Capítulo 1: Un Sueño

575 46 116
                                    

Mina

 ¿Alguna vez has sentido que no perteneces aquí? Solo uno más del montón, alguien quien solo quisiera que su vida fuera diferente, quiero decir, como una serie animada o película de acción, incluso como una novela escrita por un amante de ciencia ficción y de mundos fantásticos inimaginables. En este momento me siento así, mi mundo lleno de problemas, escuela, familia y pasatiempos comunes y corrientes que llegaron al punto de hartarme, de querer ir en busca de algo más...

 Me encuentro en la playa meditando acerca de mi problema existencial, viendo como el ocaso se va haciendo presente, brindándome una gama de colores hermosa que quisiera plasmar en un lienzo si supiera cómo hacerlo, pero toda esa paz del momento se ve afectada por mi querido amigo Jordan.

  —Mina. Al fin te encuentro. —Dice saludándome a unos cuantos pasos de donde me encuentro sentada. Ruedo los ojos y volteo lentamente.

  —¿Qué haces aquí? —Intento decirle de la manera más amable que puedo. Para la mayoría de las personas, es bueno contar con un amigo que te apoye en momentos en los cuales te sientes sin rumbo alguno. Lamentablemente, no es mi caso, más sabiendo que se trata de Jordan, el chico que técnicamente forzó nuestra amistad, incluso cuando lo mandaba al carajo, él seguía ahí, queriendo tenerme como su amiga, cosa que jamás comprendí del todo.

  —Brook organizará una fiesta y me pidió que te diera esto. —Con pasos cuidadosos se dirige hacia donde estoy, sentándose a mi lado.

  —Bien. —Tomo la invitación que me tiende y espero a que Jordan se pare y siga el camino por donde vino, pero eso no es lo que sucede. Se queda a mi lado y ambos admiramos el paisaje, en cambio, sé que él podrá dibujar esto más adelante si así lo desea. Es un chico multiusos.

  —¿Por qué te gusta venir aquí? —Pregunta y yo lo miro de reojo.

  —Me gusta venir a pensar. El mar me da una sensación muy satisfactoria, es como si me conectara con él y se llevara todos mis problemas —hablo con total sinceridad y una sonrisa casi imperceptible se hace presente en mi rostro.

  —Yo solo veo unas inmensas probabilidades de morir ahogado y al vigilante que nos mata con la mirada. —Dice señalándolo a lo lejos y es verdad, a estas horas supuestamente cierran la playa, pero conmigo siempre han hecho una excepción.

  —Hora de irnos, entonces. A estas horas la playa suele ser muy peligrosa para miedosos como tú. —Sus ojos ónix se encuentran con los míos cuando ya estamos de pie sacudiéndonos la arena de la ropa. Sé que no se toma mi comentario de manera personal, pero eso no quita el hecho de que me vea mal. Nos dirigimos a su moto, el camino a casa es silencioso y agradable, al llegar a nuestro destino, Jordan y yo nos despedimos.

  —Nos vemos luego, Mina. ¿Cuento contigo para mañana en la noche? —Me quito el casco y me bajo con cuidado, siempre he tenido un problema con las motos. Jordan guarda el casco que me dio y espera a que le responda.

  —Gracias por traerme y, de verdad lo lamento. Mañana trabajaré hasta tarde. —Digo "apenada" y él refunfuña.

  —Espero que de verdad sea eso y no se trate de ir a tu amada playa. —Veo como arranca la moto nuevamente, Jordan da la vuelta y poco a poco se aleja de mi casa. Por fin se ha ido, no es que no lo quiera, le he tomado aprecio y puedo decir que es lo más cercano que he tenido a un mejor amigo, pero es simplemente un caso perdido de amistad al ser tan opuestos, llego a casa y como siempre mi padre está bebiendo en el sofá viendo la tele, ¿Qué no tiene otra cosa que hacer en su jodida vida?

  —¿Qué son estas horas de llegar, muchachita? ¿Acaso no te he dicho que no te quedes tan noche en la playa? —Arrastra un poco las palabras, por lo que cuido mis movimientos al caminar, dando pasos cortos y pausados.

Atlántida: El Renacer del Imperio (I) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora