«Capítulo 7»

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Minho le miró confundido. Más que enfado o rechazo, las palabras de Chan mostraban preocupación. Y si él se preocupaba, tenía que ser algo muy grave.

—No lo pienses demasiado. Y no te preocupes... Bueno, solamente lo necesario —levantó un dedo y le indicó que le siguiera—. Vamos, te he preparado el equipaje. No hay un minuto que perder.

—¿Qué ocurre?

Chan se detuvo en mitad del pasillo de piedra y se dio la vuelta.

—Ya era hora de que lo preguntaras —echó una ojeada, como si no quisiera que oídos indiscretos escucharan lo que le iba a desvelar—. Uno de tus compañeros, Seo Changsung. No sé si lo conocerás... —Minho asintió. Jeongin se lo había presentado, y también recordó que Youngjae había hablado de él porque no se había presentado a la clase—. Pues bien, ha desaparecido. Y con él ya van tres novatos en las últimas semanas.

Chan reanudó la marcha y Minho lo siguió hasta salir al patio principal. Aquel sitio, que normalmente solía estar lleno de gente, ahora estaba sumido en completo silencio.

—Los tres han desaparecido en muy poco espacio de tiempo, y los guardianes temen que puedan darse más casos como estos. Por eso, como medida de precaución, el maestro Im ha decidido dispersar a los novatos por la ciudad.

—¿La ciudad? —preguntó Minho extrañado—. ¿Yo solo? ¿Cómo me apañaré? No puedo ir por la calle mostrando las al...

—No estarás solo, Minho. Todos los novatos irán acompañados por un veterano —dedicó una mirada de reproche a su alumno—. Él te enseñará todo lo que necesites saber para pasar desapercibido entre la gente normal. Tranquilo, te resultará fácil aprenderlo. Además, podrás ver por ti mismo cómo les va a tus seres queridos.

Minho miró a Chan desconcertado, aunque se obligó a la compostura para ocultar su emoción.

—Pero... dijiste que para mí esa vida ya estaba muerta —el castaño casi recordaba el momento, las palabras exactas que utilizó.

—Y así es, Minho, nunca lo olvides —lo miró con severidad—. Llegará un día en el que, por el bien de tus allegados y por el tuyo propio, será mejor que los consideres muertos.

Minho no supo cómo tomarse ese último comentario, pero entendió lo que quería decir. Si de verdad iba a reencontrarse con sus seres queridos, debía poner límites. No podía darles la buena noticia de que seguía vivo y luego decirles que tendría que marcharse para siempre y nunca volverían a verlo... aunque esa idea ya no le pareciese tan terrible como al principio.

Tras cruzar el último pórtico de piedra, llegaron a un pequeño patio donde alguien ya les esperaba. Minho reconoció al veterano que le habían asignado enseguida. Era el joven que tan oportunamente apareció por el gimnasio hace unos días, cuando Hyunjin le retó, salvándole de una buena paliza.

—Minho, te presento a Seo Changbin —dijo Chan. El veterano tenía una expresión seria—. Changbin, ya sabes a dónde tienes que ir.

—Sí, Chan...

Chan le agarró el hombro en señal de apoyo y le miró con preocupación. Compartían una mirada intensa con un mensaje oculto, como si se hablaran telepáticamente.

—Te mantendré informado de nuestros avances —comentó con voz apacible. Luego se separó un poco y miró a los dos jóvenes con expresión grave—. Ahora márchense, o se les hará de noche.

—¡Espera! ¿Qué pasará con mis amigos? ¿Dónde están Jeongin, Seungmin...?

—No te preocupes, Minho —le interrumpió Chan, sonriendo—. Ellos también estarán acompañados de un veterano. Van a estar bien en la ciudad. Pronto los podrás ver.

Wings Flap ➳ MinsungWhere stories live. Discover now