Una noche en el bosque••Yugkook

veinticinco.

—Quiero hablar con usted.—se sienta frente al adulto.

—Dime lo que quieras, Yugyeom...—sonríe tirándose en el respaldo de su asiento.

Yugyeom venía pensando en como decirle las cosas, podía salir muy bien o muy mal. Pensó en su manada y en como estaría su hermano manejando aquello, seguramente desesperado. Era hora de volver.

—Quería avisarle que volveré a manejar mi manada, claramente voy a estar en mi territorio, pero volveré a su hogar siempre.—entrelaza sus propias manos.

—Uhm—asiente.—no hay problemas con eso, se como son las cosas así que puedes volver cuando quieras, de eso eres responsable tú, ¿está bien?—el menor asiente.

Yugyeom se siente feliz al saber qué ya volvería a su lugar, últimamente se sentía muy inquieto sin saber nada de sus amigos y su território. Su hermano mayor estaba tan ocupado que ni siquiera podía mandarle un maldito mensaje.

—Gracias señor, iré ahora mismo—se levanta haciendo una reverencia.

—No es nada, hijo—le sonríe aún más, las arrugas de sus ojos apareciendo.

Yugyeom salió de la oficina de su tutor con una sonrisa de oreja a oreja, sacando su teléfono para llamar a su hermano mayor y decirle que iba en camino.

—¿Yugyeom?—preguntan del otro lado de la llamada.

—Soy yo tonto, voy para allá.—responde.

—¡Al fin vuelves!, no puedo más con tu sucio trabajo.

—Cuando te vea te romperé la cara.

—Hey, ¿esa es manera de hablarle a tu hermano may- —y cortó.

Yugyeom llegó a su oficina minutos después de la llamada con su hermano, no iba a perder ni un minuto más. Cuando llegó vió al grupo de lobos que siempre estaban rodeando el lugar que estaba en medio del bosque, aquel bosque tan frío que le traía recuerdos que le erizan la piel.

Caminó hasta la entrada siendo recibido por el novio de su hermano mayor, sonriéndole con cariño, él realmente quería a su cuñado.

—¡Youngjae!—corre a abrazarlo con brazos abiertos.