Capítulo 44

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P. O. V. Tais.

Los brazos de Vicent me rodean con delicadeza aferrándose a mi con amor. Tocó su rostro quien su mirada me veía con detalle fijándose en cada milímetro de mi mientras sus manos acariciaban mis caderas.

Pega su frente a la mía pegandome más a él.

- Esto no es nada - beso su barbilla - esto se arreglará - asiente.

- No te volverán a tocar - mis manos bajan de su mejilla por su cuello hasta su pecho - ya no más.

Estaba completamente bien de milagro y eso me aliviaba, pero lo que me preocupaba es que mi cuerpo estaba muy cansado e incluso yo lo sentía.

No podía moverme mucho y eso en ocasiones me hacía llorar pues sentía como si una enorme piedra me aplastará, como si el oxígeno me faltará, estaba cansada.

Mis hijos me ayudaban siempre después de la escuela e incluso venían aquí a hacer sus deberes o a ver películas conmigo y en ocasiones comían aquí en la habitación. Siempre estaba con ellos e incluso mis amigos venían aquí a ayudarme como mis padres quienes llevaban a mis hijos a la escuela o mis hermanas los traían de la escuela.

Y aquí como en estos momentos pasaba tiempo con Vicent quien solo se aferraba a mi y eso me preocupaba ya que me había dado cuenta que no pasaba mucho tiempo con los niños por lo que él decía que estaba ocupado viendo los negocios. Pero sabía de sobra que estaba asesinando poco a poco la organización de los sin nombre y ¿Cómo me di cuenta? Bueno los ataques eran más seguidos pues su único objetivo era yo. Sabía que Carlos, Adriano y Matt se estaban encargando del asunto como si fuera un juego.

Quien avanzara más al rey ganaría el millón. Realmente los veía muy decididos y eso era cuando las pocas veces en que había logrado salir de casa y caminaba con Meraki quien cuidaba de mi o salía con Noah que como dato curioso es que mis hijos se habían dedicado a jamás dejarme sola.

Eso me mantenía en calma, pero mi cuerpo pedía piedad y ¿Porque? Bueno el papel en mi mesita de noche hablaba por si solo.

- Tomaré la quimioterapia - le susurro - estaré bien - Vicent me mira a los ojos - no dejaré que esto me aleje de mi familia - beso de nuevo su mandíbula - lo lograre - le sonrío.

El celular suena.

Vicent toma el teléfono y mira el mensaje.

- Tengo que ir - asiento con una sonrisa - los niños llegan en una hora así que quédate aqui ¿Entendido? - hago una señal como de soldado y este sonríe. Se acerca a mi de nuevo y besa mis labios - Te amo - siento un nudo en mi garganta que trato de ignorar - me voy - asiento.

Sale de la habitación.

Me levanto de la cama y voy a la terraza donde veo hacia el patio, pero está no es la vista que yo quería. Voy a la cama donde tomo mi bata y me la pongo. Salgo de la habitación y camino hasta las escaleras dónde poco a poco voy bajando hasta la puerta donde camino a la casa de mis padres. Tocó la puerta y me abre una de las señoras del servicio que de inmediato me deja pasar.

- Señorita sus padres no están ni sus hermanas - asiento.

- Está bien solo quiero esperar en el estudio de Cali ¿Si? - está confundida asiente.

- Por supuesto señorita - camino por las escaleras - ¿Quiere que le lleve un chocolate caliente? - volteo y asiento sonriendo.

Voy hasta el estudio dónde al entrar los espejos me reciben. Esto antes era un santuario donde me alejaba de todos dónde era yo misma donde mi pasión por el baile me mantenía viva.

Mi INFIERNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora