Capítulo 3 | Será el verano de nuestras vidas

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Estaba a punto de llegar a casa de mi padre para pasar el fin de semana con él y hablar el tema de Grecia, con algo de suerte lograré que me dé su permiso para ir. Ya había mantenido un par de conversaciones por teléfono con él hablándole del viaje, no se mostraba muy partidario de no verme hasta el siguiente verano, y le comprendía perfectamente, ya que en parte a mí también me entristecía el hecho de no verle durante tanto tiempo, aunque no hablásemos en profundidad y no estuviese acostumbrada a estar con él (sino con mi madre), su presencia me agradaba; mi padre siempre ha sido un hombre bastante cariñoso a pesar de sus torpes maneras de demostrar afecto, estaba pendiente en todo momento de lo que pudiera necesitar y trataba que el tiempo que estaba con él me encontrase lo más cómoda posible. Sabía que cuando le fuese a preguntar me diría que sí y me dejaría ir a Grecia, nunca me había negado nada, y también sabía que me dejaría muy a su pesar y que no querría otra cosa que no fuese pasar el verano conmigo. Viéndolo desde esa perspectiva me sentía algo mal, pero el deseo de estar con Liam y los chicos durante todo el verano era más fuerte en ese momento… aunque había que añadir el factor de que Cameron también iría con nosotros, lo cual me tenía de todo menos contenta ya que estaba segura de que iban a haber conflictos tarde o temprano. Aún así mantenía la esperanza de pasar un buen verano.

—Asegúrate de llamarme cuando hables con tu padre —dijo mi madre una vez que habíamos llegado a la Gran Vía.—En caso de que te deje ir te he preparado una mochila con protector solar, te he metido varios bikinis, gafas de sol, sprays…

—Mamá —la detuve revirando la mirada—, despreocúpate de todo, en cuanto hable con él te llamo y lo que sea será.

—Ten mucho cuidado en Grecia y contrólense en las fiestas, por favor. —Me imploró ella, dejando ver sus ojos vidriosos.

—Todo va a estar bien, vamos a estar todos juntos y vamos a ser responsables, te lo prometo —le dije esperando que calmase un poco sus nervios.

Mi madre me observó no del todo convencida y seguidamente asintió a modo de aprobación, luego se acercó a mí y me abrazó fuertemente, yo imité su gesto y traté de prolongar el abrazo lo máximo posible, era increíble lo duro que me resultaba despedirme de ella, era completamente desgarrador.

—Por favor, no te quedes embarazada. —Me susurró en el tono más dramático jamás usado hasta la fecha.

—A la mierda el momento bonito, es que tienes una habilidad… —añadí antes de salir del coche y extraer del mismo todas mis maletas, que eran un total de cuatro.

—Oh, se me olvidaba preguntarte: si tu padre te deja ir finalmente, Liam viene a buscarte, ¿cierto?

—Sí, de aquí iríamos a recoger a Eli y después al aeropuerto. —Le respondí sacando la última maleta.

—Vale, pues ya sabes.

—Sí, tranquila, yo te llamo —repetí finalmente antes de volver a abrazarla por última vez, acto continuo me aparté mientras dirigía las maletas, con ayuda de mi madre, hacia el portal del edificio de mi padre, encontrándose este en una de las zonas más céntricas de la ciudad. Muchas veces me preguntaba cómo mi padre era capaz de soportar tanto ruido a la vez, a mí me resultaba imposible.

—Bueno, pásatelo muy bien, cielo. No te olvides de llamarme. —Me dijo ella subiéndose en el coche.

—No me olvido. —Indiqué con vagancia.

—Te quiero.

—Y yo. —Concluí sin poder evitar sonreír por la insistencia de mi madre en no querer irse, aunque finalmente lo hizo; encendió el motor y se marchó lentamente, perdiéndose en una curva hacia la derecha al final de la calle. Un pequeño vacío me invadió el pecho y me vi obligada a soltar un suspiro, la echaría de menos. Bastante.

Nothing 2 → l.pWhere stories live. Discover now