Primero mis familia, luego mi Nana y ahora cuando por fin creí tener algo que me haría feliz también se va.

Puto Bakugo de mierda no se da cuanta de lo importante que es para mí y ahora se va y no me dejan nada.

Me abrace a mis piernas y de nuevo olí su esencia, llevaba puesta la sudadera.

Su estúpida y maravillosa sudadera, eso hizo que me abrazara más fuerte a mis piernas y comenzará a llorar aún más.

Joder, yo sí que le quería.

Y ahora...

...No lo tendré mas...


...Soy imbécil.


Prohibido enamorarse (Bakugo y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora