Una noche en el bosque••Yugkook

treinta y ocho.

—¡Oh vamos, Taehyung!—exclama clavándole una daga en la garganta a su enemigo.—no puedes ser tan débil.

—Quieres callarte, infeliz.—rasguña la garganta del contrário haciendo que caiga sin vida a sus pies.

El chico ríe escandalosamente haciendo que los hombres que estaban corriendo hacia él se detuvieran al escucharlo reír.

—No se detengan, porqué me aburro—habló a los que tenía a su al rededor.

Taehyung estaba de espalda chocando con la contraría, solo mostraba sus colmillos y garras estaba en posición de combate. Para el contrario ya era una costumbre hacer misiones con Taehyung, le gustaba molestarlo, además al terminar pasaban un buen rato.

Los hombres comenzaron a correr hacia ellos quiénes tenían muy buenos reflejos y esquivaban cada golpe o cuchilla con veneno en ellas.

—Tss, cobarde—patea la garganta de su enemigo haciendo que cayera al suelo en un golpe sordo.

—Solo queda este grupo, recuperamos las joyas y terminamos.—dice Taehyung al mismo tiempo peleando con los hombres que le llegaban hasta por detrás.

—Dame dos minutos y acabará.—corrió para meterse entre todos los hombres.

Daba golpes quebrando brazos y piernas, clavando navajas en la yugular de los contrarios. Para él era demasiado divertida esa situación.
Pasaron esos dos minutos donde Taehyung quebró el último cuello, terminando con todos los cuerpos sin vida a sus alrededores.

—No dejas ni uno, egoísta—lo golpea en el hombro pasando a un lado del él. —vamos rápido, seguro Yugyeom me está esperando.

El chico suelta una carcajada sonora, cuando está avanzando un paso más escucha una queja. Termina por pisarle la cabeza a uno y así acabar con su sufrimiento también para que no queden testigos de quienes los envió.

—Como diga, hyung~—dice sonoramente.

—Ya te he dicho que no me llames así, es molesto.—gruñe.

—Eres todo un perro rabioso.—molesta.

—Vuelve a decirlo y te quedarás sin piernas.—lo apuntó con su dedo índice.

El chico levantó los brazos en señal de paz, riendo.
Taehyung se estresaba cada vez que tenía que trabajar con aquella persona, algún día, en verdad, lo dejará sin piernas.

—¡Yugyeom!—llama Jinyoung alertando al jefe lobo de aquella guarida.

—¿Qué pasa?—se levanta rápidamente de aquél asiento giratorio.

—Están a la vuelta de la esquina.—informa.

Yugyeom le había pedido, más bien, rogado a Jinyoung para que hallaran a la manada que andaban buscando. Sabía que Jinyoung y su grupo eran muy buenos hallando lobos que estaban siendo buscados para matarlos o unirse a una manada en específico.

Jinyoung al principio se negó, no le convencía aquello. No se sentía preparado para volver a trabajar, aunque le insistió a Yugyeom que le entregaría a su grupo para hacer el trabajo, este se negaba diciendo que no sería lo mismo sin él.

Por un lado agradecía a Yugyeom ya que lo hizo volver a la rutina que hace un año no tenía, le gustaba su trabajo en realidad, volver con su grupo fue una buena decisión.

Volviendo al tema, Jinyoung encontró a la manada fantasma que estaba atentando contra las manadas vecinas. El plan de Yugyeom no era por su venganza, se trataba de cuidar lo que les pertenecía, cuidar a las familias de sus compañeros, su gente, su tierra. Nadie le arrebataria nada, otra vez.

Era la primera guerra luego de mucho tiempo, cosa que solía ser un poco terrorífico para algunos lobos tanto jovenes como nuevos integrantes.

La puerta de aquella oficina fue golpeada levemente, Yugyeom dió permiso a que aquella persona pasara a la oficina.

—Ya estoy aquí, jefe—habla Taehyung, mirando a Jinyoung a un lado de él.—¿pasó algo?—preguntó al sentir los nervios del recién nombrado.

—Que bueno que llegaras a tiempo, Taehyung—le habla mirando a Jinyoung.—manda a Jaebum que le informe a las demás manadas a que estén atentos y a Minghao que reuna a todos. Los enemigos están llegando.—lo mira a los ojos.

Obtuvo un asentimiento de cabeza de Taehyung y se marchó, oyendo como este suspiraba.
Yugyeom no era de meterse en la vida de los que pertenecen a su manada pero hacia una excepción con Taehyung, creció con él y últimamente se sentía preocupado ya que no sabía en que andaba metido el de cabellos rubios, se notaba más cansado de lo normal.
Tampoco negaría que en serio le alegraba tenerlo ahí a tiempo, Taehyung era uno de los mejores luchando, en minutos podría acabar con diez hombres y lo sabe porque presenció aquello con sus propios ojos.

Claro, no era favoritismo, todos eran buenos, pero, Taehyung un poco más.

—Iré a tomar posición en el terreno de mi padre.—informa Jinyoung.—sabes la señal.

El terreno que le pertenecía a la manada de Yugyeom estaba dividida con la de Hyunsuk por un río en medio, era un río bastante ancho lo cual estaban muy separados, de todas formas no tenían problemas con aquello.

Todos afuera estaban atentos a que no cayeran los enemigos sorpresivamente. La manada fantasma solía esconderse en las montañas lo cual no era muy lejos del bosque que les pertenecía a los demás.

Mingyu estaba como una camara de seguridad viendo cada movimiento y escuchando cada ruido, centrándose en lo sospechoso. Taehyung había llegado y todos estaban alegres por ello, era quién mandaba en ellos en ese plan.

Escuchó una rama romperse lo cual lo aturdió un poco volteando para todos lados, mirando hacia un arbol en específico cuando encontró lo que provocó el ruido.
En uno de los troncos altos del árbol se encontraba un chico vestido completamente de negro sentado dandole la espalda a todos allí.

—¡Hey!—llama la atención de todos, menos la de Taehyung que estaba atento a otra cosa menos interesante.—¿que haces ahí?—ahora Taehyung si se dió vuelta.

El chico ni siquiera se inmutó, no se movió, parecía una estatua lo cual causó un escalofríos a Mingyu.

—Déjalo, Mingyu—habló Taehyung llamando la atención de este.—no es enemigo.

—¿Como sabes eso?—frunce el entrecejo.

—¡Por qué lo conozco mocoso, ahora cállate y concentrate en otra cosa!—dice exaltado.

—Como ordene, hyung—ríe inocente.