⚘Glicinas para ti

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Disclaimer: Este drabble pertenece al reto #FebruaryFlower organizado por Princess_Saremi.

Día once: Glicina / Sonrisa rota.

Palabras: 402.

AU.

❁ ⚘ ❁

Después de cuatro horas de viaje, por fin el autobús llegó a su destino. Y con el, Asuna Yuuki.

Luciendo nada más que un vestido blanco y zapatos cómodos azules, bajó del que fue su transporte y se dirigió al lugar citado por él.

El que alguna vez, fue su esposo.

Camina sin prisa, honestamente, dudando mucho el seguir andando, porque en ocasiones no desea verlo. Pero, sucede que en el fondo, quiere que las cosas vuelvan a ser como antes y, se obliga a ir con tal de observar lo que pudo seguir siendo.

También porque su hija estaría decepcionada, y eso no puede pasar.

Entonces después de un largo tiempo de reflexión y lamentación como es siempre, llega al famoso túnel de glicinas. Kazuto había comentado que hace mucho que su hija, Yui, quería ir al jardín botánico y pasear por debajo de esas flores violetas.

El imaginar su preciosa sonrisa de niña resplandeciendo en inocencia pura y fascinación le rompió el corazón, porque sabe bien, que ahora no sería la misma sensación a como hubiera sido si Kazuto y ella siguieran juntos.

Cuando se encuentra abajo de esos pétalos colgantes, ella misma queda impresionada, y cree que definitivamente la reacción de su pequeña a de ser más grande. Al regresar su vista al frente, los puede divisar a lo lejos.

Se acerca poco a poco, viendo a los dos pelinegros tan parecidos, y con facciones hasta expresiones similares. La pequeña Yui logra convencer a su padre de que la cargara en sus hombros con el fin de que ella fuera un poco más alta para intentar alcanzar al menos un roce de sus dedos con las glicinas. Por supuesto, siendo en vano.

Sonríe un poco enternecida, hasta que, capta el perfil de su ex esposo.

Y él la mira.

De pronto los percibe aún más lejanos que antes. Algunos pétalos han caído del cielo y pareciese que su veneno le está afectando ─o simplemente el suyo─, porque se siente algo mareada.

Otra vez desea irse. Y no puede.

Pero no es hasta que los ojos grises de su pequeña se posan sobre ella que, siente ganas de llorar, y su sonrisa antes de diminuta felicidad se rompe.

¿Que tan mal está, como para no soportar todo eso?

Ya que, sólo anhela regresar a lo que fue y dejar lo que es.

Pero como ahora, no puede.

Ni nunca podrá.

𝗙𝗹𝗼𝗿𝗲𝘀 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘁𝗶 ⚘ saoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora