XI. Ella

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-Esto es una locura, Elle.

Se quedó en silencio.

-¿A caso tengo una agencia de modelaje? ¡Estás loca, y desde este momento despedida!

-¡Bien!

Eleanor salió de la oficina de Bryan mientras éste se había quedado bebiendo.

-Te envidio -le dijo Louis a Verónica.

-¡Estás loco, querido! En todo caso yo soy el que te envidia. ¡Sólo mírate! El cantante masculino más importante del momento ¿por qué debería de tenerle envidia a un transgénero?

-Pues, al menos eres considerada mujer, y fuiste libre de serlo... En cambio yo, yo no puedo.

-Así como tú quisieras ser mujer yo hubiese deseado tener una oportunidad en la industria musical.

-¿En serio?

-¡Sí! Sólo que, por mi ascendencia musulmana me rechazaron y me rendí, entré a la vida mundana. Comencé como bartender en un bar gay, después entré a otro bar trabajando como mesero sexy y fue ahí cuando dije que yo quería ser una bailarina exótica.

-¡No puedo creerlo! ¿Lo lograste?

-Sí, con un poco de ayuda de mi compañera Marylin, comencé a vestirme de mujer, usaba pelucas, buscaba la forma de tener "pechos", me maquillaba, incluso algunas ocasiones pasaba horas frente al espejo buscando la manera de esconder mi miembro -rió avergonzado.

Louis igualmente se rió.

-Después me enamoré de un chico del bajo mundo, un traficante de armas que me dejó en la calle, lo único que me quedó luego de salir del hospital fue mi maletín de maquillaje con el último vestuario que había utilizado.

-¿Por qué llegaste al hospital? -le preguntó Louis.

-Bueno, él me había dicho que le gustaría que mis tetas falsas fueran reales, yo le dije que para eso estaba trabajando. Un día llegó y me dijo que había encontrado una manera de que yo tuviera una cirugía. Me dejé impresionar. Después de la cirugía clandestina pesqué la infección que casi me mata. Él aprovechó que yo me encontraba en el hospital para vender mis cosas y mi departamento.

Verónica se encontraba hundido en una melancolía.

-Tuve que prostituirme para recuperarme y cuando lo hice lo dejé en el pasado y busqué un buen trabajo y llegué aquí. Comencé a ganar bien y logré operarme las tetas decentemente, tuve un tratamiento hormonal para mi voz, mi cuerpo y mi vello facial y cambié todo mi guardarropa.

-¿Sólo esa cirugía te has realizado?

-Sí, hasta el momento soy transgénero y no transexual.

-¿Quién eras antes de ser Verónica?

-Era Zain con "I" latina. Cuando me convertí en mesero lo cambié a Zayn con "y" griega. Después pasé a ser Zaynnie, la bailarina exótica, lo sé casi no tenía creatividad para los nombres -rieron ambos-, luego fui Zhania, la prostituta, desde ahí comencé a llamarme por pronombres femeninos, fue hasta que llegó Verónica, decidí que las personas podían llamarme por él o ella, como fuera podía responder ya que yo era un omega vestido de mujer.

Tomó un momento para suspirar.

-No sé cómo caíste aquí, a tener un gefe tan retrógrado, conservador y machista.

-Ni yo lo sé.

-¡Verónica! -escucharon la voz de Bryan por la bocina del teléfono.

-Enseguida voy, señor... Nos vemos Louis.

Verónica se levantó y fue hasta la oficina de Bryan.

-Verónica, mi amor, necesito que me ayudes a redactar lo que te diré.

-De acuerdo. ¿Quiere que traiga mi lap top o allá en mi escritorio?

-En mi escritorio -pidió Bryan con el profundo morbo que llevaba en su alma chispeando en sus ojos.

Verónica tragó seco y se acercó con desconfianza, se había incomodado tanto, Bryan la estaba intimidado.

Cuando Verónica se sentó, Bryan comenzó a dictarle, se puso detrás de ella y luego se puso por un lado con la excusa de "ver el documento".

Bryan puso su mano derecha en el hombro derecho de Verónica, con su mano izquierda se apoyó en el escritorio y pegó su pelvis al brazo de Verónica y ella sintió que la entrepierna del alfa estaba dura, sintió un dolor de estómago.

El brazo de Bryan iba descendiendo por dentro de la blusa de Verónica, estaba a punto de llegar a su seno derecho cuando sonó el celular de Bryan.

-Danielle, querida ¿estás disponible? Necesito verte, ven a mi edificio, te espero a las diez, sí, adiós cariño.

Bryan colgó.

-Verónica, necesito que te quedes hasta tarde esta noche, por favor, te pagaré extra.

Our Little SecretWhere stories live. Discover now