No volver a callar

Adultez

Una propuesta de estudiar de nuevo llego hasta mis oídos, pero la opción e pasar 8 años para ser médico no estaban en mis planes, no pensaba pasar más tiempo aquí o enloquecería verdaderamente, pero la persona que me ofreció esto era alguien a quien un no por repuesta era perder la ayuda y su apoyo definitivo, acepte sin saber a lo que me estaba metiendo esperando que los años pasaran tan rápido como pudieran, no me entraba en la cabeza tantos años pero intentaba asimilarlos, como esperaba no era lo que quería, por consecuencia no pasaba los parciales, laboratorios o cortos que hacían, no quería nada de esto, mi mente pedía a gritos salir ya de esta situación, ya había liberado con una persona todo aquello que me mataba por dentro, no obstante no era suficiente, tanto tiempo la carga que llevaba estaba a punto de colapsarse por completo.

Una noche estudiaba para un parcial de química, estaba algo sorprendida pues había entendido lo que estaba estudiando, eso podía ser buena al menos pasaría un examen sin embargo debía ser de alta nota para nivelar todos los que había dejado, todos dormíamos en la segunda planta y abajo solo cuando habían huéspedes, estaba tan cansada que decidí dormir en la cama de los invitados, una pesadilla tan vivida donde mi madre fue arrollada y su cuerpo totalmente destruido y al ver a su lado a mi sobrino de la misma forma levantaron miles de gritos en la habitación, una sombra se acercó y se posó sobre mi cuerpo impidiendo levantarme, no sé cómo, o cuanta fuerza quedaba en mi cuerpo que subí corriendo y caí al suelo en las piernas de mamá que corría por mis gritos, no recuerdo lo que paso luego de colapsar, desperté en su cama, desde ese día las pesadillas no cesaban eran cada vez vividas que antes, y consecutivas, veía sobras donde no había nada, las cosas tomaban forma y me hablaban, deje la universidad porque pensaba que eso era lo que ya no toleraba mi cuerpo una carga más me hizo colapsar y dejarme expuesta a las dudas sobre que pasaba realmente, hable con mi madre y le dije que necesitaba ir con un psicólogo, que no quería volverme loca por las cosas que sentía y escuchaba sin siquiera existir, accedió sin reprochar o preguntar, escribí a una amiga que conocía por medio de mi hermana, era condescendiente y sabia el tipo de economía que poseía en ese tiempo, me dio las sesiones gratis y empecé a hablar con ella, empezaba a trabajar con un paciente que tenía cáncer, ese tiempo en casa sola y sin mucho que hacer me daba espacio a pensar las miles maneras posibles de morir, solo deseaba desaparecer, que un carro me atropellara, que cualquier ladrón me matara, que hubiera un sismo y algo me cayera encima, y pensaba si tirarme de la segunda planta serviría esta vez, si caer de algún edificio dolería o sentiría algo, no creía que fuera normal andar por la calle la manera de acabar con mi vida, las conversaciones sobre los malos amores, el desprecio, el rechazo, la decepción, el dolor, huir del país, de mi familia, de todo el mundo, apartarme de mis amigos, escapar solo deseaba escapar, de todo lo que me estaba comiendo en el interior, cuando el paciente que cuidaba murió y la forma en que la esposa se despidió, me abrió los ojos a entender que el amor era algo hermoso que no había algo tan puro y sincero como ser amado y que las despedidas dolían tanto que no podían contenerse, llore pensando en que todo lo que buscaba había sido ficción y me enamore solo de las cosas que creía, sin embargo no entendía nada sobre el tema y no lo haría si seguía de la misma forma, le dije a mi amiga lo que paso cuando tenía diez años y que esa era la raíz de mi silencio, era la voz que calle por tantos años dejando que se convertirá en tinieblas y agonía, cada vez que algo malo pasaba mi mente decía que lo merecía por callar y si mantenía eso todo lo demás no pasaría de ser igual, me acostumbre tanto a vivir complaciendo al mundo sin ponerle alto al silencio y hablar para liberar todo aquello que no deseaba.

Meses de terapia y constante seguimiento llevaron a decir la verdad y abrir la puerta que por tantos años estuvo cerrada por miedo al qué dirán y saber la realidad que por tanto tiempo guarde en silencio, al hablar con mi madre en la alcoba sus lágrimas no dejaron de salir, haciendo preguntas que realmente no quería preguntar, despeje todas sus dudas y perdone todo lo que una vez me hicieron, sin embargo todas las cosas que sentía no desaparecerían como arte de magia, todo llevaría un proceso pero hablar era la primera fase para poder seguir caminando, la tensión se sintió en el hogar, las cosas habían cambiado mucho no obstante la sensación de tristeza continuaba de manera persistente, pues a pesar de hablar, tenía muchas cosa que decir, todavía faltaba explicar que no deseaba seguir trabajando como enfermera, quería ser escritor y ese había sido mi sueño desde pequeña, pero me importaba mas mantenerme alejada de casa que vivir en la misma, muchas cosas parecieron tomar su propio camino y durante ese año intentaba manejar las cosas de otra manera, después de expresarle a mi madre sobre las cosas que sentía, lo que deseaba hacer con mi vida, lo acepto de una manera que no pensé que fuera creíble, toda la vida escuchaba una negativa y esta vez las únicas palabras fueron "lucha por tus sueños y no te rindas nunca más".

Durante esta fase estaba en un hospital privado trabajando siempre como enfermera ganaba diez dólares por cada turno de veinticuatro horas con múltiples obligaciones que incrementaban con el paso de los días, la demanda no dejaba de creer pero la economía era la misma, entonces una llego una oferta de trabajo como digitador en una empresa solamente para las elecciones del presidente en el país, asistimos a una prueba de mecanografía y los días que asistiríamos eran los domingos, empezaba a correr con suerte pues el destino no permitió que trabajara en el hospital esos días, al final del año tenía que empezar de mejor de alguna manera, no sabía cómo o que me esperaba, solo quería cambiar radicalmente la vida que conocía y salir de mi zona de confort para empezar la meta que llevaba en la mente y nadie volvería a desviarme de la misma-

El 2019 y después de 3 domingos de enero llegando sola era normal, sin embargo pensaba que debería ser un poco más sociable, pues había dejado desde hace un tiempo de socializar con personas en la Internet, las amistades se redujeron a cero y el único contacto social era el trabajo y las personas con quienes laboraba, entre al lugar donde todos ya tenían su grupo de compañeros, conocidos o amigos, me acerque al chico que ahora es parte de mi vida y me ha hecho encontrar el camino de alguna forma, hablar con él era tan fácil, cómodo y seguro, congeniamos de una manera radical y especial, la manera de no estarnos enjuiciados y morir de risas, al punto de doler abdomen y quijada era divertido y entretenido, a veces pensaba si lo conocía en alguna vida anterior porque era tan familiar sentirme en paz a su lado, cada domingo era diferente y emocionante, su forma particular de hablar, decir las cosas y conversar de cosas personales era muy bueno, recuerdo la vez que fuimos a recoger nuestro cheque y el me planteo una idea, dijo que si viviera en un mundo paralelo donde las tuviera lo que siempre quise que seria, les juro que me encanto ver su rostro sonrojado y su mirada de asombro al escuchar mi respuesta, pues no necesitaba un mundo paralelo para tener lo que ya la vida me regalaba, una maravillosa compañía con quien disfrutaba hablar sin miedo, luego de eso pensé un miedo gigante se impregno pensando que no volvería a verle pues el trabajo había acabado no obstante manteníamos comunicación, salíamos a caminar, tomar café o simplemente pasar el rato por cualquier lado donde nos apuntara la nariz, la felicidad era algo emocionante y verlo aún más, tantos momentos juntos que tan rápido pasaron y en cuatro meses se había convertido en la persona más importante de mi vida, alguien que marcaba momentos inolvidables, algunos de felicidad, otros de seriedad, verdades duras y sentimientos encontrados, incontables conversaciones que nos llevaron a muchos pensamientos, la idea de seguir y ser, me encanta cuando me dice salgamos, cuando busca de mi compañía y me hace sentir importante, cada vez que vemos películas por Internet cuando esta tan ocupado y necesita un aire de relajación, cuando sus palabras penetran el profundo de mi corazón y algunas llega a doler porque dicen la verdad, me preocupa su salud, su bienestar, su corazón, sus propios miedos y de alguna forma quisiera ayudarlo, sin embargo entiendo que debo ayudarme primer, no importa si tardo sé que podre cambiar.

Es inevitable suspirar cada vez que lo recuerdo, se mantiene en mi cabeza como un recordatorio sobre la vida, estaba estancada deseando y esperando a que las cosas cambiaran por si solas, pensando que un día simplemente pasaría como sacarme la lotería y sería sencillo, pero no es así, la vida no es fácil, los problemas siempre van a existir, las tempestades, los enojos, las distracciones, el dolor, las perdidas, la agonía, perderse para poder encontrarse, las cosas buenas son fugaces pero hay que vivirlas, si pensamos todo el tiempo en el futuro y no hacemos nada en nuestro presente construyendo castillos en sobre las nubes, me enseña que hay que luchar que no hay que rendirse que debo amarme y luchar, tener planes para realizarlos no quedarme inmóvil esperando actuar y construir para llegar a la meta, le doy las gracias a este ser humano que me abrió los ojos, me siento atraída por su pensar y a pesar de que posea una rareza natural es importante y aprecio todo lo que es, sus antojos, cambios de humor radicales y pensamientos más allá de los que me pudiera imaginar, sus gustos, temores, es la persona más parecido a mí de lo que se pueda imaginar, sin embargo lo adoro con toda mi alma, y le pido a Dios que nunca lo aparte de mi vida, porque es sin duda lo más valioso que me ha regalado el universo y espero que la vida me alcance para seguir y mostrarle que esta joven puede cambiar su vida y no volver a rendirse, no volver a callar, amarse a sí misma y ser una mujer, esa mujer que un día soñó.