Capítulo 12

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- Ok lo siento- dijo apenada- bueno tambien es que no me da hambre

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- Ok lo siento- dijo apenada- bueno tambien es que no me da hambre.

- ¿Y qué?

- Y nada más- dijo con desgano- simplemente no tengo apetito.

Keiko suspiró- está bien, ¿ya vas al bar? Emilia asintió- se me hará tarde.

Keiko se metio la mano dentro del brasier y se sacó un billete- ve ya mismo o sino se te hará tarde- besó su mejilla- y en el camino te compras algo de comer.

Emilia negó- no hace falta Kei, no puedo aceptar este dinero.

Keiko rodó los ojos- Emilia Ruíz Palacios- la llamó- o recibes el dinero o te espanto los clientes.

- No juegues con eso- le advirtió.

- No estoy jugando bonita- dijo sonriente- o lo aceptas o me voy detrás de ti toda la noche, no me importa no trabajar con tal de echar al que te quiera comprar- suspiró- pero cómete algo.

Emilia esbozó una corta sonrisa- eres una manipuladora.

Keiko levantó una ceja triunfante- gracias, ahora ve- y le dio el dinero.

- Está bien- la abrazó- gracias Kei, no sé qué haría sin ti.

Mientras Emilia se perdía en la distancia camino al bar "El Cielo" una limusina se paró en las esquina frente a Keiko.

- Wow, es mío- gritó Raquel acercándose corriendo.

- ¡Ofrecida!- gritó molesta.

Raquel la miró- mira quien habla.

La pelinegra caminó hasta la limusina, con su metro setenta, era una mujer hermosa, de rasgos marcados, tenía un cuerpo de revista y sus modales eran de toda una princesita, el vidrio oscuro del conductor descendió dejando a la vista a un hombre mayor.

- Hola guapo ¿necesitas compañía?- se abrió la chaqueta dejando ver sus "encantos".

Peter la miró- ¿es usted flor ardiente?

Su sonrisa fue reemplazada por una mueca- no, pero soy mejor que ella.

- Lo siento señorita- se disculpó amable- pero estoy buscando a Flor Ardiente.

- Pues ella no está, entonces tendrá que escoger lo que hay.

- Bueno gracias- empezó a subir la ventanilla.

- Hey, hey, hey- exclamó desesperada- que es eso de que se va a ir sin echar una mirada- sacó una sonrisa- mire, créame esa Flor Ardiente solo tiene de ardiente el nombre, yo sé porque se lo digo.

Peter negó- pero es que.

- ¿Qué estás diciendo raquel?- preguntó acercándose Keiko molesta.

- Esfúmate camionera- dijo celosa- éste ya es mío.

Keiko abrió la boca para pelear pero se giró mirando al señor- no le conviene llevarla señor, le gusta quedarse dormida.

Como Yo Nadie Te Ha AmadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora