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Noriaki Kakyoin es mi estudiante. Y mi amor, mi locura crece cada día que lo veo ¿Que puedo decir? Estoy loco de amor.

Trabajo en una escuela y soy un profesor, una hija que amo pero no lo suficiente como Kakyoin, divorciado y soy feliz así, hace poco cumplí mis 28 años, y él...apenas es un joven.

Kakyoin Noriaki, 17 años, 178cm, ojos color lila claro, unas pequeñas heridas en sus ojos, labios pequeños pero hermosos, piel suave y blanca como la nieve. Mierda. Este chico me tiene loco.

Cada día siempre es la misma rutina, trabajo, trabajo y más trabajo pero mi cereza me salvó de este ciclo.
Aún recuerdo como nos vimos, apenas cuando entró por esa puerta, mi vida cambió.
Sentimientos que antes no tenía nacieron. Por primera vez me sentía enamorado, amor primera vista.

Nunca hablamos y nunca nos hemos visto pero, yo lo veo todos los días, me gusta verlo en el aula, en su casa, en su cafetería favorita, hasta me gusta tomarle fotos ¿Cuantas fotos tendré de él? No lo recuerdo, creo qu 18 o 19.

-Kujo-san-Me llamó por su voz, su dulce y hermosa voz.

En estos últimos 3 meses lo estado acosando, ya sabía como era su voz pero sentirla tan cerca era algo emocionante y llamarme "Kujo-san" era algo...excitante.

-¿Que sucede?-Dije con voz normal, un poco más fría.

-Kujo-san la clase de hoy no lo entendí, porfavor ¿Podría explicarme el tema nuevo y las actividades?-Me preguntó con su voz dulce y angelical.

-Claro ¿Que no entendiste?-Dije sin pararme de mi asiento.

Maldición, están educado que me encanta.
De inmediato, Kakyoin se inclino un poco, acercándose más a mí junto con su hoja.
Me encanta, este chico me esta enfermando.

Estoy enfermo por este chico.

Prestaba más atención sus labios a lo que decía, nunca me había dado cuenta de sus labios, eran algo rojizos, su perfume dulce me atraía mucho, ese olor tan dulce.
Sus ojos lila concentrados en la hoja y su pelo rojizo, sedoso y suave.

Su pelo, sus ojos, sus labios, son todos míos, son de mi propiedad, sería capaz de robarme sus labios solo para un pequeño beso.
Mío.














Todos hemos hecho cosas locas por amor ¿No?

Otro chico caminaba con Kak de vuelta a su casa. Los brazos rodeaban a los hermosos hombros y acariciaba sin cuidado el hermoso y suave pelo de Kak.
A veces debemos hacer sacrificios, hasta cuándo no los querramos hacer, son necesarios al final ¿Puedes entender eso mi dulce cerecita?
Ese chico no te merece, pero yo sí, esto no es malo ¿Verdad?
Las cosas que hago son por ti, te amo demasiado, solo quiero sentir tus hermoso brazos, tus dulces labios y tus encantadores ojos mirándome, llamándome por mi nombre mientras me abrazas.







𝑺𝒆𝒏̃𝒐𝒓 🐬 𝒌𝒖𝒋𝒐 𝒚 𝑺𝒆𝒏̃𝒐𝒓 🍒 𝑵𝒐𝒓𝒊𝒂𝒌𝒊 (𝙹𝚘𝚝𝚊𝚔𝚊𝚔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora