Capítulo 16

336 314 258
                                    

Cuando amaneció, Evan y yo nos fuimos de ese asombroso lugar porque desafortunadamente teníamos que llegar a clases. El camino de regreso fue bastante divertido, Evan no paraba de hacer bromas y yo no podía aguantar la risa. El aire estaba fresco puesto que era muy temprano, tanto que todavía el sol no se asomaba por ninguna parte del cielo. Mis ojos comenzaron a cerrarse poco a poco hasta el punto de quedarme dormida, sentí como Evan colocaba su chamarra encima de mí para que no pasara frío.

—Sav —me movió ligeramente haciendo que abriera mis ojos dejando a la vista a un chico muy guapo —Hemos llegado.

Tomé mi sudadera y salí del auto, pero al ver que estábamos en la escuela me percaté de que no traía mi mochila. ¿En dónde escribiría?

—Mi mochila, no la traigo— hablé algo preocupada, Evan me dio una sonrisa burlona y se dirigió a la cajuela, segundos después regresó con su mochila y la mía.

—Pasamos rápido a tu casa cuando estabas dormida— rio y yo sólo negué con la cabeza. Lo tenía todo bien planeado.

—Un gracias y un beso serían más que suficientes, eh palmerita —enarcó una ceja, solté una risita mientras me acercaba a él. Le di un beso en la comisura de los labios y lo abracé susurrándole un gracias.

Al separamos miré sus ojos los cuales estaban entrecerrados por la gran sonrisa que tenía, entrelazó nuestros dedos para caminar adentro ya que la mañana estaba bastante fría.

Al entrar al salón, nuestros amigos se nos quedaron viendo y vinieron rápidamente hacia donde estábamos nosotros para poder interrogarnos, cómo hace un par de meses atrás cuando Evan se había quedado en mi casa.

— ¿No que no estaban saliendo? —cuestionó Emma cruzada de hombros.

—Son unos mentirosos— regañó Jade riendo mientras me pegaba con su brazo. Christian llegó detrás de mí y me abrazó.

—Yo siempre supe que estos tortolitos eran más que amigos, no era novedad que siempre desaparecieran— Zac movió sus cejas de arriba abajo, todos comenzaron a reír y yo solo sentía mis mejillas calientes de toda la vergüenza.

Les explicamos cómo Evan a penas me lo había pedido ayer y todos se emocionaron ya que no creían que Evan finalmente diera el paso. Dos horas más tarde la campana del almuerzo sonó y todos nos fuimos a la cafetería.

Tomé un café y una ensalada de pollo ya que no tenía mucha hambre, me senté en una mesa y Evan se sentó enfrente de mí con su sonrisa burlona de siempre. Di un sorbo a mi café y en lo último que me fijé fue en la mirada de una chica muy bien dotada y con grandes ojos café. Vió a Evan y le lanzó un suspiro soñador a sus amigas mientras comentaban algo y se mordían el labio.

Ambas me miraron e hicieron una mueca.

«Asquerosas»

— ¿Sav? —aparté mi mirada de ellas para mirar a Evan. — ¿Qué te pasa?

—Hay chicas realmente guapas allá afuera dispuestas a estar contigo —hablé ignorando su pregunta. — ¿Por qué te molestas en estar conmigo? —en esa pregunta había una mezcla de sentimientos que ahora se habían acumulado haciéndome un nudo en la garganta.

La mirada de Evan se oscureció y su ceño fruncido apareció. Su mirada se clavó en la mía y entrelazó nuestras manos.

—A mí esas chicas no me importan nada— espetó serio. —No te subestimes nena. Esas chicas quieren estar conmigo para alardear que estuvieron con el chico malo... —sonrió. —Muchas de esas chicas hace un año me miraban con asco mientras que tú eras la única que estaba conmigo.

Perfecta Destrucción. ©Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang