Capítulo 13

2.1K 169 53
                                    

Un año antes...

Después de conocer la decisión del Consejo sobre el futuro de Ben Solo, Rey volvió a sus aposentos en la base de la Resistencia con el corazón pleno de felicidad, y una idea muy clara en su cabeza: seguiría a Ben al exilio, en busca de nuevas aventuras y de aquellos sensibles a la Fuerza como ella, para ayudarlos y entrenarlos. Su mayor deseo era abrir una escuela, y convertirse en maestra Jedi junto a Ben, cuyos conocimientos y habilidades serían de gran ayuda para formar una nueva generación. Rey no anhelaba nada más; ni riquezas, ni fama o fortuna, solo enseñar sus conocimientos, seguir perfeccionando sus técnicas, y compartir una vida con Ben.

Sin embargo, todo se derrumbó desde el momento en que vio aquella carta de hermosa caligrafía depositada encima de su almohada. Era temprano en la mañana.

Intrigada, Rey la tomó en sus manos. ¿Quién y cuándo la habrían dejado allí? ¿Le habría escrito a ella también una carta Leia? Pero aquella letra era diferente.

La joven abrió la carta, y leyó su contenido:

Rey,

Si lees estas palabras será porque he partido lejos, muy temprano, para evitarnos el dolor de una despedida. No te lamentes por mi destino, por favor. Intenta rehacer tu vida, aprovechando la oportunidad que tienes ante ti para vivir la vida que desees. Yo no tengo lugar en ella, pues arrastro demasiados fantasmas del pasado a cuestas. No te permitirán ser feliz si decides estar junto a mí. Así que me despido de ti, no sé si para siempre.

Quizás las cosas sean mejor en un futuro. Piensa en esos días, si eso te consuela. Nuestros caminos se separan ahora; tal vez algún día se reencuentren. Sea como sea, sólo deseo que seas feliz.

No estés triste, no me culpes. Piensa que tomar esta decisión me cuesta tanto como te costaría a ti, pero te amo tanto que sólo quiero que seas feliz, aunque para ello tenga que apartarme de ti. Dónde sea que vaya, te llevaré en mi mente siempre.

Ben

Rey estuvo a punto de romper la carta en mil pedazos. Pero se contuvo, de igual manera que se negó a derramar ni una sola lágrima. Ben Solo estaba loco si creía realmente que ella se rendiría tan fácilmente. Rey sabía, tan bien como lo sabía Ben, que esa separación solo sería un obstáculo momentáneo. Ella le buscaría por toda la galaxia si era necesario.

Guardó la carta entre sus pertenencias, y salió en busca de algunas pistas sobre el paradero de Ben Solo.

***

En Ahch-To.

Rey se despertó muy temprano, desorientada. Al ver dónde se encontraba, buscó a Ben con la mirada, y finalmente lo encontró hecho un ovillo a su lado, en el frío suelo. El fuego casi se había apagado, así que la joven lo reavivó, y después se acercó a Ben.

-Ben, despierta –le llamó, tocando su hombro con delicadeza. El joven se revolvió como un niño pequeño que no quiere dejar la cama para ir a la escuela -. Ben, debes tener el cuerpo molido, ¿por qué has dormido en el suelo?

El chico de desperezó lentamente, y se masajeó los hombros engarrotados.

-No sabía si te molestaría que durmiera contigo –se excusó con cierta timidez y ojillos de niño.

-Dejemos de negar lo que hay entre nosotros. Tú y yo... Ben, yo quiero hacerlo todo contigo –le susurró Rey, intentando aclarar con esas palabras cualquier duda que él hubiera podido albergar sobre el nivel de intimidad que le permitía alcanzar.

La chica se sentó en el lecho, y Ben la imitó poniéndose frente a ella. Ahora todo se reducía a este momento. Skywalker contra Palpatine, Rebeldes contra Imperio, Resistencia contra Primera orden; al final de tantas incertidumbres, luchas y muertes lo único que quedaba eran esos dos jóvenes, que se miraban en silencio en la tenue luz del amanecer y del fuego que crepitaba en el hogar.

-Henos aquí; nosotros que empezamos siendo enemigos –reflexionó Ben en voz alta.

Rey alzó una mano para acariciar las ondas de su cabello negro, y después recorrió con ternura el perfil de su nariz y sus labios.

-Quién hubiera podido imaginarlo entonces –contestó ella -. Aquellos tiempos en que nos peleábamos y luchábamos por defender ideas tan distintas parecen parte de un mal sueño; de otra vida.

-Estaba tan confundido sobre lo que realmente necesitaba para ser feliz, hasta que te conocí. Después, cada vez que nos enfrentamos hubiera deseado en realidad tenerte así junto a mí, en paz.

-Lo sé. En el fondo yo sentía lo mismo –confesó Rey -. Supongo que prefería luchar para estar cerca de ti, a no hacerlo y estar separados.

-La última vez descargaste toda esa frustración al ensartarme en mi propio sable –dijo Ben bromeando.

Rey le miró con el ceño fruncido.

-Odiaba verte haciéndote daño, negándote la verdad de que aún no era demasiado tarde para ti..., para nosotros. También odiaba sentirme atraída por Kylo Ren, pero ¿cómo no hacerlo si tras ese hombre estabas tú, sólo que aún perdido? Tan perdido como yo lo llegué a estar.

Ben tomó el rostro de Rey amorosamente entre sus grandes manos, acariciando su cabello.

-Te entiendo. Yo también tuve mucho miedo de perderte, o de que sucumbieras a la oscuridad –le confesó Ben-. No quería que pasaras por el tormento que yo viví tantos años.

-Tu familia y tú me ayudasteis a no hacerlo.

-"Tu familia" –le corrigió Ben, sonriendo -. Tú eres parte de ella también, Rey.

Rey abrazó a Ben, y él la apretó fuerte contra su pecho, atesorando ese momento.

-Ahora se me hace tan extraño que haya existido un momento en que te consideré un monstruo.

-Le quité la vida a mi padre –afirmó Ben con un hilo de voz, para justificar a Rey.

-Manipulado, sin saberlo, por la voz del verdadero monstruo. No te hubieras roto por dentro si hubieras sido tú, y no ese abusador, quien realmente quería hacerlo. Tú solo eras un muchacho perdido, al que obligaron a tomar las decisiones incorrectas a cambio de una supuesta aceptación que nunca llegó. Y pensar que ese monstruo era mi propio abuelo; que yo desciendo de él...-Rey se lamentó, rompiendo su abrazo y volviendo el rostro para que Ben no viera su expresión de asco y profunda vergüenza.

Pero Ben la acercó de nuevo a él, girando su rostro con delicadeza para que le mirara a los ojos.

-Nada hay en ti de oscuridad, Rey. No importa lo que nuestros antepasados hayan sido o hecho.

-"Deja que el pasado muera"...-citó ella las palabras de Ben.

-Exacto. No debemos pensar que estamos condenados a cometer los mismos errores que ellos cometieron. Debemos aprender de sus errores –Ben la acercó aún más a él, sentándola sobre sus piernas -. Aunque tu abuelo fue el causante de toda mi desgracia, sin él no existirías tú; Y tú, Rey, cómo empezar tan si quiera a explicarte lo que eres tú para mí...

Sin tu ayuda, yo aún seguiría siendo aquel ser sumamente desgraciado, hundido en la desesperanza, la ira y la frustración, cegado por el miedo y el ansia de un poder que jamás me hubiera dado la paz que mi alma necesitaba. Tú ayudaste a que viera que estaba buscando esa plenitud en el lugar equivocado. Me ayudaste a encontrarme a mí mismo. Si vuelvo a Ser Ben es gracias a mis padres y a ti, y desde ahora escribiremos nuestra propia historia.

Los ojos de Rey se humedecieron, sumamente emocionada por las palabras del joven. Ben le sonrió con dulzura, y ella se lanzó a sus labios sin poder resistir más el deseo de besarle. Los nervios y la escasa experiencia hicieron que fuera un beso algo torpe, pero tan sincero y necesitado que no pudo ser más perfecto para ambos...

The rise of Ben SoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora