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Ya era el cuarto día desde que Seokmin se quedó en su sótano para ir curándolo de las heridas hechas por las trampas que rodeaban la casona. Jeonghan estaba preocupado y ansioso, ya que ya se tendría que ir a más tardar en dos días porque su manada se iría de donde fuera que estuvieran ahora. El problema era que por lo que podía ver, el centauro no alcanzaría a curarse lo suficiente como para poder huir si las cosas se ponían mal.


Bajo al sótano para hacer la rutina de llevarles comida y curar las heridas que tuvieran, aunque en el caso del ángel era solo alimentarlo e intentar hablar un poco, porque se negaba a que un humano lo tocara. Primero le dejo la comida a Seokmin quien era un buen niño que le agradecía con una deslumbrante sonrisa, para luego dirigirse donde Joshua, quien le daba frías miradas y a veces se ofendía diciendo que no era un conejo como para que le llevara esas cosas, pero igual comía. Era extraño. Aunque en esta ocasión ocurrió algo distinto.


- Oye – Le llamo antes de que saliera de la habitación, a lo que extrañado Jeonghan se detuvo, pues el ángel rara vez empezaba las conversaciones - ¿Me podrías quitar estas cadenas? Son incomodas y prometo que no me escapare – El humano sentía que estaban mejorando las cosas al Joshua pedirle algo, así que entusiasmado le quito los grilletes que lo sostenían por una muñeca y un tobillo.


- Si quieres más tarde puedo traerte cosas para que te duches y puedas al fin usar las ropas que te compre. Disfruta tu comida – Ahora más sonriente, volvió junto a Seokmin para ir curando sus heridas mientras este continuaba su comida, aunque siempre al tener al humano ahí se ponía muy hablador, comentando sobre su familia, amigos que tenia, unas anécdotas divertidas y como le daba pena el que tuvieran que moverse constantemente para que no los pillaran y cazaran, como si ningún lugar fuera del todo seguro.


- Oh, ¿E-Ese es Joshua? – Jeonghan confundido por las palabras del centauro que no podía esconder su sorpresa por lo atractivo que era el ángel, se giró y asombro al verlo fuera de la celda y de pie, demostrando que era igual de alto que él.


- ¿Necesitas algo? O solo querías caminar un... - Se había acercado a la divina criatura, pero esta de repente se abalanzo encima suyo, rodeándole el cuello con sus grandes manos que le presionaban con fuerza, intentando arrebatarle el aire.


Jeonghan por reflejo intentaba alejarlo, escuchando a Seokmin gritar que se detuviera, pero estaba concentrado fijándose en el ángel que con una mirada vacía y facciones tensas por la rabia, solo apretaba con más fuerza sus dedos contra su cuello. Ya empezó a ser difícil respirar, su vista se volvía borrosa y aun así, podía verse reflejado claramente en esos oscuros ojos que nunca lo miraron con bondad ni suavidad, todo porque era el hijo de quien lo torturo tanto tiempo. ¿En serio creía entender ese dolor y que podría sanarlo? Cerro los ojos y dejo de intentar alejar las manos del ángel, aceptando su destino, ser asesinado por una criatura divina motivada por el odio y rencor.


Joshua pestañeo perplejo ante aquel acto de aceptación ante la muerte y como los gritos del centauro aumentaron porque también noto aquello. Reacciono y como si quemara, lo soltó y se alejó varios pasos, observando a Jeonghan quien aún seguía consciente, pero necesito recostarse en el suelo para intentar recuperarse, muy débil por haber perdido el aire de esa forma. El de cabellos azules se miró con pánico sus temblorosas manos al darse cuenta de que él, un ángel que prometió cuidar a las buenas personas y ayudar a quienes lo necesitaran, casi mata a una que sabía no había hecho nada malo, pues podía ver la pureza de su corazón, pero cegado por el odio decidió ignorarlo.

Remedium meum (JIHAN)Where stories live. Discover now