03

6 1 0
                                    

14-febrero-XX

Para mi fallido San Valentín.


Te he buscado por todos lados, el día de hoy no ha habido sitio que no recorra con la intención de encontrarte, de tan siquiera poder verte. Suelen decir que el mundo es un lugar demasiado chiquito, pero hoy pareciera que era un lugar enorme, inmenso, con todo un mar de gente donde hay de todo, menos tú.

Siento que no tengo nada de ti más que el recuerdo, no tengo más que la sensación de tu piel en la mía, de tus labios en los míos y curiosamente solo recuerdo aquel último y gélido beso que te pude quitar. Mi memoria me falla y se nubla el recuerdo por un instante de aquellos tiernos besos que solo tú sabías dar.

No quiero vivir en el pasado, ni pretendo vivir de simples recuerdos, pero que me hayas dejado así, tan sola, me impide poder continuar. Estoy bastante segura de que tu  partida me ha dejado rota el alma y no sé si pueda llegar a amar con la misma intensidad que por ti he sentido.

Se me hunde el pecho y mis ojos se inundan tan solo de pensarte. No estás ni aquí, ni a la vuelta de la esquina, ni en aquella tienda o cruzando tal calle. No estás y en mi memoria solo se queda el espectro de verte avanzando como un fantasma por toda la ciudad. Porque quizá yo solo sigo niebla, pero tú, tu, amor mío, avanzas y sigues imponente a tu destino. No eres un hombre que suela detenerse o esperar y eso es lo que más me desgarra.

¿Por qué no solo apareces en la vuelta de la esquina? Daría lo que fuera por verte al cruzar la calle, por saber cómo luces ahora, por ver qué tal estás. Pero más que nada, daría mi alma entera por simplemente verte dormir de nuevo en mi regazo, acariciar tu hermoso cabello con las puntas de mis dedos y besar delicadamente tu frente mientras te escucho descansar. 

Anhelo más que nunca ver tus hermosos e intensos ojos, abriéndose para mí, mirándome con esa ternura y amor que tenías para mí ¿A dónde se habrá ido todo eso? ¿Se pudo evaporar fácilmente? 

Me odio un poco por no tenerte y pensarte demasiado. No me siento cómoda por la calle, siento que me faltan tus brazos y por las noches de desvelo quisiera sentir tu calor más que nada en el mundo. Pero no estás. No estás más y eso es algo que no se puede remediar.

Tengo que seguir avanzando, tengo que seguirme moviendo, aún cuando ese espectro, tu fantasma, me rodee a cada sitio que voy. Tengo que seguirme moviendo porque la vida no se detiene y yo tampoco debería. Pero me pregunto frecuentemente el por qué no puedes estar cerca de mí, de nuevo, para salir a pasear y a caminar, para jugar y reír como solíamos hacerlo. Para ser felices. Juntos.

Ninguna flor o chocolate reconfortar mi alma como lo haría tu propia alma.

Y aún así, ¿recibiría tu alma de nuevo? 

Me siento algo confusa en realidad.


Atentamente

Tu olvidado San Valentín.

Cartas de un amor olvido.Where stories live. Discover now