Cinco segundos. ~McLennon~

299 26 6
                                    

~Cinco Segundos~

Sé que estás leyendo esto con mi voz. ¡Oh, pero claro que lo haces! Probablemente al terminar de leer esta carta -si es que lo haces- la termines arrojando al pequeño bote de basura de flores que tanto me dijiste que odias.
Otra de las posibilidades que hagas con la carta sea quemarla y nunca más verla en tu vida; hacerte el cargo de que nunca existió y, con ello, yo tampoco existiré en tu vida.

¿Estoy exagerando? Probablemente; y probablemente me des un golpe en el brazo por haber dicho eso.

¿Alguna vez en tu vida has visto una semilla de lenteja? ¡Es realmente pequeña! Literalmente es una pequeña bolita color café. Tal como si fuese una minúscula bolita de papel pero café.

Bueno, después de las otras dos opciones que mencioné anteriormente, también tengo una pequeña esperanza en que guardarás la carta, cumpliendo así, el objetivo que tenía especificado.

La esperanza es tan pequeña como esa semilla de lenteja.

Primero que nada te voy a rogar que no le muestres esto ni a George, ni a Richard. Tú más que nadie sabe lo que me molestarán por el resto de mi vida al ver mi estúpido y ridículo lado cursi.

Espero que hayas hecho caso, James.

Saber que en estos momentos tus preciosos ojos hazel tuvieron la oportunidad de leer mi escrito hace que mi pequeño gran corazón comience a latir en una fuerza ridículamente inexplicable.

¿Sabes algo aún más maravilloso?

Saber que con esos mismos preciosos ojos que, con cada pestañear que das, tan simples pero maravillosos; tú me miras. Suena ilógico pero para mi es fascinante. Esos ojitos tuyos que cuando me miras, me vuelves completamente loco de remate.

¡Lo sé! Estoy siendo demasiado cursi. ¿Qué esperabas, Paul?

Al menos tú sí puedes verme, yo necesito dos grandes cuadros de vidrio en frente de mis ojos para poder apreciarte al máximo. Eso es tener suerte.

Puedo intuir que en este momento estás riendo a más no poder o estás llorando al leer todas mis cursilerías. Creo que me guiaré por la segunda.

Puedo escuchar tu risa como si estuvieras a mi lado en este momento.

Y eso hace que te extrañe el triple de lo que te extraño cada segundo de mi vida.

Pero me hace feliz saber que yo causé miles de veces que sonrieras y rieras por mis estupideces y juegos.

Recuerdo tu cabello negro en mi almohada blanca. Siempre tan sedoso y suave que no me cansaba de acariciarlo nunca. Tú decías "¿Por qué te gusta tanto? Es sólo cabello como el tuyo." Claro que no, Paulie.

Todo lo tuyo tiene algo especial; una escencia. Una magia.

¿Recuerdas nuestra primera cita? ¡Fue terrible! Tú dijiste que fue perfecta pero claramente no lo fue. Creo que esa fue la razón por la que lo dijiste.

¿Recuerdas nuestra primera pelea? Fue porque me llamaste 'Winston' cuando te había dicho que no me gustaba que me dijeras así. Al final terminamos riendo como locos al notar lo estúpido que fue eso.

También pasó algo lindo esa noche.

Fue la primera vez que te dije "Te amo". Tú gritaste de la emoción y te lanzaste a mis brazos mientras no dejabas de sonreír.

Cinco segundos después me dijiste que me amabas también.

Recuerdo nuestra decimocuarta cita, y en el momento que entré a tu casa tú estabas sentado en la mesa con un traje entero sumamente elegante color rosado, miles de velas sobre la mesa, y una pasta italiana completamente hecha por ti; pero la canción Careless Whisper estaba sonando de fondo... Comenzamos a estallar en risas al ver que no era como lo pensamos, y llegamos al acuerdo en que nunca más volveríamos a hacer algo como eso.

Si, definitivamente en este momento debes de estar riendo a más no poder al recordar esa cita. Fue maravillosa.

Te extraño. Te extraño tanto que quiero ir corriendo para abrazarte y decirte al oído que eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Claro, sé que siempre lo hago pero siento la necesidad de hacerlo siempre.

¿Sabes quién más te extraña? Claro que lo sabes. ¡No seas sucio, James! Estoy hablando de nuestra hija Martha.

Claro que te extraña, todos los días ella se levanta para buscarte. Yo me siento a su lado y la abrazo junto con un suéter tuyo, y canto la canción que le escribiste a ella. Así no te extrañamos tanto.

Y hablando de suéter, ¿recuerdas cuando dije que amaba tu colonia suave? Bueno, ahora la amo más.

¿Qué estarás usando ahorita? Apuesto que tu pantalón de mezclilla y tu camisa negra. Tendrás que darme un chocolate junto con un beso si acerté.

¡Mierda, cómo odio terminar la carta!
Es como si pudiera hablar en persona contigo y me escucharas. Es diferente que hablar por teléfono, pienso que es mejor. Así si me extrañas podrás volver a releer la carta una y otra vez de nuevo. Es muy genial.

¿No te parece genial, amor?

Nunca olvides que eres el amor de mi vida por favor. Me moriría si lo olvidaras. Por eso te lo recordaré por siempre.

Te amo y amo todo de ti. Vuelve a casa pronto.

-John.

El chico de cabellos negros simplemente cerró la carta y pasó una mano por su mejilla, tratando de limpiar sus lágrimas que no paraban de caer. Estar en América completamente solo debido a un viaje del trabajo no era para nada sencillo.

Y tras un pesado suspiro, miró hacia el tranquilo mar que tenía en frente de él.

-Me parece absolutamente genial, John. Te amo con todo mi corazón y te extraño con cada parte de mi ser.

Paul simplemente se levantó de la roca en la que estaba sentado anteriormente y, con sus pies descalzos caminando sobre la arena, portando su pantalón de mezclilla y su camisa negra justo como su esposo lo adivinó, entró a su pequeña cabina en la que se encontraba para poder escribir su carta de respuesta; diciéndole al amor de su vida que espere otros cinco segundos más, que pronto volvería a casa con su familia.

~Cinco Segundos~

Mi primer McLennon para empezar. Bastante corto pero romántico.

Espero que te haya gustado y gracias por leer, votar o comentar.

-Con mucho amor, 39girl.💌

Pequeñas Grandes Historias [One Shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora