𝗙𝗹𝗼𝗿𝗲𝘀 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘁𝗶 ⚘ sao

⚘Orquídeas para ti

Disclaimer: Este drabble pertenece al reto #FebruaryFlower organizado por Princess_Saremi.

Día doce: Orquídea / "Tomaré tu mano hasta el final de mis días... Como ahora."

Palabras: 500.

AU.

❁ ⚘ ❁

No le gustaba nada.

Nada, nada.

─Asuna... ─despacio Kazuto pronuncia su nombre, en sus últimas. Da lo mejor de sí para retener sus lágrimas y brindarle una afable sonrisa.

Con su voz apagada y casi sin fuerza, él también acaricia levemente las partes en la que sus dedos entran en contacto con su mano. Siente su pulgar pasando suavemente por sus nudillos, mientras que el resto de sus dedos intentan moverse hacia arriba, tal vez queriendo entrelazarse con los suyos.

Sonríe con nostalgia porque, a pesar de todo, en los momentos finales de su vida que se va poco a poco, la calidez que desprenden las manos de Kazuto nunca se ha ido. Reconfortada por unos segundos por la sensación tan familiar y querida, le ayuda en su objetivo, y ahora sus manos quedan más unidas que nunca.

─Prometes... ─habló, con mirada cada vez más perdida. A pesar de, ciertamente tener unos cuantos años encima, él, él aún podía dar más, estaba segura de eso. Pero, esa enfermedad por desgracia no se lo permitía.─Prometes, quedarte a mi lado hasta el final, ¿y nunca soltar mi mano?

Entonces, envolviendo el agarre que tenían con su otra mano, ella lloró. Mientras que depositaba un beso en sus dedos.

El viento agradable que se colaba por la ventana y esparcía el olor de las orquídeas que ella misma había traído, le hacía temblar. Porque, se sentía como una inminente despedida...

Algunas de color blancas para que todo parezca eterno una vez más, que el tiempo en cuenta regresiva dure más. Otras de color azul para que transmitan la paz y armonía que necesitaban, y al final una sola de color roja. Que siguiera recordando el sentimiento de amor aún latente con bastante fuerza.

Ella sabe que esas ligeras caricias de sus dedos son su intento para apretarle más la mano. Con el vigor que ya abandonó su cuerpo.

Que nunca suelte su mano, él pidió.

Era curioso. Alguna vez atrás, cuando fueron más jóvenes, cuando el futuro era tan incierto y todo era posible para ellos... Alguna vez atrás, en un momento entre ellos, él le había prometido que, hasta el final de sus días, sostendría su mano.

«─Como ahora ─continuó, mostrando y afianzando el agarre de las manos─. Es una promesa Asuna.»

En aquel momento había pensado, que no importara lo que pasara, lo que podría interferir, él seguiría tomando su mano hasta que la vida se acabara para los dos. O en otro caso, que la situación actual estaría invertida.

Pero vaya, de verdad, de verdad, estaba cumpliendo su promesa.

Y más lágrimas se derramaron de sus ojos, porque conocía a Kazuto, a veces cumplía sus promesas y otras se rompían. De todas las que pronunció en el pasado justo estaba cumpliendo esa.

No le gustaba nada.

Nada, nada.

Cuando el final había llegado, a pesar de todo, hasta el último instante de vitalidad de sus días, su promesa se mantuvo.

Nunca la soltó.

Al cumplirse por completo, ella lloró.