5. Aléjate de mí

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Si alguien le hubiera dicho desde mucho antes a Michele Crispino que su primer beso sería con el mismo chico de quién pensaba que iba detrás de su hermana melliza, no lo hubiera creído jamás.

Bien, el hubiera no existe, y ahora no estaba molesto con aquella idea.

Se encontraban recostados, Emil encima de Michele, que acariciaba los hombros del más joven en lo que este iba dejando sus manos hacia la cintura, sujetándolo más, asegurando la cercanía en lo que sus labios seguían acostumbrándose al tacto del otro.

Aunque por un momento se separaron por la falta de aliento, Emil había dejado que recobraran lo suficiente para volver a unirse, y el italiano no estaba más que tratando de controlar su corazón que podía sentir que estaba casi saliéndose de su pecho, al igual que también sentía la pequeña pizca nerviosa que aparecía en su ser cada vez que el checo hacía de sus caricias más allá de su cintura.

Pero lo había dejado de lado, no iba a negar su emoción; Estaba besando a Emil, a su amigo, a quien jamás había creído que alguien como él se atreviera a besarlo, a quien hace poco fue la respuesta de sus sentimientos más intensos, del porqué de estos, el que su pequeño corazón y alma estuviesen casi desfalleciendo cada vez que ahora tenía tan solo su mirada y atención, que con una palabra todo su cuerpo se sintiera con el cosquilleo del pequeño sentimiento cariñoso.

Los labios del rubio eran ágiles; Se movían poco a poco con ferocidad, entusiasmo. Le fue un poco difícil seguir su ritmo, era su primer beso después de todo, la inexperiencia se notaba, aunque pudo haber notado que a Emil no le importó para nada, solo quería probar a como fuera las maneras de disfrutar ese hermoso momento.

Sin embargo, tan solo bastó unos pequeños segundos más, agregando que las manos traviesas de Nekola descendieron hacia querer acariciar la piel hasta exponerla, para que Michele interrumpiera aquello, algo abrupto en opinión del checo.

—¡E-Espera…! —Michele frunció su ceño, no estando molestó, pero sí sintiéndose algo abrumado.

Ahora fue turno del menor en sentirse nervioso, no necesito de que el otro le aclarara con palabras, sabía que se había sobrepasado un poco.

—L-Lo lamento Mickey, no quise incomodarte… Yo… Será mejor que me vaya…

Se levantó, pero antes de que completará su acción, Michele lo tomó algo brusco del brazo.

—Solo… Solo tomemos esto con calma, no seas tonto —Desvió su mirada— Además, a-aún no hemos terminado… 

El checo mantuvo silencio, pero con su sonrojo fue suficiente para hacerle ver de cierta manera a Michele su confusión y curiosidad de sus palabras en casi doble sentido.

—Me refiero a… A que no hemos aclarado del todo… Nuestros sentimientos. 

Bien, eso fue lo que se necesito para que Emil se mantuviera sereno, aunque el rubor no se había bajado, tampoco del rostro moreno del otro.

—Bien, yo… Supongo que lo puedo decir de nuevo… —Emil rió, atreviéndose a tomar el rostro contrario para obtener su vista violeta, que ya no sentía pena de demostrar su afición a aquella— Me gustas Michele…

Las palabras habían ido directo a su corazón, no tardó en tornar toda su cara en un color carmín, estando entre la vergüenza y la pequeña alegría que surgía en sí mismo.

Levemente, acarició las manos del checo en lo que trataba de controlar sus emociones, y se mantuvo lo más tranquilo que podía lograr ante esa situación.

—Yo creo que pude mostrar de mi parte que te correspondía, pero si… Si quieres que te lo diga …

Se sentía estúpido, ahora que había tenido la oportunidad, que pudo saber que sus sentimientos eran mutuos, las mismas palabras que Emil le había dicho no salían a simpleza.

Como si fuera la primera vez - [EmilxMickey]Where stories live. Discover now