Infancia

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Mi madre, desde pequeña una chica con baja autoestima y poca fe en el amor, su impactante forma divertida de ser no era suficiente para los chicos de su época, a lo largo de su vida y tras una vida llena de luchas, gritos, peleas y la guerra civil causaron estragos en su vida, no obstante eso nunca la detuvo, siguió adelante con su vida y se enamoró de un hombre, imagino que sería como los cuentos de hadas y el Vivian felices por siempre quedaría escrito en su hoja de vida, pero la vida tiene un sinfín de infortunios que no entendemos porque suceden y cuando intentamos descifrarlos es aún más complicado, una mujer que por años peleo con cada gota de sudor todo lo que emanaba de ella para protegernos, vernos crecer sin un padre que la abandono cuando apenas tenía un año, mi hermana dos y ella con 4 meses embarazo, cuanto lloró, cuanto sufrió, sin embargo eso no la detuvo y aunque soliera debía superarlo de alguna forma pues tenía 3 hijas a su cuidados.

Ella trabajaba largas jornadas, mi abuela nos cuidaba y daba el amor que ella no nos brindaba por darnos el pan de cada día, antes de despertar ella no estaba y ya dormidas ella regresaba, pocas son las historias que nos cuenta mi abuela sobre cuando nos llevaba de paseo una vez al mes con alguna que otra prima, mis tías no llegaban con frecuencia a la casa a visitarla, la vida era caótica pero llena de buenos momentos según parece, cuando eres un infante nada te turbe, nada te agobia, no recuerdas ningún hecho ni siquiera el mas mínimo por la corta edad, aun así las historias de la vuela, cuando corríamos por la sala, las comidas embarradas en la mesa, los platos rotos que luego debía recoger, los juguetes mordidos y la ropa manchada, y miles de cuentos con canciones antes de dormir, daría cualquier cosa por recordar esos instantes en lo que realmente era feliz.

Un suceso que a los 2 años de edad casi deja traumada a mi quería ancianita, recuerdo sus reacciones cada vez que lo comentaba, caminaba por el balcón sin barandas de la segunda planta de casa, una de mis tías no se dio cuenta de mi presencia era muy pequeña, poco visible para ella, colgaba la ropa y empujo las caderas hacia atrás, el poco equilibrio que tenía pues apenas empezaba a caminar, me hizo caer del balcón para mi fortuna como ella dice, la casa estaba siendo reconstruida, la mitad era arena y polvo, la otra un precipicio muy hondo, según lo describía caí sobre las arenas, quedando inconsciente por breves segundos, antes de eso no sabían si ya estaba muerta, al poco reaccionar las gracias a Dios no faltaron, el hospital o las medicinas eran tema de la naturaleza, debido a eso el medico no fue necesario, pues parecía que no tenía nada y todo estaba bien.

Recuerdo muy pocas cosas de sobre esta etapa algunas cosas parecen como fotos visualizadas en mis memorias, aquel vestido de encaje blanco al cuello y tela de color rojo intenso que me regalaron, manzanita era el sobrenombre que recibía cuando lo utilizaba hasta para ir al supermercado, era tan bello que no recuerdo en qué momento se perdió, talvez solo lo escondieron al verlo tan desgastado y ya no utilizarlo más.

Cuando fui a un kínder y me enseñaron un video de cómo era el infierno y que si no me portaba bien en ese lugar iría a parar, el trauma y los llantos que sosegaron mis noches imágenes que jamás olvidaría ahora de adulto se volvieron tan familiares.

Un pequeño niño que parecía que era mi amigo y me pedía besos en la boca los cuales no recibió porque algo me decía que no era bueno, me eligieron como candidata para ser reina de ese lugar y mi madre compro un vestido verde manzana delgado y hermoso, me peino y pinto los labios con rosado suave, me sentía muy bella y estaba feliz, me montaron encima del auto cuando la directora llego y hablo con mi madre, una persona había pagado para que su hija fuera en el carro y yo no, yo simplemente llore porque no iría donde me habían dejado, y tuve que caminar como todos los demás adultos, los demás chicos tenían auto propio ellos iban en los suyos, ahora que lo pienso no sé cómo hubiera tomado eso si hubiera tenido más razonamiento, la gente es así, el dinero las mueve.

La ultima cosa que recuerdo vagamente fue el cuándo me graduaron de ese kínder, un vestido pomposo de color salmón que llegaba hasta las rodillas, unas calcetas blancas y una túnica azul con un pequeño birrete y baile con un niño muy gracioso, se reía por todo aunque no entendía porque.

Considero que esta etapa está llena de recuerdos muy vagos, que algunos son contados por nuestros abuelos y otras son como sueños cortos que duran alrededor de unos minutos, pero es la fase en que todo parece ser bueno, divertido y hasta bastante predecible, la inocencia una parte vital y las ilusiones llenas de sueños, dormir y despertar no era un fastidio, disfrutar de esos momentos que no recuerdas pero que las personas que te rodearon sabían que eras feliz, conforme a lo que tenías y daban, sin reproches grandes o enojos largos, solo una pequeña y dulce niña con emociones que se formaban entorno a los sucesos o eventos que la rodeaban.

Quisiera poder retroceder el tiempo y verlos ahora que tengo la masa gris desarrollada, para disfrutar esos momentos tan efímeros que llenaron los días comunes en algo divertido para el adulto que nos observaba.  

No volver a callarWhere stories live. Discover now