La Leyenda Secreta (Link x Reader) [The Legend Of Zelda Breath Of The Wild]

U N O

El comienzo

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Aquellos bellos ojos que iluminaron el reino. Una niña, gritaron muchos, la madre de esta la sostenía en brazos con una gran sonrisa de alegría.

Serás mi pequeña princesa decía la reina de las tierras de fuego plantándole un beso lleno de amor a la recién nacida.

Una llama resaltó en sus grandes y redondos ojos. Era ella.

~Años después~

—No sé si podré hacerlo Sofía. —dijo la castaña viendo el collar que le había regalado su madre momentos antes. Un bello ave Félix de oro que era transmitido de generación a generación. Se sentía muy pequeña para aquel papel tan importante.

—Oh, claro que podrás. —bufo la mayor abrochando el collar. —Listo. —dijo sonriente para dirigirse hacia la ropa de la princesa.

Toc Toc, uno de los guardias del castillo tocó la puerta con delicadeza. —Princesa ______ su madre quiere hablar con usted en el desayuno.

—Gracias Andre, puedes retirarte. — ______ dijo con delicadeza, un "con permiso " de aquel guardia fue lo último que escuchó. Ella solía aprenderse los nombres de los guardias, odiaba las formalidades. —Genial, ahora debo de ir a desayunar para tragarme un discurso de media hora sobre mi cumpleaños. —dijo esta con amargura.

—No es su culpa princesa, su madre le tiene mucho aprecio y está emocionada por tus próximos 18 años. —La mucama de esta le contesto.

—No es la gran cosa. —pronunció la castaña para tomar su vestido y ponérselo, la tela era tan suave que le encantaba, sabía que si usaba uno de los vestidos antiguos se abrumaría. —Además, para que quiere que los cumpla si hemos estado ocultos por más de 100 años.

Sofía rodeó los ojos. La princesa no tenía solución, salió una vez lista con el vestido y se volvió a sentar en su escritorio para que pudieran peinarla.

—Usted sabe que eso no va a durar por mucho tiempo, una vez cumplidos los 18 presentará el sentido del ave fénix, todo el pueblo lo ha estado esperando. —dijo con delicadeza. Le dio unas palmaditas en la cabeza a la otra indicando que estaba lista, el cabello seguía suelto, pero dos trenzas a los lados se unían con la peineta sagrada, se la ponía todos los días desde que la abuela de la joven murió.

—Gracias. —sonrió la castaña de piel pálida para luego salir de sus aposentos y caminar por los grandes pasillos. Un "buenos días" salía de ella amablemente saludado a todos los que trabajaban en el castillo. Le gustaba llevarse bien con todos. —Madre. —dijo esta al entrar al comedor. La reina Evangeline sonrió ampliamente al ver a su hija.

—Mi amor, al fin llegas. —dijo con ternura.
—Siéntate. —y así como dijo, lo hizo. —Quería hablar contigo de algo muy importante.

—Me dijo Andree. —comentó ella comenzando a desayunar una vez que se lo sirvieron.

—Hija, ya hablamos sobre llamarlos por su nombre. —la madre le dirigió una cara de disgusto.

—Sabes que no me gusta llamarlos "guardias". —se defendió. —Son mis amigos. —la madre de esta no tuvo mas remedio que dejarlo pasar.