Decide

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Era común para Sana que ahora su novia se la pasara más en su departamento que en su propia casa, si se lo preguntan, la visita donde los padres de Dahyun salió de maravilla, por lo que su mutua confianza había aumentado y un cajón en el hogar de Sana era exclusivo de Dahyun.

Estaban a la mitad del segundo año que llevaba la japonesa en ese país, las fiestas las pasó en Corea pues quería disfrutarlas con su novia, aunque le dio múltiples excusas a sus amigas y a su madre que la safaron de volver por el pasado año, de todas formas, el mejor regalo para su madre era ver que estaba bien y que sus estudios fructiferaban.

Sana estaba en una llamada telefónica, Mina estaba muy emocionada contandole sobre algunas anécdotas con Momo. Mina seguía extrañando a Sana, pero no de la forma en que lo hacía Momo o la señora Minatozaki, sino que extrañaba los momento que tenían y el tener a su "amiga" cerca, por dentro esperaba que a la vuelta del viaje haya madurado.

-Cariño~- Sana se sobresaltó ante la voz de su novia.

-¿Sana?- Mina frunció el seño de su lado de la línea- Eh... ¿Estás ocupada?

-¡No...! E-Es sólo ruido de fuera

-¿Quién es?- Preguntó algo más bajo Dahyun.

-N-No es nadie- Volvió a hablar en japonés- Eh... ¡Mina! Ya debo irme ¿Si?

-Hum... está bien, adiós- Colgó Mina.

La mirada de Dahyun era curiosa, Sana estaba en pánico, aunque lo intentaba disimular. La menor obviamente notó que se trataba de alguien de Japón, Sana le ha enseñado japonés y sabe como suena, y desde hace mucho que nota como su novia parece ocultar su relación, al menos a quienes están en Japón.

Ya lo habían discutido antes, Sana le restaba importancia o simplemente postergaba el hecho de siquiera mencionarle a alguna de sus amigas que tiene una relación. Ya no necesitaban hablar, Sana sabe lo que le está molestando a su novia, se miran a los ojos por diez segundo y Dahyun se va al sofá.

Sana da vueltas por el departamento angustiada, no le gusta cuando su novia se enoja con ella, Dahyun sólo está sentada con el seño fruncido viendo a la nada. Con cuidado la japonesa se acercó y miró a su novia, con una sonrisa culpable en sus labios y unos ojitos suplicantes, Dahyun suspiró.

-A veces siento que te averguenzo

Sana sintió esas palabras como puñaladas, su corazón herido por hacer sentir de esa forma a su novia, ¿Cómo permitió eso? Era tan difícil de explicar la verdadera razón, pero no había otra verdad más que esa.

-No lo haces- Negó Sana con suavidad.

-¿Entonces?- Reclamó Dahyun- Por qué te es tan difícil siquiera decirselo a un amigo o amiga tuya

-Sólo...- Bajó la mirada- Es difícil ¿Bien? Yo no tuve la misma aceptación que tú, yo no tengo la misma aceptación que tú- Sana sintió sus ojos llenos de lágrimas.

No pasaron ni diez segundo cuando Dahyun la tenía rodeada en sus brazos, comprendiendo quizás por fin por qué su novia evitaba tanto el tema. Acarició el cabello de Sana con dulzura, notando como la mayor contenía sus lágrimas y no dejaba ver el dolor que le provocaba la situación.

Sana no quería hablarlo aún y Dahyun decidió entenderlo, suspiró y cerró sus ojos un momento, dandose cuenta de la enorme paciencia que tiene con su novia, pues está segura que no habría tenido la misma reacción con cualquiera de sus anteriores parejas.

-Ay, Sana...- Dijo en una pequeña risa Dahyun- No sé cómo tengo tanta paciencia contigo

-Es simple- Sana rió también- Sólo debes tenerme diez segundos más de paciencia- Explicó.

-¿Cómo funciona eso?- La menor alzó una ceja divertida.

El rostro de Sana se volvió a iluminar, no sabe si es por los lindos recuerdos de su madre, porque la explicación es graciosa o una mezcla de todo eso, para Dahyun fue suficiente ver a su novia nuevamente sonreir. Se sentaron juntas en el sofá y Sana comenzó a explicar, para Dahyun eran adorables sus gestos emocionados, la forma en la que sus expresivos ojos se agrandaban o curvaban según iba hablando, hablando con una marcada sonrisa en sus labios.

-¿Eso no es más como un manual de "Cómo aguantar a tu Sana"?- La mayor no pudo siquiera recordar que lo mismo le dijo Mina.

-¿Tú crees?- Alzó una ceja- Ejem, bievenidos- Puso una voz graciosa- Bienvenidos al audio-tutorial de cómo soportar a tu propia Sana- Dahyun soltaba risitas- Primer paso: Consigue a tu Sana, ¿Hecho?

-Hecho- Dahyun levantó sus pulgares.

-Segundo: Espera que te haga enojar, ¿Hecho?

-Uff, cada cinco minutos- Dijo con dramatismo la menor, Sana rió.

-Ahora debes actuar después de cada orden, ¿De acuerdo?- Dahyun asintió.

De repente la atmosfera había cambiado, se miraban a los ojos y Sana estaba un poco más seria, Dahyun estando atenta a cualquier cosa que Sana le pidiera hacer.

-Mira el techo- Dahyun lo hizo- Cierra los ojos- Sana observaba atenta- Inhala, exhala pausadamente- La menor sintió un escalofrío- Mírala- Dahyun conectó sus ojos con los de su novia- Intenta no sonreir- La menor frunció sus labios- Sonríe- Y dejó salir su sonrisa- Escuchala- Dahyun asintió- Perdonala- Volvió a sonreir- Abrazala

Justo a tiempo sus cuerpos se encontraron nuevamente compartiendo calor, Dahyun acurrucada en el pecho de su novia, Sana firmemente sosteniendola y no queriendo dejarla ir jamás.

-Pasaron diez segundos durante todo eso- Explicó Sana contra el oido de su novia- Eso debes hacer conmigo, siempre, al segundo diez yo estaré en tus brazos

-¿Y si empiezo a contar antes?

-Los amantes cuentan igual

10 segundos - SaidaWhere stories live. Discover now