13 - El paso del tiempo

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Después de unas cuantas llamadas de Joseph e insistencias de Holy, Tomás accedió visitar a los doctores de la fundación Speedwagon, y fue un total acierto, ya que su corazón se recuperó mejor que nunca, y obtuvo mejores medicinas que lo ayudaron a llevar una vida más tranquila.

Jime retomó la escuela después, al principio no regresó con Jotaro, ya que tenían que esperar a los doctores de la fundación a que llegaran con ellos; pero insistió en que Jotaro no perdiera la escuela, él ya había perdido un año; ella se pondría al corriente después y lo alcanzaría en Japón.

Cuando todo se acomodó, Tomás se recuperó y su vida diaria se estabilizó, Judy aseguró a Jime que estarían completamente bien; dejó ir a su hija a Japón, para que retomara estudios y pudiera acabar la escuela como quería, además de que estaría de regreso con Jotaro, motivo de peso para la chica.

Y así lo hizo. En el aeropuerto fue bien recibida por Holy, que la abrazaba sin parar y estrujaba sus cachetes, feliz de que regresara con ellos; y Jotaro, que simplemente le sonrió y le tendió su mano, para guiarla, mientras que con la otra cargaba su equipaje.

Fue difícil ponerse al corriente en la escuela, pero Jime lo logró, como ya sabemos era buena en la escuela, así que no fue tan problemático; tuvo la suerte de que la escuela accediera a darle esa oportunidad, en parte, porque era buena estudiante y no dudaban en que lo lograría, de una u otra forma.

Y Jotaro, por fin, terminó su último año, ya estaba seguro de lo quería estudiar después, como todos bien sabemos.

Su vida era así ahora. Jotaro consiguió trabajos desde esa edad, relacionados con biología, para rentar un apartamento y vivir con Jime en Japón. Y en ciertas épocas viajaban para visitar a los padres de ella, y luego a Holy y Joseph. Viajar era algo común en sus vidas.

Lograron su sueño, estuvieron siempre juntos, creando más recuerdos unidos y formando un lazo único entre ellos, eran felices, a su manera única de ser y entenderse, ya que eran un par hecho el uno para el otro. No necesitaban palabras, solo miradas para entenderse a la perfección.

Poco a poco, Jotaro comenzó a labrarse su reputación de biólogo marino, llamando la atención de medios y demás; mientras que Jime era una abogada que le iba bastante bien, llevando, incluso, casos de gente importante en Estados Unidos y Japón.

En un viaje de investigación que Jotaro tuvo que hacer, Jime lo acompañó, listos para estudiar especies marinas. Viajaban en el auto de Jotaro, mientras ella leía una revista que hablaba sobre mares en Europa.

—¡Oh!

—¿Qué sucede? —preguntó Jotaro, percatándose de la sorpresa de Jime con la revista.

—Nada, solo el nombre de esta chica de la revista... me gusta, suena hermoso —respondió Jime, señalando un punto en la revista entre sus manos.

—¿Quién? —preguntó Jotaro, con uno de sus brazos recargado en la ventana abierta del auto, para que entrara aire.

—Es una modelo de Gucci. ¡Es muy bella! ¡Al igual que su nombre!

—¿Cuál es el nombre? —suspiró Jotaro.

—Jolyne... Si soy madre algún día y tengo una niña... quiero que se llame así...

Jotaro carraspeó, y un ligero sonrojo subió a su rostro, provocando que Jime soltara una carcajada sonora; le encantaba avergonzar a Jotaro de esa manera...

***

Once años después, en Morioh, después del problema de Akira y las drogas que se esparcieron un tiempo por el lugar, era hora de que Jotaro regresara a casa1.

Mi Mejor Recuerdo. Jotaro Kujo x LectoraWhere stories live. Discover now