Cierra tus ojos

4.5K 402 165
                                    

SI ESTÁS LEYENDO ESTO EN UNA PLATAFORMA QUE NO SEA WATTPAD, CORRES RIESGO DE SUFRIR UN ATAQUE VIRUAL (virus, malware).

SI QUIERES LEER ESTA HISTORIA DE FORMA ORIGINAL, TE INVITO A INGRESAR EN https://my.w.tt/kWUuS3lJc9 DE FORMA GRATUITA

hago esto por seguridad


La pequeña Sana corría velozmente, su creativa imaginación había inventado todo un escenario, esquivaba los muebles con eficacia y miraba hacia atrás para comprobar que el horrible monstruo imaginario ya no la seguía.

Afirmó su espalada contra el costado del sillón, respiró hondo y sostuvo con fuerza su pistola de juguete, sería difícil, era un salto complicado y si no daba en el blanco moriría, no podía permitirselo. Pensó en rodar a su barricada hecha de suaves y rellenitas almohadas, pero el monstruo podría atraparla en el acto, era momento de ser valiente y afrontar el miedo, aceptar lo que sea que trajera consigo su decisión. Si vivía, lo haría como una héroe, pero si moría, sería como una leyenda.

En su imagimación ella era, en serio, muy valiente.

Una lástima que le asustaran los perros grandes, los payasos de los circos, la gente muy alta, las inyecciones y un largo etcétera para una niña de seis años.

Respiró hondo y saltó, haciendo el sonido correspondiente a un arma siendo disparada.

Pero no fue sólo el ruido del arma.

-¡Sana! ¡Qué pasó aquí!

El jarrón roto, hecho de cerámica muy delicada y pintado a mano, estaba en el suelo desparramado y casi puedes sentirte roto tú al ver esas piezas, haciendo que la cara de Sana forme una mueca entre preocupada y asustada, volteando suavemente para ver el rostro de su enojada madre.

-¡La sala está hecha un desastre!

La señora Minatozaki estaba ocupada cocinando una rica y nutritiva cena para dos personas, con música en la radio reproduciendose y haciendola bailar al ritmo mientras cortaba las molestas cebollas. Sabía que su hija estaba jugando en la sala, no pensó que se saldría tanto de control.

-Uh... ups

Fue todo lo que dijo Sana al darse cuenta del obvio desastre que había causado, dio un paso atrás y sin querer golpeó con su codo un cuadro de la mesita, Sana es algo torpe, y todo culminó con el cuadro estrellándose contra el suelo.

-¡Dios! ¡Te lo ruego! ¡Sólo dame diez segundos más de paciencia!

Sana no pudo evitar soltar una risita, su madre siempre repite lo mismo cuando está a punto de estallar. La señora Minatozaki miró al techo y tomó aire, soltandolo pausadamente para liberar tensión acomulada, miró a su hija que tenía esa sonrisita inocente que le pedía disculpas, se controló y frunció sus labios para no sonreir de vuelta, mas no lo logró.

-Lo siento, mamá- Dijo Sana mirado al suelo.

-Aish, ya está bien- Se acercó y le dio un pequeño abrazo- Lo importante es que no te pasó nada, alejate de la cerámica rota y recoje las almohadas ¿Si? Yo limpiaré lo otro

Sana asintió y se dispuso a cumplir con lo que su mamá había pedido, con mucho cuidado rodeó los trozos de cerámica y ordenó junto a su madre. El rato pasaba y ya estaba todo listo, ahora estaban en la mesa degustando ambas el platillo que la señora Minatozaki había preparado.

La mayor miraba con una sonrisa relajada a su hija que deboraba el plato, ser madre soltera a veces podría ser difícil, pero su hija lo hace todo más fácil.

La pequeña levantó su cabeza aún con sus mejillas llenas de comida, masticando algo más despacio a la vez que su cabeza trabajaba para formular la pregunta de forma correcta.

-¿Mami?

-Traga primero- Sana masticó algo más rápido y tragó veloz su bocado.

-¿Por qué siempre dices "Dios, dame diez segundos más de paciencia"? Yo escucho que la gente dice pedir más paciencia, no sólo diez segundos, eso es muy poco- Concluyó.

-Diez segundos es todo lo que se necesita- Explicó la mayor- En diez segundos puedes calmarte, reflexionar, pensar, decidir y actuar. Pero la gente no tiene suficiente paciencia para hacerlo

-Hum... ¡Yo también quiero diez segundos de paciencia!- Exclamó algo emocionada Sana, la mayor rió.

-No, Sana, el resto necesita diez segundos de paciencia contigo

10 segundos - SaidaWhere stories live. Discover now