Rosa pastel (NamJin/BTS)

😯Asesor en apuros

Kim Namjoon era un asesor de empresas que trabajaba en la empresa de su padre "Asesorías Kim", con el fin de seguir el legado familiar, al principio no estaba conforme pero luego encontró felicidad en ello porque podía ayudar a los demás.

Debido a su esfuerzo e inteligencia el joven asesor fue ascendido por mérito propio aunque le costó por ser el hijo del jefe ya que hablaban mal de él a sus espaldas, pero al fin podría "volar" aunque fuera un poco lejos del nido porque fue promovido hacia Seúl que quedaba algo lejos de donde trabajaba con su padre que se resistía a dejar su ciudad natal.

Los nervios revoloteaban a su alrededor al llegar a la gran capital, con tanta gente moviéndose de un lado a otro y gigantes construcciones el se sentía pequeño y su única compañía era ese nerviosismo que se sentía al cambiarse de lugar.

Se mudó a un pequeño apartamento sencillamente amoblado y con pocas cosas, pues quería comenzar una vida sencilla y tranquila por su cuenta por lo que solo necesitó un taxi. Una vez el taxi llegó a su destino le agradeció tartamudeando al chófer y salió torpemente del auto, golpeándose la cabeza en el proceso. El conductor lo vió tan aproblemado que lo ayudó a sacar sus cosas. El joven se deshizo en reverencias y agradecimientos mientras el rubor aparecía en sus mejillas, se despidió y el chófer volvió a su automóvil desapareciendo por las enormes calles de Seúl.

Namjoon sintió la brisa otoñal en sus mejillas como si intentaran calmar su rojez que en muchas ocasiones como esa él se decía que venía de la nada y se avergonzaba por ello; pero debía ir a su departamento por el momento y dejar de pensar, tenía que instalarse rápidamente.
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Sacó las cosas necesarias para sobrevivir esa noche y dejó lo demás en las cajas sin mucho cuidado, quería estar arropadito viendo películas de animales en el sillón que venía con el departamento que arrendaba así que eso hizo. Sacó algunas palomitas instantáneas para comer mientras se las echaba a la boca.

~Ñom, ñom, ñom.

Por alguna razón le gustaba hacer ese sonido mientras comía, sus mejillas se llenaban de palomitas y de pequeña felicidad que hicieron surgir dos lindos hoyuelos.

Despeinado y con ropa cómoda Nam disfrutaba de lo sencillo y quería estar así para siempre pero el sueño lo arropó, fue un sueño dulce y tranquilo.
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Al día siguiente, cuando despertó una película de perros seguía en la televisión; al ver al perro y su dueño reencontrarse por fin y que el niño se llenara de felicidad al encontrar a su perro moviendo la cola y corriendo hacia él( como en casi todas las películas de perros) pensó que no sería mala idea adoptar a un compañero peludito, pero lo haría más adelante, en ese instante debía ir a trabajar y tratar de adaptarse a su nuevo lugar de trabajo.

—Hablanfo de efo—se dijo mientras se cepillaba los dientes después de una ducha y desayuno fugaz—en la emprefa haf unfa trafifion fe....— ¡Maldición!—exclamó escupiendo la pasta de dientes—¡ se me olvidó el pastel!.

A Namjoon se le había olvidado que en su empresa el nuevo siempre tenía que llevar un pastel para compartir con sus compañeros y la situación era la siguiente: tenía poco tiempo, era muy temprano y casi nada estaba abierto y sobre hacer el pastel ni hablar, él era un completo desastre en la cocina.

—¡Oh, no qué haré!—exclamó Kim Namjoon mientras salía apresurado agarrando su maletín, llegaría tarde por el asunto del pastel, tan solo esperaba llegar con un pastel y no tirarlo en el camino.
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El apresurado joven corría por las calles de Seúl en busca de una pastelería abierta y no encontraba ninguna, no sabía si era porque iba muy deprisa o no conocía la ciudad, a lo mejor se debía a las dos cosas.