Día 35. 3

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Esta noche promete ser muy larga

Después de una hora de lo más incómoda nos dirijamos a nuestra respectiva aula para que comenzarán las charlas con los padres.

Todos esperaban fuera a su turno con sus padres al lado.

Aizawa me dijo que ya había terminado todo por ahora, que fuese a la residencia y a las 9 tocará otra vez su puerta para ir a cenar con todos los padres en el gimnasio.

-¿Ya te vas querida? -la madre de Jiro me cogió del brazo dulcemente antes de que pudiera irme.

-Si, ya no pinto nada aquí así que me voy a la residencia -le dije amablemente.

-Anda ¿y tus padres?

Intente responderle cuando alguien se unió a la conversación.

-Sus padres no han podido venir pero no pasa nada, _______ es una chica responsable no creo que vaya a quemar la residencia si se queda sola -la madre de Bakugo me guiño un ojo mientras entablaba una conversación con la madre de Jiro.

Le di un gracias mudo y rápidamente me despedí.

Los padres de Bakugo son realmente fantásticos.

Me dirigí a la residencia y una vez allí tire mis zapatos en la puerta y suspiré aliviada.

-Ahhhhh -rápidamente deje mis cosas en mi habitación me puse ropa cómoda y me tire a mi cama.

Me puse a pensar en todo y a la vez en nada cuando me fije en que tenía el vestido preparado.

¿Porque no?

Me lo puse y empecé a hacer poses de todo tipo con el vestido puesto.

Esta noche promete ser muy larga.

Me mire detenidamente en el espejo, empecé a imaginarme una vez más todas las  situaciones que podrían ocurrir esta noche.

Me quite el vestido y me puse mi ropa normal.

no eres la única que va arreglada has visto el traje de las demás y tu eres la más tapada tranquilízate.

Empecé a imaginarme lo increíbles que irían las chicas, todas llenas de seguridad, y al lado yo.

Un saco lleno de complejos e inseguridades que no sabe ni hacerse una coleta.

Sacudí mi cabeza para que esas ideas no me nublaran la mente.

También empecé a imaginarme a los chicos en traje.

Empecé a sonrojarme al imaginar a un Bakugo arrepentido en traje.

Sacudí mi cabeza aún más fuerte.

Si seguía haciéndome ilusiones con cosas que no van a pasar me dolerá más que ponerme a llorar así que mejor no las pienso.

Baje descalza al salón par coger unas patatas cuando una niña pequeña se interpuso en mi camino.

-Ayy -la niña me miró confusa como si nunca me hubiera visto.

Me agaché para imitarla y así hacerla reír. Puse una de mis mejores caras raras y la niña se rió.

La cogí en brazos para sentar la en la encimera y empece a hablarle mientras cogía unas patatas.

-¿Que hace una niña como tu en un antro como este? -le dije con voz de pirata.

-Ajjaja vengo a ver a Deku.

-Mmmmmmm Dekuuuu, esta con su mamá ahora mismo pero si te portas bien prometo llevarte con el -le pellizque la nariz a la niña y ella me sonrió.

-¿Y tus padres? -le dije abriendo la bolsa de patatas.

-No se -me dijo rápidamente hincando los hombros.

-¿Te cuento un secreto? Yo tampoco lo sé -le dije susurrándole.

Los padres y los niños se me dan bien. Ojalá la gente de mi edad también.

Hablamos de todo y de nada a la vez, al fin de al cabo es una niña, pero me sentía bien hablando con ella. Parecía que había vivido lo mismo que yo así que era fácil simpatizar.

No me atreví a preguntar más cosas sobre su pasado y ella tampoco lo hizo, parecía muy madura para su edad.

Estaba en medio de una imitación de los nervios de Deku cuando un rubio entró gritando por la puerta.

Prohibido enamorarse (Bakugo y Tu)Where stories live. Discover now